Enfrentan desafíos y desempeñan un papel crucial en la atención de partos; el confinamiento por la pandemia de COVID-19 trajo consigo un aumento del 80 por ciento en la demanda de estos servicios
Juan Leyva/Ultimátum
TGZ
En el ejido de José María Pino Suárez, ubicado en el municipio de Jiquipilas, Chiapas, un grupo de mujeres se alza como guardianas de la maternidad, enfrentando desafíos y desempeñando un papel crucial en la atención de partos. Entre ellas, destaca Francisca Guadalupe Valle Gómez, una partera empírica tradicional con 15 años de experiencia, cuyo compromiso y dedicación han marcado la diferencia en una comunidad donde la tradición se encuentra entrelazada con la modernidad.
La colonia ejidal de José María Pino Suárez alberga a más de 5 mil habitantes y se encuentra a tan solo 35 minutos de la cabecera municipal de Jiquipilas. En este rincón de Chiapas, la presencia de parteras tradicionales ha cobrado un nuevo significado durante los últimos años, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19.
La sombra de contagio en hospitales ha llevado a muchas mujeres embarazadas a optar por el conocimiento y cuidado de las parteras tradicionales de la región. Durante los años 2021 y 2022, Francisca Guadalupe Valle Gómez atendió un total de 100 trabajos de parto, un testimonio de su compromiso y la confianza que la comunidad deposita en su experiencia.
“El confinamiento por la pandemia trajo consigo un aumento del 80 por ciento en los partos”, compartió Francisca Guadalupe. Aproximadamente diez colonias ejidales de Jiquipilas buscan de manera recurrente los servicios de estas parteras empíricas, quienes han demostrado ser vitales en la preservación de la salud materna y la experiencia del parto.
El Movimiento de Parteras de Chiapas Nich Ixim ha registrado mil 397 partos en Chiapas, atendidos por 217 parteras entre enero y diciembre, un claro testimonio de la importancia de su labor. Entre estas destacadas mujeres se encuentra Francisca Guadalupe Valle Gómez, quien solo en los dos primeros meses de 2021 y 2022 asistió al nacimiento de 100 bebés.
El papel de las parteras es extenso y comprometido. Gabriela Cárdenas, partera profesional de la Clínica Casa A.C., explicó que “nosotras acompañamos a las mujeres desde su primera menstruación, después durante el embarazo, el parto y la menopausia”. Las parteras no solo atienden los aspectos físicos del parto, sino que también brindan apoyo emocional y cultural a las futuras madres.
En este punto, las diferencias entre las parteras tradicionales y profesionales se vuelven evidentes. Las primeras han heredado su conocimiento a través de tradiciones y experiencias personales, mientras que las segundas se han formado con educación formal en programas educativos específicos. Sin embargo, ambas comparten el objetivo de ofrecer a las mujeres la opción de un parto natural y respetado.
El reconocimiento y regulación del papel de las parteras tradicionales es un paso crucial. La Secretaría de Salud federal anunció un proyecto de Norma Oficial Mexicana de Partería, una medida aplaudida por el Movimiento de Parteras de Chiapas “Nich Ixim”. Esta norma busca brindar certeza jurídica y reconocimiento a quienes realizan esta actividad, permitiendo a las parteras ofrecer su atención de acuerdo a las preferencias de las mujeres.
El Movimiento de Parteras de Chiapas “Nich Ixim” ha alzado su voz para exigir a los gobiernos a todos los niveles el cumplimiento de lineamientos que garanticen una atención de calidad y respetuosa a las mujeres indígenas, a través de un modelo de atención intercultural y seguro. Además, buscan asegurar el acceso a servicios médicos de calidad y luchar contra la discriminación que en ocasiones enfrentan.
Las parteras tradicionales de Chiapas, como Francisca Guadalupe Valle Gómez, continúan tejiendo los lazos entre tradición y modernidad mientras desempeñan un papel esencial en la atención de la maternidad. Su labor, enriquecida por su sabiduría ancestral y guiada por un profundo respeto hacia la mujer y su experiencia de parto, sigue iluminando el camino hacia un enfoque más humano y respetuoso de la maternidad en la región.
