Reconocimientos al poeta Óscar Oliva: X FeriaInternacional del Libro Unach y XXI Encuentro delMundo Latino
José Natarén/Ultimátum
Durante los años recientes, nuevas lecturas de la obra del poeta Óscar Oliva, nos han permitido aproximarnos a una de las voces más relevantes del último medio siglo en Latinoamérica. Los principales ensayistas y críticos literarios del país, como Evodio Escalante, Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva y Eduardo Milán, coinciden en considerarlo el mejor poeta de México en la actualidad. Algunos de ellos han participado en los reconocimientos organizados al poeta por las instituciones, de educación superior, y gubernamentales. Por segunda ocasión, el Ayuntamiento Constitucional de Tuxtla Gutiérrez entregó el Premio de Poesía Óscar Oliva, al poeta, ensayista y académico Ignacio Ruiz-Pérez, resultado de una convocatoria de carácter nacional. Este Premio fue creado como reconocimiento al autor de “Estratos”, en el marco de los festejos por los 85 años de su edad. La ceremonia se efectuó el 21 de septiembre. Días después, el 27 de septiembre, se instauró la Medalla Óscar Oliva, en el marco del Festival Mundial de Poesía de San Cristóbal, en el que Premio Nacional de Artes y Literatura 2021 leyó poemas inéditos.
El 4 de octubre, la UNACH, a través del Rector, Dr. Carlos F. Natarén Nandayapa, entregó un reconocimiento al autor de “Estado de sitio”, quien donó a la universidad más de 1,700 volúmenes de su biblioteca personal. Esa tarde y la siguiente, Evodio Escalante y José Ángel Leyva presentaron ponencias sobre su poesía. A decir de Leyva: “La poesía de Oliva porta el sentido de la perseverancia”. Por su parte, Escalante afirmó: “El yo poético de Oliva es multifacético y multidimensional. El pasado y el futuro se conjugan y se entremezclan con el presente atroz, la realidad se vuelve fantasía y la fantasía a su vez realidad: el significante poético rompe barreras y emprende cabriolas inesperadas que nos sorprenden y a la vez nos cuestionan”. El próximo sábado 21 de octubre, al autor de “Trabajo Ilegal”, se le impondrá la Medalla del XXI Encuentro de Poetas del Mundo Latino, el más significativo de su género en México y que este año está dedicado a él.
Este Encuentro tiene por institución auspiciante al Seminario de Cultura Mexicana, en coordinación con el Instituto Cultural Aguascalientes, el gobierno de ese estado, el Centro Ricardo B. Salinas Pliego, Arte & Cultura y la Dirección de Literatura de la UNAM. Surgió en 1986, cuando el maestro Campos, en ese entonces director de Literatura de la UNAM, propuso su creación al Subdirector del INBA, el poeta Víctor Sandoval. Entre quienes se sumaron a esta iniciativa estuvieron el director de Literatura del INBA, Felipe Garrido y Daniel Leyva, funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La primera edición tuvo por sede la Ciudad de México y entre las capitales en las que se ha realizado se encuentran Oaxaca, Morelia, Querétaro, Campeche y Aguascalientes. En 2019, se canceló por recortes presupuestales.
El Encuentro ha tenido cientos de poetas participantes de México, Guatemala, Honduras, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Uruguay, Argentina, Italia, Francia, España, Portugal Canadá y Rumania. Entre los poetas celebrados recientemente en el En- CULTURA Reconocimientos al poeta Óscar Oliva: X Feria Internacional del Libro Unach y XXI Encuentro del Mundo Latino José Natarén/Ultimátum cuentro se cuenta a Nuno Júdice y Antonio Cisneros; José Emilio Pacheco y Joan Margarit, ambos Premio Cervantes. Otras actividades vinculadas al Encuentro han sido los Premios “Víctor Sandoval” y “Jaime Sabines/Gatien Lapointe”, reconocimiento entregado a Oliva en 2019.
Enhorabuena al autor de Escrito en Tuxtla. Y al maestro Campos. Y a la poesía del Mundo Latino, por el Encuentro. Les compartimos la primera parte del capítulo XII de este libro publicado en 2022: “¡Efectos secundarios bajo luces fluorescentes! ¡Cíclopes en las cien esquinas! no sé realmente desde qué respiración continuar, entonces me doy cuenta de que alguien falta, no sé a quién he olvidado, reviso mi cuaderno de trabajo, voy hasta la última página, no encuentro las cenizas de la estrella que no me quiso decir cómo termina la vida, regreso al principio, sin olvidar nada. ¿Dónde, entre lo dormido y lo despierto, nos encontraremos? No sé a quiénes hago esta pregunta al recoger con una pala un montón de ceniza, para sentirme algo místico en el rescoldo de ayer: mientras acomodo una bolsa de agua caliente en mis pies saboreo unos caramelos con esencia de violetas y dátiles, me desconecto, decido revolotear de aquí para allá, hasta el jardín capaz de regenerarse a cada minuto, girar con la flor licantrópica, para regenerarme, transmutarme: ya hembra es el alma mía, al quedar con el frente hacia la espalda, para reconocer el mar que oigo y siento en mis brazos, hincha mis ojos, no sé realmente cómo continuar sin reparo.
No sé realmente desde qué respiración continuar, no me hallo, escribo, borro, rompo todos los papeles, aviento los pedazos para que me caigan en la cara y pueda medir cuánto tiempo falta para que llegue hasta mí la primera onda expansiva, en el límite de la tensión poética, al potenciar una palabra con otra, hasta que me sosiegue al final del laberinto, con mucha sed, sin hemorragia, y pueda ver de nuevo la Y de la Vía Láctea, la de Edgard Allan Poe, con el café que me proporcionará horas paradisíacas, como si ya estuviera en la alberca hidrotermal. (Otro momento paradisíaco: dormir en una hamaca a la sombra del flamboyán)”.