El presidente Ignoró las promesas de campaña de hace dos años y ahora busca de nuevo el voto ciudadano con mentiras.
Redacción
Una ola de violencia golpea a Tuxtla Chico, mientras el alcalde Julio Gamboa Altuzar está más preocupado por su reelección en los próximos comicios y los cuerpos de seguridad lucen inoperantes y más ocupados en dar seguridad al ex edil.
En menos de 24 horas, un ataque armado en la principal vía de acceso a esta localidad, conocida como Kilómetro 12, dejó como saldo una mujer muerta y otra herida, en un supuesto asalto perpetrado por sujetos a bordo de una motocicleta que huyeron sin dejar rastro.
En ese mismo punto, a lo largo de más un de kilómetro, la penumbra y oscuridad permiten que malhechores perpetren todo tipo de delito, sin que las autoridades locales activen protocolos de seguridad. Y durante su gestión Gamboa Altuzar, no cambió o reparó las luminarias, mucho menos la calle.
A pesar de que desde el año pasado se han reportado que dejan o aparecen cuerpos humanos mutilados en el río, el ex edil no hizo nada por mandar seguridad a dar rondines o pidió el apoyo de las corporaciones federales y estatales para inhibir el deilito.
Y es que otro hecho violento, en la demarcación de Tuxtla Chico y el río Cahoacán, los restos de una persona fueron localizados al interior de dos bolsas de plástico, lo que activó la alerta de corporaciones policiales estatales y federales, que se concentraron al punto para iniciar con las diligencias.
La estela de asaltos que aumentan en ejidos y zonas apartadas de la cabecera municipal, así como la falta de alumbrado y seguridad, sepultan las aspiraciones del alcalde que está más preocupado por mantener su imagen y los negocios familiares, tal como un comercio con venta de pollos que hasta vigilado por sujetos armados, mientras la población padece las consecuencias de la ineficacia de Julio Gamboa.

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