Altamirano ha sido víctima de un cacicazgo de más de 20 años de la familia Pinto Kánter que ha gobernado la localidad.
✍🏽Amet Samayoa Arce
El municipio de Altamirano se ha convertido en víctima de imparables y violentos conflictos que, inclusive, han causado la muerte de varias personas. El lunes en la noche trascendió que el señor Crescencio Montoya, padre de Gabriel Montoya, síndico concejal con licencia de esa localidad que busca la alcaldía, había muerto. Aunque de manera oficial se desconocen las causas, los comentarios van en el sentido de que lo ahorcaron, lo cual podría detonar una nueva ola de violencia en la región entre dos bandos que se disputan el poder, que en nada ayuda al desarrollo y la paz que todos anhelan. Altamirano ha sido víctima de un cacicazgo de más de 20 años de la familia Pinto Kánter que ha gobernado la localidad. El control político de unos pocos ha obstaculizado la inversión y desarrollo en el municipio, ya que las decisiones han sido tomadas en función de los intereses de los caciques, en lugar de las necesidades de la población. La concentración del poder en manos de esa familia generó conflictos y divisiones en la comunidad, afectando la convivencia y la cohesión social, ya que a finales de 2021 el pueblo impidió que Gabriela Roque Tipacamú, esposa de Roberto Pinto Kánter, tomara posesión y se procedió a la conformación de un concejo municipal.
CACICAZGO E IMPUNIDAD DE PINTO KÁNTER
A partir de entonces y en resistencia a perder el control del municipio, los conflictos no han cesado, ha habido bloqueos carreteros, balaceras, y, el 29 de septiembre por la noche, 43 casas y por lo menos 20 vehículos fueron incendiados en la cabecera municipal. Los hechos delictivos le fueron atribuidos a seguidores de Roberto Pinto Kánter. Por ello es muy importante que en este momento las autoridades esclarezcan lo más pronto posible el motivo de la muerte de Crescencio Montoya, pues como se recordará, su hijo Gabriel fue quien encabezó la lucha contra el cacicazgo de Roberto Pinto y su esposa y, tras derrocarlo, el municipio ha permanecido en descomposición política y social, bloqueos carreteros, enfrentamientos e ingobernabilidad. Es decir, el cacicazgo político en el municipio de Altamirano ha representado, aparte de problemas que afectan la democracia y el desarrollo en la región, corrupción, estancamiento y muerte. Por eso es muy delicado el tema de la muerte del progenitor del concejal aspirante a la alcaldía. Hasta este momento no se sabe cuál haya sido la causa de la muerte de Don Crescencio, ni quienes sean los responsables en caso de que sea homicidio, pero debido al conflicto permanente que ha existido entre el grupo de Pinto Kánter, Gabriel Montoya y demás integrantes del concejo municipal, es posible que se recrudezcan los enfrentamientos. Estos conflictos, además, podrían inhibir la participación ciudadana en las próximas elecciones y disminuir la votación, si es que para el 2 de junio hay condiciones de llevar a cabo la jornada comicial y no sucede otra cosa antes. Lo cierto es que la lucha política está a todo lo que da en esa región y lo mejor sería que ésta no se empiece a teñir de sangre por los intereses caciquiles de quienes han permanecido por décadas en el poder y se niegan a soltarlo. Por lo pronto, este martes un grupo de aproximadamente 100 personas instalaron un retén en las salidas del municipio que comunica hacia Ocosingo, San Cristóbal, Comitán y al ejido Morelia, donde los encargados revisan todo tipo de vehículos y solicitan identificación oficial a quienes transitan por el lugar.
DE TAROT Y ADIVINANZA
A propósito del tema, se sabe que Roberto Pinto Kánter ha enfrentado orden de aprehensión, pero lo mismo se le ve en la Ciudad de México y en la propia capital chiapaneca. ¿Ha burlado la ley impunemente?… Servidos.
tarot722@hotmail.com