Hubiera sido un buen cierre para los objetivos del Frente Amplio por México que el domingo se llevaran a cabo las elecciones internas. Sin embargo, desde que el singular líder del PRI adelantó que la tendencia era desfavorable para Beatriz Paredes todo adquirió una dimensión diferente. La declinación de la tlaxcalteca le quitó sentido a la elección, por más que le hubiera dado a la oposición un elemento diferencial. En su lugar se va a llevar a cabo un gran acto para ungir como candidata del Frente a Xóchitl. El reto para el Frente está en que la movilización no sólo sea de los partidos que lo integran. Si tanto se ha ponderado la presencia ciudadana, sería importante que no sean las dirigencias de los partidos y las caras de siempre las que estén en el templete.
Habrá que ver cómo se mueve en esas aguas Xóchitl Gálvez y si logra desde el principio pegar en la mesa para hacer valer a las diferentes organizaciones sociales que han impulsado su candidatura y su triunfo. Se podrán hacer muchas conjeturas, pero en los hechos Beatriz Paredes ha dejado en claro las cosas. Sus palabras no cuestionaron el actuar de Alito, más bien le hizo un reconocimiento muy a la manera de los priistas; al final, Beatriz nunca dejó de ser institucional como siempre lo ha sido. La senadora se va a convertir en referente de la política. Mientras se mantenga con vida el PRI, su opinión será por muchos motivos importante para la actividad política por su gran experiencia y por lo que ha visto y ha hecho. No termina la vida política de la tlaxcalteca, lo que sí es que tendrá otra posición y será una política a la que se le reconozca y consulte y más cuando se trate del muy diluido PRI.
Como era de esperarse, el Presidente desacreditó y jugueteó con la idea de que ganó la apuesta. Si nos atenemos a lo que se ha dicho a lo largo de varios años, muchos podrían decir que desde antes le ganaron la apuesta el Presidente con el tema de Claudia Sheinbaum, es cuestión de días para confirmarlo. Xóchitl va a entrar en una correlación de fuerzas distinta con el Presidente. La razón más importante es que si bien faltan formalidades, es ya la candidata a la Presidencia y que no se le puede menospreciar ni llenar de juicios ligeros, porque además de todo, si algo tiene la hidalguense es que no deja pasar ni una sola; en algún sentido hay juego nuevo con la candidatura. Lo que el Frente debe aprovechar es que ha logrado mover la agenda. El proceso que ha vivido a lo largo de estos meses le permitió algo que a la distancia parecía imposible. Le quitó al Presidente la agenda y el proceso del Frente acaparó la atención, incluso entre los morenistas en los intentos por desacreditarlo.
De no ser por las denuncias de Marcelo Ebrard, la elección del partido gobernante ha tenido dosis anticlimáticas. Por momentos pareciera que el asunto está definido en la persona de Claudia Sheinbaum. Este hecho, junto con lo que con razón se piensa sobre las preferencias del Presidente, que el proceso ha tenido tomas y dacas menores, y que, de alguna u otra manera, se ha llevado la mayor atención Claudia; ha provocado que las miradas se concentren en el Frente en donde hubo debate, encuestas públicas y además un desenlace que, si bien es confuso, llamó la atención de todos. La conferencia de prensa de Mario Delgado del miércoles estuvo a nada de pasar de largo. Ahora habrá que ver si estamos ante los 15 minutos de fama del Frente o si de plano estamos en el preámbulo de una competencia electoral distinta de lo que hoy dicen las encuestas.