El 2023 no se la puso fácil a su sucesor, dejándolo con un panorama lleno de conflictos internacionales e inestabilidad política. Vale la pena tener esto en cuenta cuando miremos adelante puesto que nuestras predicciones para este año están condicionadas en buena medida por los asuntos sin resolver que no hemos podido dejar atrás.
Aunque hay decenas de conflictos armados activos que pasarán la frontera entre el 2023 y el 2024, sin duda los más llamativos son los que tienen potencial de convertirse en guerras que arrastren consigo alianzas e intervenciones de varios países. Éstas son la actual confrontación entre Rusia y Ucrania, y la que se libra en Gaza entre el ejército israelí y el grupo terrorista Hamas.
Estas dos guerras hipotecan el futuro del 2024 al representar mucho más que el conflicto entre dos bandos. En Ucrania está en juego el renacer de Rusia como potencia y su influencia sobre una Europa dependiente por su pobreza energética. China está a la sombra de este conflicto porque sus alianzas comerciales con Oriente pueden terminar por consolidar un nuevo panorama de poder bipolar en el mundo, por lo que el apoyo de EU a Ucrania es mucho más importante de lo que parece a simple vista.
En Gaza, el papel de EU también es primordial puesto que su apoyo a Israel es claro. Sin embargo, tendrá que tener cuidado porque la desestabilización de la región y el provocar un renacer de una alianza árabe podría comprometer los intereses estadounidenses complicando la situación internacional en un año electoral en tierras americanas. Es un cálculo complejo ya que la presión internacional sigue en aumento pidiendo un alto el fuego a Israel en un conflicto que no tiene un final alcanzable ya que se ha convertido en un círculo vicioso en el que la violencia genera lo mismo que busca aniquilar.
Así, EU está en el centro del tablero, pero no en la posición de poder y dominio que le gustaría ostentar. Las elecciones presidenciales turbulentas que se esperan y la posibilidad de un segundo término de Trump al poder hacen que la democracia misma sufra. Y cuando más amenazado está el predominio económico estadounidense ante el avance de naciones como India, China y Rusia, la inestable situación de política interna de nuestro vecino del norte hace que tiemblen los cimientos del imperio mostrando sus puntos débiles y su decadencia.
Para nosotros, además, está nuestra propia elección presidencial, que se une a la inestabilidad de EU ya que, como es costumbre, el tema de la migración y el crimen organizado se volverán un debate de campaña. Nuestro futuro depende del inestable momento que vive la política estadounidense. Esperemos tener la agilidad para reaccionar ante un 2024 lleno de incertidumbre.