Goya, goya, universidad
Enriqueta Burelo/Ultimátum
Siempre soñé con estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, y creo que fue el sueño de muchas personas de mi generación, recorrer los senderos de Ciudad Universitaria, disfrutar de esa obra de arte que es la rectoría, proyecto y dirección a cargo de los arquitectos Mario Pani, Enrique del Moral y Salvador Ortega Flores; los murales de David Alfaro Siqueiros; rememorar el 68 como un parteaguas para la vida política del país, disfrutar del clásico de futbol americano UNAM vs Politécnico en el estadio universitario, sentarte en la bardita de Ciencias Políticas, que hoy con las transformaciones de la Facultad no sé dónde quedaría, a ver pasar la vida, mientras alguien canta:
Qué triste
Se oye la lluvia
En los techos de cartón
Qué triste
Vive mi gente
En las casas de cartón.
La UNAM es hoy una institución conformada por 373 mil 340 estudiantes y 42 mil 190 maestros, 6 facultades, nueve escuelas nacionales, cinco unidades multidisciplinarias, nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y cinco del Colegio de Ciencias y Humanidades, así como 35 institutos, 13 centros y 13 programas universitarios. Es también la más destacada de Hispanoamérica y la número uno de México; se clasificó en el sitio 93 a nivel mundial y entre las dos más sobresalientes de Latinoamérica.
Hoy la Universidad Nacional Autónoma de México, prepara el relevo del rector Enrique Graue, la Junta de Gobierno, anuncio que emitirá la convocatoria para aspirantes el próximo 21 de agosto y no entre septiembre y octubre, como se ha hecho en otras ocasiones. La carrera por la sucesión ha estado marcada por las preocupaciones en torno al futuro de la autonomía universitaria frente al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y otros actores políticos.
“En los tiempos que están por venir es posible que sigamos escuchando voces que quisieran moldear a su manera la forma en la que la Universidad Nacional toma sus decisiones y se gobierna a sí misma”, dijo Graue el pasado viernes, en la última reunión que presidió del Consejo Universitario. El rector, que estuvo al frente de la UNAM en los últimos ocho años, pidió que el proceso de sucesión esté apegado a la normatividad universitaria y que se rechacen “intereses ajenos y ánimos desestabilizadores”.
Un arduo trabajo le toca a la Junta de Gobierno de la UNAM en este proceso de seleccionar al nuevo rector o rectora, las presiones externas están a la orden del día, 7 candidatos y dos candidatas han dicho hasta el momento, yo quiero, entre ellos Luis Álvarez Icaza, hermano del Senador Emilio Álvarez Icaza, fundador del Frente Cívico, un líder del CEU, Imanol Ordorika, Patricia Dávila, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM y exdirectora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Mónica González Contró.
Todos y todas coinciden en la necesidad de que el proceso de sucesión se lleve a cabo conforme al pleno ejercicio de la autonomía universitaria, aun Ordorika, quien plantea que todo el mundo puede tener una opinión, pero se debe impedir a toda costa que haya una injerencia directa en el nombramiento de las autoridades universitarias.
Al referirse al mecanismo a través del cual se designa al rector, establecido en la Ley Orgánica de 1945, y que le da a la Junta de Gobierno (conformada por 15 notables académicos) esta responsabilidad, sólo Ordorika se pronuncia por la necesidad de un “cambio profundo” para adecuar el mecanismo a fin de hacerlo, dice, realmente transparente.
Por otra parte, resulta interesante señalar que es Claudia Sheinbaum Pardo, de entre los precandidatos a la presidencia de la república, quien está más cerca de la UNAM, por su calidad de académica, y participante activa en diversos movimientos, fue integrante del CEU, como Ordorika, Carlos Imaz, quien fue su pareja, Antonio Santos, y en torno a su candidatura ha reunido a antiguos ceuistas. No podemos negar la importancia de la UNAM como un espacio político de gran influencia en lo que a la vida cultural y educativa en nuestro país se refiere.
Es importante destacar la centralidad que ha tomado una política sensible a las necesidades de las mujeres y diversidades sexo-genéricas que convergen en este centro educativo. Una agenda pendiente es el tema de violencia de género, que en el año 2019 provocó la paralización durante meses en diversas escuelas de la Universidad Nacional, hay consenso en que es un tema que sigue presente. Aunque para Mónica González Contró y Patricia Dávila se han dado pasos muy importantes para erradicar este fenómeno, para Imanol Ordorika los cambios apenas son “chiquititos”.
Sobra decir que, dado el entorno político actual, la sucesión en la UNAM se va a vivir con mucha tensión y será necesario un proceso ejemplar que desemboque en la elección de un nuevo rectorado que sepa dialogar con la enorme diversidad de interlocutores que tiene nuestra universidad.
Desde 1946, cuando comenzó a elegirse el rector en la Universidad Nacional Autónoma de México, ninguna mujer ha ocupado el cargo, “Esto habla del contexto del país y de que no ha habido las condiciones para que las mujeres ocupen puestos de liderazgo, entonces eso se ve en todos lados y las políticas más recientes han hecho que haya más mujeres en puestos como senadoras, gobernadoras, ahora tenemos un número récord. Entonces, pues primero es el país”, plantea la investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, Alma Maldonado.
Por lo pronto le deseamos larga vida a la UNAM y que la Junta de Gobierno, lleve a buen puerto el proceso de selección del próximo rector o rectora.
enriquetaburelomelgar@gmail.com