Gilberto Luna/Ultimátum
ALTAMIRANO
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en un comunicado firmado por el subcomandante insurgente Moisés, brazo derecho del líder guerrillero SubGaleano, antes SubMarcos, desde la Selva Lacandona en el estado de Chiapas dio a conocer que, como parte de su nueva etapa, los pueblos y comunidades zapatistas acordaron establecer extensiones de la tierra recuperada o invadida como del común para que sean trabajadas de manera colectiva, incluso con habitantes no zapatistas.
“Una parte importante es que para que se pueda lograr esto tiene que haber un acuerdo entre los pobladores, sin importar si son partidistas o zapatistas, o sea que tienen que hablar entre ellos, no con los malos gobiernos”, señala el documento.
Eso de buscar el permiso de los malos gobiernos, agrega, sólo ha traído divisiones y hasta muertes entre mismos campesinos, las tierras no tendrán propietarios, y no serán ni privadas, ni ejidales, ni comunales, ni federales, ni estatales, ni empresariales, ni nada. Como quien dice: ‘tierra sin papeles’.
Entonces, en esas tierras que se van a definir, si preguntan de quién es ese terreno o quién es el propietario, pues se va a responder: ‘de nadie’, es decir ‘del común’, precisa el comunicado.
En el mensaje difundido la noche de ayer miércoles, el SubMoisés explicó que las tierras que son de propiedad personal-familiar, y las que son para trabajo de los colectivos, se crea en terrenos recuperados en estos años de guerra, esta no propiedad.
Se propone que se trabaje en común por turnos, sin importar de qué partido sean, o qué religión, o qué color, o qué tamaño, o que género, las reglas son sencillas: tiene que ser acuerdo entre los pobladores de una región. No cultivar drogas, no vender la tierra, no permitir la entrada de ninguna empresa o industria. Quedan excluidos los paramilitares.
El producto del trabajo de esas tierras es de quienes la laboren en el tiempo acordado. No hay impuestos, ni pago de diezmos. Cada instalación que se construya queda para el siguiente grupo. Se llevan sólo el producto de su trabajo. Pero de todo esto ya se platicará después, añade.
De igual manera se precisa que “el trabajo colectivo se basa en el acuerdo entre compañeras y/o compañeras para hacer un trabajo en tierra de colectivo (asignada así desde antes de la guerra y ensanchada después de la guerra).
Se reparten los trabajos de acuerdo con el tiempo, capacidad y disposición. La ganancia o beneficio es para el colectivo”.
Indica, asimismo, que “se suele usar para fiestas, movilizaciones, adquisición de equipos para salud, capacitación de promotores de salud y educación, y para los movimientos y manutención de autoridades y comisiones autónomas, muy resumido, es lo que se presentó y se consultó con todos los pueblos zapatistas. Y salió que la inmensa mayoría estuvo de acuerdo. Y también que, en algunas regiones zapatistas, ya se estaba haciendo desde hace años”.
Recalca que: si preguntan si es tierra de zapatistas, de partidistas o de quién, pues de ninguno de ellos. O de todos, es lo mismo, ahí no hay comisariado o agente a quien comprar, asesinar, desaparecer.
Lo que hay son pueblos que trabajan y cuidan esas tierras y las defienden, “lo que hicimos nosotros fue proponer un camino para poder cruzar la tormenta y llegar con bien al otro lado, y no hacer ese camino solos como zapatistas, sino que juntos como pueblos originarios que somos. Claro, sobre esa propuesta saldrán más: de salud, de educación, de justicia, de gobierno, de vida. Digamos que lo vemos necesario eso para poder enfrentar la tormenta”.
El comunicado agrega que “Con la recuperación de las tierras que estaban en manos de los finqueros, se mejoró la alimentación. El hambre dejó de ser la invita- da en nuestras casas, luego, con la autonomía y el apoyo de personas que son ‘buena gente’, les decimos, siguió la salud, aquí fue y es muy importante el apoyo de los doctores fraternales, que así les llamamos nosotros porque son como nuestros hermanos que nos ayudan, no sólo en las enfermedades graves, sino que también, y, sobre todo, en la preparación o sea en los conocimientos de la salud”.
Finalmente, el subcomandante insurgentes Moisés afirmó que los primeros 10 años de autonomía, es decir, del alzamiento al nacimiento de las Juntas de Buen Gobierno, en 2003, fue de aprendizaje, los siguientes 10 años, hasta el 2013, fueron de aprender la importancia del relevo generacional, del 2013 a la fecha fue de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética.
“En lo que sigue ahora, tendremos una etapa de aprendizaje y reajuste, o sea que tendremos muchos erro- res y problemas, porque no hay manual o libro que te diga cómo hacer, tendremos mu- chas caídas, sí, pero nos levantaremos una y otra vez para seguir caminando. Somos zapatistas, pues”, puntualizó.
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