Ultimatum Chiapas
  • Noticias
    • Chiapas
    • Nacional
    • Municipios
    • Editorial
  • Opiniones
  • Policiacas
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Tecnología
No Result
View All Result
  • Noticias
    • Chiapas
    • Nacional
    • Municipios
    • Editorial
  • Opiniones
  • Policiacas
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Tecnología
No Result
View All Result
Ultimatum Chiapas
No Result
View All Result
Home Opiniones AUSTRAL

AUSTRAL

18 de septiembre de 2023
in AUSTRAL, Opiniones
AUSTRAL
Compartir en FacebookCompartir en Twitter

La tumba perdida del general Melo

Ricardo del Muro/Ultimátum

Los restos del ge­neral José María Melo, soldado de Simón Bolívar, ex­presidente de la Nueva Gra­nada y reivindicado como precursor del socialismo en Colombia, se encuentran en un sepulcro perdido en la finca Juncaná, en el bello municipio fronterizo de La Trinitaria, en la región de las lagunas de Montebello en Chiapas.

La figura histórica del general Melo (Chaparral, Colombia, 9 de octubre de 1800 – La Trinitaria, Chia­pas, México, primero de junio de 1860) ha sido rei­vindicada por el presidente Gustavo Petro. En su prime­ra visita oficial a México, en diciembre de 2022, solicitó a su homólogo, Andrés Ma­nuel López Obrador, la re­patriación de los restos del general Melo a Colombia, petición reiterada en la re­ciente visita, el 9 de septiem­bre, de López Obrador.

De origen indígena, el general Melo es considera­do por el historiador Gus­tavo Vargas Martínez como el precursor del socialismo en Colombia, además de que su muerte es semejante al asesinato del Che Guevara en Bolivia.

A los 18 años, Melo se unió al Ejército Libertador y tras la muerte de Bolívar, en 1830, se exilió en Europa, donde conoció las ideas so­cialistas de Fourier y Saint Simon. Al regresar a Colom­bia, participó con el artesa­no Ambrosio López en la fundación de las Sociedades Democráticas, que se opo­nían al libre comercio con Francia, Inglaterra y Esta­dos Unidos, porque “arrui­naban la economía nacio­nal” y también exigieron el respeto de los Resguardos Indígenas y abolición de la esclavitud.

Después de haber enca­bezado la revolución de los artesanos en 1854 y perma­necer ocho meses, del 17 de abril al 4 de diciembre de 1854, como presidente de la República de la Nueva Granada (antiguo nombre dado a la actual Colombia y la entonces provincia de Panamá), el general Melo fue desterrado.

Se embarcó a Costa Ri­ca, luego combatió contra la invasión del estadouni­dense William Walker en Nicaragua; se trasladó al Salvador para trabajar co­mo instructor de tropas y el 10 de octubre de 1859, llegó a la frontera de México pa­ra unirse al movimiento de Reforma de Benito Juárez, encabezado en Chiapas por Ángel Albino Corzo.

En la madrugada del primero de junio de 1860, en la finca de Juncaná, el destacamento del general Melo, fue sorprendido por las tropas del general con­servador, Juan Antonio Ortega, quien ordenó su in­mediata ejecución. Fue un asesinato, sin juicio de por medio. De acuerdo con una carta de Romualdo Guillén, integrante de la tropa de Or­tega, fechada el 14 de junio de 1860, el general Melo fue sepultado por los indígenas tojolabales frente a la capilla de la finca.

Se han hecho tres inten­tos para localizar y exhu­mar el cadáver del general Melo para su repatriación a Colombia. La primera búsqueda fue en 1940 por instrucciones del enton­ces presidente Lázaro Cár­denas, a solicitud de Luis López de Mesa, ministro de Relaciones Exteriores y de Jorge Zawadsky, ministro de la Legación de Colombia en México, pero no existe in­forme sobre esa excavación.

La segunda búsqueda de los restos fue en junio de 1989, durante el gobierno de Carlos Salinas, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en res­puesta a la solicitud del pre­mio Nobel, Gabriel García Márquez, y el historiador colombiano Gustavo Var­gas Martínez, en donde tam­bién participaron los escri­tores Alvaro Mutis, Ricardo Cuéllar Valencia y el poeta Enoch Cancino Casahonda. Los resultados fueron pre­carios, porque las excava­siones no fueron profundas, el presupuesto se acabó y se comprobó que frente a la ca­pilla no sólo estaría enterra­do el general Melo sino que se trataba de un panteón.

Ahora, el presidente López Obrador designó al director del Archivo General de la Nación, Carlos Enrique Ruiz Abreu, para la tarea de “recabar y compilar regis­tros históricos relacionados con la trayectoria del expre­sidente Melo en el Estado de Chiapas y su participación en la Guerra de Reforma”.

Representantes de Co­lombia en México tuvieron una reunión en la que Ruiz Abreu les confirmó que “han adelantado ocho intentos de localización de los restos del general Melo que, pese a no ser exitosos, ofrecen luces para avanzar en la identifica­ción documental relaciona­da”, explica una carta envia­da en junio de este año por la cancillería a los gobernadores indígenas de Tolima, depar­tamento de Colombia.

Al respecto, señala la mi­siva que “se han identificado cuatro posibles ubicaciones que serán revisadas in situ por medio de una comisión de búsqueda organizada por el INAH de México y las autoridades del Estado de Chiapas”.

Más allá de la tumba, el poeta Enoch Cancino señaló que el general Melo llegó a nuestras tierras acompañado de su hijo Máximo, de doce años de edad, quien fue edu­cado por don Ángel Albino y más tarde contrajo nupcias con su hija menor, Amanda, matrimonio del cual descien­de una numerosa y noble fa­milia chiapaneca.

ricardodelmuros@hotmail.com

Discussion about this post

Ultimatum Chiapas

© 2025 Editorial MOSA
Sitio creado por XION Tecnologías.

Navegación

  • Aviso de Privacidad

Redes Sociales

No Result
View All Result

© 2025 Editorial MOSA
Sitio creado por XION Tecnologías.