Está muy verde
Alejandro Moguel/Ultimátum
Mucha gente ha pensado y sigue pensando que lo mejor para Luis Donaldo Colosio Riojas es quedarse donde está y dirigir su mirada hacia otro escalón más cercano, viable y provechoso para que en el futuro, y de acuerdo con las circunstancias que se le vayan presentando. Hasta entonces, poder aspirar, con mayores posibilidades de triunfo, a la silla grande.
Le falta caminar aún mucho tramo en el sendero de la vida que le pueda dotar de madurez individual y de más experiencia política. Le falta entretejer muchas relaciones interpersonales con los hombres del poder político de alto nivel, con quienes ostentan el poder del dinero y con aquellos que ostentan los poderes fácticos quienes tienen una influencia preponderante en la vida pública nacional.
En esos aspectos, los cuatro de Morena le llevan miles de kilómetros andados. Marcelo Ebrard ya fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, una de las capitales más densamente pobladas del mundo, ya se había codeado con personajes importantes de la talla de Manuel Camacho Solís y de Andrés Manuel López Obrador, antes y ahora, y ya fue secretario de Relaciones Exteriores, nada más y nada menos.
Adán Augusto López Hernández ha sido diputado local, federal, gobernador de su estado y secretario de Gobernación.
Claudia Sheinbaum fue secretaria del Medio Ambiente y jefa de gobierno de la Ciudad de México, entre otros cargos, y Ricardo Monreal Ávila ha sido diputado local, diputado federal, gobernador de su estado natal, Zacatecas, jefe de la Delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, senador, coordinador de senadores de Morena y presidente del Senado. O sea, todos ellos llevan muchos caballos de ventaja a Colosio Riojas.
Todas esas cosas, más alguna presión de Palacio Nacional, más alguna otra presión desde dentro de su partido, tal vez alguna reflexión personal y de sus amigos cercanos, debieron haber influido para que Colosio junior haya tomado la decisión de que no va a participar como aspirante a candidato del partido naranja a la presidencia de México.
Recordemos que el actual alcalde de Monterrey es hijo del malogrado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado a balazos en un mitin de proselitismo, el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California. Él tenía apenas nueve años de edad cuando su padre sufrió aquel atentado y desde entonces no había manifestado interés por participar en política, hasta las elecciones de 2021, cuando tenía 36 años.
Varios analistas creen que, con el nombre de su padre, el actual edil podría remontar su popularidad como para ser candidato a la presidencia. Sin embargo, muchos otros observan que la juventud actual, de entre 18 y 40 años de edad, desconocen completamente el nombre de Colosio Murrieta e ignoran su importancia en la política mexicana antes de 1994, porque muchos de ellos tenían justamente nueve años de edad cuando el magnicidio y muchísimos otros ni siquiera habían nacido en aquella fecha.
DATOS, DATOS
Según los datos del INE (al 17 de marzo de 2023), en el padrón electoral de nuestro país están inscritas 96 millones 523 de personas. De ese total, 26 millones 93 mil tienen hoy entre 18 y 30 años de edad, es decir, un 27% de la población. Ese porcentaje desconoce completamente quien fue el candidato presidencial de 1994. O sea, eso echa abajo la teoría de quienes piensan que la popularidad de Colosio Murrieta se trasladaría de manera automática hacia su hijo Colosio Riojas.
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