“La salud como Dinamarca”
Rodolfo L. Chanona/Ultimátum
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado reiteradas veces que, el sistema de salud mexicano, será como el de Dinamarca; no obstante, especialistas han afirmado que, en México para tener un sistema de salud, como el de ese país nórdico, se tardaría aproximadamente 30 años para lograrlo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud OMS, para contar con un sistema de salud de calidad y de acuerdo a las características de Latinoamérica, se deben tomar en cuenta algunos elementos que se consideran esenciales para su correcto funcionamiento y fortalecimiento, que permiten brindar servicios equitativos, sostenibles y de alta calidad.
La OMS señala que, dentro de estos elementos está, el contar con correctas políticas públicas sanitarias que controlen la corrupción y contribuyan a un liderazgo eficaz del sector salud de cada nación; así como, incrementar los presupuestos públicos en salud, mejorando la asignación y uso del dinero, lo que permitirá aumentar los resultados positivos y una correcta gestión de farmacéuticos e insumos.
Otro de los elementos, es generar un adecuado desarrollo e implementación de modelos de atención que promuevan servicios efectivos de alta calidad y con menor porcentaje de segmentación de la atención; fortaleciendo los sistemas de información y monitorización que permitan recopilar y analizar la información de salud, con el propósito de mejorar la toma de decisiones a nivel gerencial en las instituciones.
Considerando la OMS que, una adecuada prestación de los servicios de salud, se hace consistir en ofrecer un rango amplio de servicios apropiados para las necesidades de la población, debiendo tener un carácter preventivo, curativo, paliativo, de rehabilitación y de promoción de la salud; accesibles, sin barreras geográficas, financieras o lingüístico-culturales y diseñados para cubrir a toda la población objetivo; prestándose dicho servicio en el momento adecuado y respondiendo a las necesidades reales de los pacientes; prestaciones que deben girar en torno a la persona y no a la enfermedad o al financiamiento.
En México en el año 2019, como parte de una política pública en salud del Gobierno Federal, se aprobó la desaparición del Seguro Popular y hubo reformas a la Ley General de Salud para crear el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI); por lo que, entre 2020 y 2021, se implementaron nuevos esquemas de adquisición de insumos médicos y finalmente en 2022, ante las evidentes deficiencias en la implementación del propio INSABI, se puso en marcha la transición de los servicios de salud a un nuevo modelo el “IMSS-Bienestar” del que aún no existen resultados tangibles.
Sin embargo, los otros datos en materia de salud, registran en la actualidad cifras desalentadoras, por ejemplo, la firma global William Russell que es proveedora de seguros internacionales de salud, vida y protección de ingresos, sacó un ranking de los peores sistemas de salud en el mundo, tomando tres indicadores, consistentes en: número de hospitales, camas por habitante y personal contratado por habitantes; donde México arrojó respecto a camas por habitante, ser el peor sistema de salud del mundo, por contar con 0.97 camas por cada 1000 hab., existiendo 123,275 camas para 126 014 024 millones de hab.
Datos que en la realidad se puede constatar, tan solo con darse una vuelta en las salas de urgencias de los hospitales públicos del Estado de Chiapas, para percatarse que, los pacientes son atendidos en los pasillos como si se tratara de una zona de guerra o una catástrofe, bajo condiciones deplorables y violatorias a la dignidad humana.
Otro dato al respecto, es lo que arroja el informe de programas prioritarios 2023 publicado por CONEVAL, en el cual, entre otros, realizó el análisis del programa social denominado para la Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral, que entró en vigencia en el año 2020 y que tiene como propósito que, la población sin seguridad social, tenga acceso efectivo, pleno y equitativo a la atención a la salud y a los medicamentos gratuitos, disminuyendo las tasas de morbilidad y mortalidad.
Sin embargo, lamentablemente este ha experimentado desde su creación a la fecha, un declive, pasando del 2º al 10º lugar, en el ranqueo presupuestario de los 17 programas sociales prioritarios, descendiendo 8 posiciones; siendo un programa que tiene nula claridad de la población objetivo y área de cobertura, lo que no ha permitido al CONEVAL evaluar su efectividad; habiendo tenido un decremento presupuestal del 35%.
De acuerdo a un reciente estudio, mediante el cual, se evalúa el índice del progreso social en nuestro país, de cómo vamos a 5 años de la 4ª. transformación, se encontró que, ha existido un deterioro en el componente de nutrición y cuidados médicos, en donde las variables de salud más básicas, permanecen desatendidas por esta administración (Muerte materna e infantil, prevalencia de desnutrición y muertes por enfermedades infecciosas), incluyendo por supuesto, las ocasionadas en el contexto de la pandemia, teniendo mayor prevalencia y aumento en Oaxaca, Campeche y Chiapas.
Por lo tanto, mientras en México no exista un incremento en términos reales en el presupuesto en salud, como sí, lo ha tenido el presupuesto de defensa; y se retomen los elementos esenciales para brindar un servicio de salud de calidad, será muy difícil alcanzar los estándares de Dinamarca.