¿Qué le pasó a Marcelo?
Alejandro Moguel/Ultimátum
Muchos lo creíamos que, si no era una lumbrera, sí era, por lo menos, medianamente inteligente, pero eh que no. Nada favorable ha hecho, ni siquiera a favor de sí mismo.
Hundió en un fango, espeso y nauseabundo, la poca credibilidad del proceso interno de Morena y de sus encuestas. Con una gran persistencia ahondó aún más el desagrado que ya de por sí el presidente, Andrés Manuel López Obrador sentía en su contra y parar él, nada positivo. Ni siquiera la oposición le abierto las puertas de par en par. Son guiños, nada más. Si acaso Movimiento Ciudadano le abriera las puertas para concretar su tan ansiado sueño de verse en las boletas como candidato a la presidencia, Marcelo llegará muy, muy desgastado.
Sus hechos traen a mi memoria el trabajo realizado por el historiador italiano Carlo M. Cipolla denominado Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana.
Estableció una teoría que hasta hoy en día nadie la ha contradicho: que todo ser humano está enclavado en cuatro categorías: 1.- Incautos, que actúan por despistados, ingenuos o distraídos, pero que no quieren conscientemente hacer daño a nadie; 2.- Los inteligentes quienes hacen uso de todas sus habilidades para obtener beneficios propios, pero sin necesariamente querer hacer daño a terceros; 3.- Los malvados que, como su nombre lo dice, no les importa pasar por encima de los demás para lograr sus propósitos; Y, al final, están los estúpidos. Estos causan “un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, incluso obteniendo un perjuicio”. Es decir, el sujeto que está en esta categoría afecta a terceros, desfavorece a los de su grupo y se causa daño a sí mismo. Con la pena, ahí está Marcelo.
Estuvo dudando todo el tiempo de las encuestas, arrojó lodo al proceso interno de Morena, se negó a asistir al ungimiento de la ganadora de ese proceso y, después de eso y por encima de todo, ha anunciado que va a recorrer el país para denunciar presuntas irregularidades que a su juicio se cometieron en esa competencia, realizada entre él y sus pares cuatroteístas.
Marcelo Ebrard anunció que a partir del 18 de septiembre consolidará su movimiento político nacional y recorrerá el país para encontrarse con sus simpatizantes y explicarles su posición tras el proceso interno de Morena.
Informó que esperará la respuesta de Morena a sus denuncias, para saber si continuará o no en este partido. Recordemos que Ebrard solicitó la impugnación del proceso interno para seleccionar a la persona que coordinará la Defensa de la Cuarta Transformación, en el cual resultó ganadora la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
La verdad, no se entiende bien a bien cuál es su estrategia. Con ese recorrido en el interior de México, pareciera que quiere seguir echando sal a las heridas, que ya de por sí él mismo ha causado entre sus correligionarios de Morena y con el mandatario nacional a quien le hubiera gustado que el multicitado proceso hubiera salido planchadito, plano y sin sobresaltos, pero justamente Marcelo lo descompuso. ¿Qué sucederá con él? A juzgar por sus múltiples y reiterados hechos, a Marcelo le puede suceder cualquier cosa, menos que pueda regresar a Morena. Ahí, de verdad y como él mismo lo reconoció hace poco, ya no tiene cabida.
alexmoguels@hotmail.com