Casi treinta años después, el asesinato de Colosio se ha convertido en un hecho histórico que siempre va a ser recordado; hoy, a febrero de 2024, al menos 16 personas que aspiraban a un cargo de elección popular en las elecciones de 2024 fueron asesinadas.
✍?Alejandro Moguel
Recuerdo que hace treinta años era verdaderamente un hecho noticioso que en México se escuchara que un presidente municipal en funciones o que un candidato a un puesto de elección popular, hubiera sido asesinado a balazos. Y si ello llegaba a ocurrir, los móviles de sus muertes eran muy básicos y del fuero común. No sé, un asunto pasional, alguna riña con algunas personas furibundas que no controlaban sus emociones, etcétera, etcétera, etcétera, pero eso sucedía muy de vez en cuando y por eso era noticia que sacudía a los medios de comunicación y al medio político.
El 23 de marzo de 1994, vino algo que sacudió al medio político de México y a nivel internacional: el magnicidio contra el entonces candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Ese hecho cimbró a México entero, durante muchos meses después y hoy, casi treinta años después, el asesinato de Colosio se ha convertido en un hecho histórico que siempre va a ser recordado.
Algunos meses después, el 28 de septiembre de ese mismo 1994, ocurrió otro magnicidio: el entonces secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, fue asesinado a balazos. Había sido gobernador de Guerrero y era cuñado del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari. Se quedó la idea de que ambos fueron crímenes políticos.
La mañana del 28 de septiembre de 1994, a las 9:32 horas recibió un impacto de bala. Antes de esto, Ruiz Massieu había asistido a una reunión junto a 180 diputados electos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) llevado a cabo en el Hotel Casa Blanca, ubicado en la calle de Lafragua (a un lado del monumento a la Revolución) de la capital mexicana. Tras dicho encuentro, Ruiz Massieu intentó abordar su automóvil y un joven de 28 años de edad de nombre Daniel Aguilar Treviño, originario del estado de Tamaulipas, le disparó en el cuello.
Dieciséis años después, el 28 de junio de 2010, ocurrió otro suceso político de esa naturaleza, pero ahora a nivel estatal.
El candidato a gobernador del estado de Tamaulipas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado por un comando armado que atacó la comitiva en que viajaba, informaron desde un inicio las autoridades locales.
El ataque sucedió a seis días que se realizasen las elecciones en ese estado y otras 13 entidades del país.
La información preliminar indicaba que Torre Cantú se dirigía al aeropuerto de Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, cuando un grupo disparó a su camioneta.
El entonces presidente de México Felipe Calderón convocó a una reunión de emergencia del Gabinete de Seguridad Nacional, y ofreció el apoyo del gobierno federal para investigar el crimen. Calderón responsabilizó al crimen organizado del atentado.
Hoy, a febrero de 2024, al menos 16 personas que aspiraban a un cargo de elección popular en las elecciones de 2024 fueron asesinadas entre el 4 de junio de 2023 y el 7 de febrero de este año, concluye el reporte sobre violencia política de la agencia Laboratorio Electoral.
El reporte, presentado Arturo Espinosa Silis, director de la agencia, indica que se han reportado 50 casos de violencia electoral, de los cuales 33 son asesinatos de políticos (16 buscaban algún cargo en los comicios en marcha), 11 atentados, cuatro secuestros o desapariciones y dos casos de amenaza grave.
“Hemos registrado 33 casos de personas asesinadas directamente relacionadas con el proceso electoral, es decir: aspirantes, precandidaturas, candidaturas, encuestadores, colaboradores de partidos, funcionarios públicos y familiares”, explica el informe.
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