Amado Ríos Valdez/Ultimátum
La devastación que dejó el paso del huracán Otis por Acapulco y otros municipios costeros del estado de Guerrero debe hacernos reflexionar en lo que podemos esperar de estos fenómenos atmosféricos en los siguientes años y qué podemos hacer para que los daños no sean tan grandes y dolorosos como ha sido el huracán que llegó a la categoría máxima en la escala de Saffir-Simpson. Diversos estudios científicos predicen que los huracanes y su intensidad se incrementarán en los siguientes años por efecto del cambio climático. Estos incrementos serán particularmente notables en los años en los que el calentamiento global, producto del consumo de combustibles fósiles, se combine con el fenómeno de El Niño. Eso fue lo que ocurrió este año y lo que propició las condiciones para la formación y el incremento acelerado del huracán Otis.
¿QUÉ ES EL FENÓMENO DE EL NIÑO?
El fenómeno de El Niño es un evento climático periódico que ocurre en el océano Pacífico tropical. Se caracteriza por el calentamiento anormal de las aguas superficiales del Pacífico oriental y central, y por una serie de cambios asociados en la atmósfera. El fenómeno de El Niño ocurre con una frecuencia de aproximadamente 2 a 7 años. Su duración puede variar de unos pocos meses a un año o más.
El fenómeno de El Niño se origina por la interacción entre los vientos alisios y la circulación termohalina del océano Pacífico. Los vientos alisios, que soplan desde el este hacia el oeste, empujan las aguas cálidas de la superficie del Pacífico oriental hacia el oeste. Estas aguas cálidas se acumulan en el Pacífico occidental, calentando la atmósfera y provocando lluvias abundantes. Durante un evento de El Niño, los vientos alisios se debilitan o incluso se invierten, permitiendo que las aguas cálidas de la superficie del Pacífico oriental regresen hacia el este. Esto provoca un enfriamiento de la atmósfera en el Pacífico occidental y un calentamiento en el Pacífico oriental. El fenómeno de El Niño tiene un impacto significativo en el clima de todo el mundo.
En el Pacífico, provoca lluvias abundantes en el Pacífico oriental y central, y sequías en el Pacífico occidental. En América del Sur, provoca inundaciones en la costa norte, y sequías en la costa sur. En América Central y el Caribe, provoca huracanes más intensos y frecuentes. El huracán Otis, que azotó las costas de Acapulco el 24 octubre de 2023, fue un ejemplo de cómo el fenómeno del Niño puede influir en la formación y la intensidad de los huracanes. Otis fue un ciclón tropical compacto pero muy poderoso que hizo un devastador efecto en Acapulco y varios municipios más, como un huracán de categoría 5. Fue el primer huracán del Pacífico en tocar tierra a una intensidad de categoría 5 y superó al huracán Patricia como el huracán más fuerte que ha tocado tierra en el Pacífico.
¿CUÁNTOS HURACANES PODEMOS ESPERAR EN EL 2024?
Las predicciones de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos para la temporada de huracanes del Atlántico 2024 sugieren que podría ser una temporada hiperactiva. Se pronostica que habrá entre 14 y 21 tormentas nombradas, de las cuales entre 6 y 11 podrían convertirse en huracanes, incluyendo de 2 a 5 “huracanes mayores” que alcanzarán la categoría 3 o superior. Estas predicciones se basan en una serie de factores, incluyendo las condiciones del fenómeno de El Niño y las temperaturas de la superficie del mar. Sin embargo, es importante recordar que estas son sólo predicciones y que la realidad puede variar. Por ejemplo, la temporada de huracanes del Atlántico 2023 superó ligeramente la mayoría de las predicciones debido al desarrollo de una débil La Niña durante el mes de agosto, que contribuyó a un aumento de la actividad en los meses de septiembre y octubre.
¿PUEDEN ESPERARSE MÁS HURACANES Y MÁS INTENSOS EN LOS SIGUIENTES AÑOS?
Diversos estudios científicos sostienen la hipótesis de que es altamente probable que las tormentas tropicales y los huracanes se incrementen en los siguientes años y décadas, producto principalmente de la crisis climática mundial provocada por el consumo de los combustibles fósiles y la consecuente emisión de gases de efecto invernadero. Algunos de los estudios científicos mencionados son los siguientes: “Projected changes in tropical cyclone activity under global warming”, publicado en la revista Nature en 2013.
Este estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, concluyó que el cambio climático podría provocar un aumento de hasta el 30% en la frecuencia de los huracanes de categoría 3 o superior en el Atlántico Norte para finales del siglo XXI. “Global warming and the intensification of tropical cyclones”, publicado en la revista Science en 2018. Este estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia, concluyó que el calentamiento global está provocando un aumento de la intensidad de los huracanes, especialmente en las regiones tropicales. “The future of tropical cyclones in a changing climate”, publicado en la revista Nature Climate Change en 2021.
Este estudio, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Miami, concluyó que el cambio climático podría provocar un aumento de hasta el 50% en la frecuencia de los huracanes de categoría 3 o superior en el Atlántico Norte para finales del siglo XXI. Estos estudios se basan en modelos climáticos que simulan el comportamiento de los huracanes en un escenario de calentamiento global. Los resultados de estos modelos son consistentes en predecir un aumento de la frecuencia y la intensidad de los huracanes en el futuro. Además de estos estudios específicos, también existen informes de organizaciones internacionales como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que señalan la tendencia al aumento de la frecuencia y la intensidad de los huracanes en el contexto del cambio climático.
En concreto, el informe de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2022 señala que la temporada de huracanes del Atlántico de 2022 fue la séptima más activa de la historia, con 21 tormentas con nombre, de las cuales 11 fueron huracanes y seis de categoría mayor (categoría 3 o superior). El informe también señala que la temporada de huracanes del Pacífico Oriental de 2022 fue la segunda más activa de la historia, con 20 tormentas con nombre, de las cuales 13 fueron huracanes y nueve de categoría mayor.
Estos datos sugieren que la tendencia al aumento de la frecuencia y la intensidad de los huracanes en el contexto del cambio climático es una realidad que ya estamos experimentando. Tenemos el aviso con varios años de anticipación, con el soporte de varios estudios científicos, ojalá que esto y los dramáticos efectos de Otis, nos impulsen a desarrollar capacidades de prevención eficaces y oportunas y que no se limiten a un tuit con la tormenta encima. amado.rios@gmail.com