El próximo viernes 01 de marzo es la fecha marcada en el calendario electoral para que inicien campañas de proselitismo los únicos tres candidatos a la presidencia de México.
✍?Alejandro Moguel
Ahora sí, ya la tenemos a la vuelta de la esquina. El próximo viernes 01 de marzo es la fecha marcada en el calendario electoral para que inicien campañas de proselitismo los únicos tres candidatos a la presidencia de México, los 500 candidatos a diputados federales (300 de forma directa y 200 pluris) y a 128 senadores.
Como siempre ocurre entre los humanos, sobre todo los adultos, veíamos muy lejos esa fecha. Parece que fue ayer, principios del 2018, cuando se veía venir un tsunami de Morena. La gente estaba harta de tantas trampas, actos de corrupción e influyentismo político, tanto de priistas que duraron en el poder presidencial más de 70 años, como de los panistas que únicamente pudieron sostenerse dos sexenios.
Y en el 2018, los votantes no encontraron una opción distinta, más que la de Andrés Manuel López Obrador y todos los de su grupo. Más o menos funcionó aquello de tres de tres o seis de seis, ya ni recuerdo bien, para que la gente votara sin ver la cara ni los nombres de los políticos.
Y digo funcionó un poco, porque López Obrador logró mayoría en las cámaras, pero mayoría simple. No alcanzó las dos terceras partes para poder hacer y deshacer a su antojo con la Constitución y las leyes, como lo quiso hacer después a pesar de que él sabía perfectamente que no podía hacerlo.
Enviaba iniciativas de modificaciones a la Constitución de gran calado, como la que pretendía desaparecer al INE, o la que quería cambiar la reforma energética-eléctrica, pero solo para probar si iba a poder doblar a la oposición, PAN, PRI y PRD, y ésta no se dobló.
Luego entonces eso es lo que sucedió a grandes rasgos en las elecciones presidenciales del 2018. La gente, en muchísimos casos, votó por Morena y sus aliados, sin importarle quienes eran los candidatos que, también en muchos casos, eran perfectos desconocidos y desconocidas.
Sin embargo, hoy, hoy, las cosas son distintas. A muchos votantes que en 2018, el tabasqueño les “dio atole con el dedo”, ahora se han dado cuenta que el señor los engañó y, con tal descaro, que él mismo ha reconocido, por ejemplo, que uno de sus funcionarios de alto nivel le advirtió que iba a ser costosísimo parar las obras en el nuevo aeropuerto de Texcoco, e hizo caso omiso. Y así por el estilo.
Muchos estamos seguros que el presidente ya se dio cuenta de su tremendo error con el Tren Maya, con el fallido aeropuerto Felipe Ángeles y con la faramalla de la refinería Dos Bocas, porque a ninguna de las tres obras las ha podido poner en funcionamiento.
Va a heredar esos tres elefantes blancos a su sucesora, que será, sin duda alguna, su preferida Claudia Shieinbaum, y le va a traspasar también una crisis económica que se avizora será de grandes dimensiones –que Dios nos agarre confesados-, porque ha comprometido muchísimas cosas sin que estén debidamente presupuestadas.
Por todas esas circunstancias y muchas otras que han calado hondo entre distintos sectores de la sociedad mexicana, es que muchos creemos que serán complicadas las votaciones del 2018 para la preferida del presidente y allí se llevará de corbata a sus representantes al Senado y la Cámara de Diputados. Pronto, pronto se sabrá la realidad sobre quienes siguen queriendo a López y sobre aquellos que lo han dejado de querer.
alexmoguels@hotmail.com
