Nerviosos y desesperados en el búnker de los tabasqueños
✍🏽Alejandro Moguel/
¿Cómo era, señor presidente Andrés Manuel López Obrador? ¿Los periodistas ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio? O, ¿cómo es aquel otro refrán popular que reza: quien escupe hacia arriba en la cara le cae? Siga usted violando las leyes y difundiendo datos personales de comunicadores, como lo hizo usted recientemente con la corresponsal del The New York Times. Ahora que alguien difundió en redes el número telefónico de uno de sus hijos, ¿con qué calidad moral defiende usted a la filtración que afecta a su vástago, si usted a cada rato y de manera impune, revela datos personales de periodistas tan solo porque le publican la verdad?
El presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió a todos en La Mañanera del jueves 22 de febrero del 2024 al filtrar el teléfono de una periodista de The New York Times, Natalie Kitroeff, quien publicó una investigación en su contra sobre supuestos lazos con el narcotráfico. Fue tanta su molestia por esa investigación periodística, que el presidente mexicano actuó como de costumbre: atacar al mensajero y no empeñarse en demostrar que lo publicado es falso.
No. Ataca a los comunicadores. Haber publicado el número telefónico de la periodista ha abierto un gran debate, porque ese está considerado un “dato personal sensible” que pudiera infringirle un agravio a la comunicadora y que, por eso, las leyes mexicanas lo prohíben y lo sancionan. Pero a pesar de eso, el presidente ha afirmado que él tiene derecho a violentar las leyes, en ese y en otros casos.
Muy a pesar de que se le ha cuestionado al presidente que en forma clara y contundente violentó la Ley de Transparencia, él ha respondido que “su autoridad moral” y su derecho a defenderse “están por encima de la ley”.
WATER GATE
Y es que a ese asunto se le ha llamado ya el “teléfono-gate”, en alusión al Watergate, que fue protagonizado por el diario The Washington Post y que llevó en 1974 a la caída de Richard Nixon, después que una investigación periodística de ese rotativo demostró, en forma fehaciente, que Nixon y su equipo habían espiado a sus opositores con el afán de llevarles ventaja en la competencia electoral.
El caso Watergate desveló una trama de espionaje en la Administración Nixon que terminó forzando la renuncia del presidente y se convirtió en un hito de la historia del periodismo.
“Cinco hombres, uno de los cuales afirma ser un antiguo empleado de la CIA, fueron detenidos ayer sábado, a las 2:30 de la madrugada cuando intentaban llevar a cabo lo que las autoridades han descrito como un plan elaborado para espiar las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata en Washington”. Esta breve noticia publicada sin más comentarios el 18 de junio de 1972 en el diario The Washington Post, y en la que pocos lectores repararon, cayó como una bomba a pocos metros de la redacción: en el Despacho Oval, la oficina principal del presidente de los Estados Unidos. Para Richard Nixon era el principio del fin, recordó hace poco National Geografic.
Agregó que “Los cinco detenidos no eran simples ladrones que iban a robar. Eran agentes secretos al servicio del presidente y tenían como misión colocar micrófonos e intervenir los teléfonos de sus rivales demócratas para espiarlos. Fueron conocidos como The plumbers, los fontaneros, porque una vez detenidos declararon: “Si nos contrataron para evitar filtraciones, es que somos fontaneros”, es decir, agentes especiales encubiertos y contratados por Howard Hunt y Gordon Liddy, dos hombres vinculados al Comité de Reelección del Presidente, un equipo formado por militantes del Partido Republicano creado por Richard Nixon y al que el presidente había encargado su campaña de reelección en los comicios de noviembre de 1972.
DESESPERADOS
Se nota la desesperación que hay en el búnker de Ángel Torres Culebro porque de ahí están saliendo varias fake news para tratar de desalentar a los seguidores de su más fuerte contrincante, Aquiles Espinosa García.
De ese lugar salió una lista “clonada” y “falsa” de que supuestamente Morena ya había revelado los nombres de sus candidatos a presidentes municipales de siete, de los más importantes municipios de Chiapas, entre los cuales figura Tuxtla Gutiérrez.
Desde luego, que en ese pasquín aparece presuntamente ungido el nombre del mal recordado secretario de Obras Públicas del Estado. Falso. Era una mala edición.
De igual manera, a cada rato salen, de allí mismo, encuestas “patito”, falsas, desacreditadas, pues, de que el adoptado tabasqueño va ganando las preferencias ciudadanas.
Mal hacen los miembros de su equipo. Porque, todo eso hace suponer que en realidad sucede todo lo contrario: Ángel Torres ni va arriba en las encuestas y tampoco han decidido nada en su grupo que está desesperadamente tratando, allá en la Ciudad de México, que él sea el abanderado, pero por una “negociación política”, porque en las encuestas anda muy mal y porque los tuxtlecos no se sienten identificados con él. Por eso, los tabasqueños le apuestan a una negociación política.
HUMO BLANCO HOY
A las 10:00 horas de hoy lunes, fueron citados en la Ciudad de México los aspirantes a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez de la coalición Fuerza y Corazón por Chiapas, del PAN, PRI y PRD, Francisco Rojas Toledo y Bayardo Robles Riqué. Se supone que en ese encuentro, las dirigencias de esos partidos les van a dar a conocer los resultados de la encuesta y, desde luego, quién de ellos dos será el candidato de la oposición que competirá, el domingo 02 de junio próximo, contra Morena y sus aliados en este territorio de la capital chiapaneca.
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