La inteligencia artificial, el desempleo y la nueva educación
Amado Ríos Valdez/Ultimátum
Una pareja sale a la calle y toma un taxi que los está esperando justo en el momento en el que salen de su casa. Ellos quieren ir a comer a un restaurante que se encuentra en el centro de la ciudad y platican alegremente en el asiento trasero. Llegan al restaurante en un tiempo óptimo, sin contratiempos, sin accidentes, por la mejor ruta posible y sin mediar palabra con el chofer, simplemente porque no hay chofer en el taxi. El vehículo es autónomo, se maneja solo mediante inteligencia artificial y decenas de sensores por todo el vehículo, es además, parte de una flotilla de taxis que crece rápidamente a medida que los usuarios los ven con confianza y se sienten más seguros.
EL FUTURO NOS ALCANZÓ
La escena que acabo de describir no es parte de una película sobre un lejano futuro sino parte de una realidad ya en práctica en ciudades como San Francisco, Phoenix, Austin, Dallas, Houston, Miami y Washington D.C. en Estados Unidos, Shenzhen, Shanghai y Beijing en China, Tokio en Japón, Sídney y Melbourne en Australia y Estocolmo en Suecia; y el servicio lo prestan 7 empresas que, además cuentan solo con autos 100% eléctricos.
Los autos autónomos tienen muchas ventajas por encima de los autos conducidos por un ser humano. Piense que solo en el año 2022 ocurrieron en el mundo 1.3 millones de muertes y 50 millones de lesiones discapacitantes por accidentes de autos y que las causas principales de los accidentes fueron por un factor humano como conducción imprudente, exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol o drogas, conducción distraída, la fatiga, la enfermedad o la vejez. Los autos autónomos no presentan estos tipos de problemas y tienen además la capacidad de aprender en un segundo las nuevas normativas de tránsito, cuando en los conductores humanos la adaptación y el conocimiento de las nuevas reglas lleva meses. Las estadísticas de accidentes de los autos autónomos del 2022 y lo que va del 2023 se han producido 656 accidentes, la mayoría leves y por culpa de los conductores humanos.
La automatización y el avance incontenible de la Inteligencia Artificial (IA) augura un crecimiento en la mayoría de actividades productivas y ocupaciones. El desplazamiento de los conductores humanos en taxis, autobuses públicos, trenes, metro, etc es un hecho que se dará en los siguientes 5 años. En otras profesiones y trabajos se dará también paulatinamente ese desplazamiento y lo más probable es que ocurra en las actividades que implican tareas rutinarias, repetitivas o que requieren poca creatividad.
Las actividades y profesiones que se verán desplazadas en los próximos 5 años, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, son: contadores, correctores de estilo y redacción, escritores, diseñadores, dibujantes, recepcionistas, captura de pedidos y atención al cliente, vendedores, analistas financieros, trabajos de limpieza y jardinería. Además de estos, que son solo algunos ejemplos, hay otras profesiones que deberán modificar sus actividades si no quieren ser desplazados por la automatización, como el diagnóstico médico, la elaboración de demandas judiciales, la producción de artículos que aún no ha sido automatizada, diagnósticos de laboratorio, operadores de telemarketing, encuestadores, empleados bancarios, capturistas de datos, entre otros.
RIESGOS DE LA IA
En su libro “21 lecciones para el siglo XX!”, el historiador Yuval Noah Harari analiza los riesgos que tiene el avance de la IA:
Harari cree que la IA tiene el potencial de automatizar una gran cantidad de trabajos, lo que podría conducir a un aumento del desempleo y la desigualdad. Esto podría conducir a la pérdida de puestos de trabajo para los trabajadores que realizan estas tareas. Por ello es importante que los gobiernos y las empresas tomen medidas para ayudar a los trabajadores que se vean desplazados por la IA, como la formación y educación para preparar a los trabajadores para nuevos puestos de trabajo, programas de apoyo para ayudar a los trabajadores a encontrar nuevos empleos y las Inversiones en políticas sociales para ayudar a las personas que se queden sin empleo.
Harari cree que la IA podría utilizarse para desarrollar armas autónomas que podrían matar sin intervención humana. Estas armas podrían ser muy peligrosas, ya que podrían ser utilizadas para matar a personas sin ninguna consideración moral. El autor señala que es importante que los gobiernos desarrollen regulaciones para controlar el desarrollo y uso de armas autónomas.
En otro punto, el historiador cree que la IA podría utilizarse para manipular a las personas y controlar su comportamiento. Por ejemplo, la IA se podría utilizar para crear propaganda personalizada que se dirige a las personas de forma individual. Esta propaganda podría utilizarse para influir en las elecciones, manipular el comportamiento del consumidor o incluso incitar a la violencia. Harari cree que es importante que los ciudadanos sean conscientes de los riesgos de la manipulación por IA. Los ciudadanos deben ser críticos con la información que reciben y deben estar atentos a los intentos de manipulación. “La IA podría ser utilizada para crear propaganda que sea tan convincente que sea imposible distinguirla de la verdad” dice en el libro referido.
Un riesgo más advertido por Yuval N. Harari es que es posible que la IA alcance un punto en el que supere la inteligencia humana, lo que podría tener consecuencias imprevisibles para la civilización. Por ejemplo, la IA podría hacerse cargo de la sociedad y reemplazar a los humanos. Harari cree que es importante que los humanos reflexionen sobre los posibles riesgos de la singularidad. Los humanos deben desarrollar estrategias para garantizar que la IA se utilice para el bien y que no se utilice para dañar a la humanidad.
LA EDUCACIÓN DEBE ADAPTARSE Y CAMBIAR RADICALMENTE
Hasta hace 1 año, las herramientas de la IA no estaban al alcance del público en general. Hoy con las aplicaciones y programas como ChatGPT, Bing, Bard, y muchas otras, los estudiantes de todos los niveles educativos ( en realidad lo puede hacer cualquier persona) pueden realizar textos, resúmenes de libros y artículos, análisis de datos, imágenes y textos complejos, realizar operaciones matemáticas de las más simples a las más complejas, incluso desarrollar lenguajes de programación, todo en su computadora o su teléfono inteligente en segundos. Ante esta realidad ¿qué sentido tienen las tareas y los ejercicios de memorización? La educación va a cambiar radicalmente como la conocemos y debe adaptarse a las nuevas tecnologías de la información y la automatización o quedará obsoleta y los estudiantes, maestros y países que no lo hagan caerán igualmente en la obsolescencia.
Lo mismo las universidades. Deberán cambiar sus carreras y profesiones y adaptarlas a las nuevas necesidades del mercado laboral que abrirá el crecimiento de las IA, a riesgo de que, de no hacerlo, produzcan más profesionistas desempleados y frustrados. Carreras como contaduría, administración, medicina (la general y de diagnóstico), Derecho, Diseño gráfico e industrial, entre muchas otras, tendrán que modificar radicalmente su plan de estudios. El problema es que eso no está ocurriendo y las universidades, colegios académicos y profesores no están viendo el tsunami que se viene.
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