Sin entrar en profundidades, me atrevo a decir que último gran exponente del priismo vivo fue Carlos Salinas de Gortari.
✍?Alejandro Moguel
Sin entrar en profundidades, me atrevo a decir que último gran exponente del priismo vivo fue Carlos Salinas de Gortari. De hecho, él ganó las elecciones presidenciales de 1988 de una manera muy forzada y con la percepción generalizada de que había perdido los comicios. Que los había robado. Y allí, por anticipado, empezó una gran escisión dentro de su partido.
Memoria Política de México tiene un texto de Doralicia Carmona, quien hace una espléndida síntesis de lo que sucedió aquel 1988:
“El FDN (Frente Democrático Nacional) se forma luego de que la Corriente Democrática se separa del PRI al no poder registrar como candidato de ese partido a Cuauhtémoc Cárdenas, para poder competir en las elecciones de 1988; se trata de una coalición de fuerzas de izquierda que aunque convergen por su orientación, algunos de los grupos divergen en sus principios.
“En 1987, al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) surgió una corriente crítica llamada Corriente Democrática (CD) que proponía que el partido se democratizara y que el gobierno modificara su política económica. A mediados de ese año, la CD acordó que Cuauhtémoc Cárdenas fuera su precandidato en la confrontación interna del PRI. Al no poder registrarlo, la CD pasó a la disidencia.
“El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), registró a Cárdenas como candidato a la presidencia de la República el 14 de octubre de 1987. En 1988, Cárdenas y Porfirio Muñoz convocaron a partidos y organizaciones civiles y lograron el apoyo del Partido Mexicano Socialista (PMS), del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Coalición de Izquierda, y el Movimiento de Acción Popular. También consiguieron la adhesión de Rosario Ibarra de Piedra, candidata por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT); de la Coalición Obrera, Campesina y Estudiantil del Istmo (COCEI), la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Asamblea de Barrios de la Ciudad de México (creada tras los terremotos de 1985), la Unión de Colonias Populares y la Unión Revolucionaria Emiliano Zapata, entre otras. Unidos todos estos grupos, integran el FDN en Jalapa Veracruz, el 12 de enero de 1988.
“Tras el cuestionado triunfo electoral de Carlos Salinas de Gortari el 6 de julio de 1988, gran parte de los partidos y organizaciones sociales que habían creado el Frente Democrático Nacional harán un llamado a la sociedad para integrar un nuevo partido, el Partido de la Revolución Democrática PRD, que se fundaría formalmente el 5 de mayo de 1989, presidido por Cuauhtémoc Cárdenas”.
Ahí empezó a democratizarse México. Así empezó el desmoronamiento del partidazo, llamado PRI.
Al final de su sexenio, Salinas de Gortari se enfrentó con la globalización y tuvo que entrarle al Tratado de Libre Comercio, el famoso TLC, que traía cláusulas democratizadoras. Por eso, la Secretaría de Gobernación, brazo político del gobierno, dejó de organizar las elecciones y nació el Instituto Federal Electoral (IFE), lo cual permitió la primera alternancia en el gobierno: ganó Vicente Fox Quesada con el opositor Partido Acción Nacional (PAN). Así nacieron todas las instituciones autónomas que han ayudado al crecimiento de la democracia y mayorew garantías a los derechos individuales de los mexicanos.
Después de un fugaz regreso a la entonces residencia oficial de Los Pinos (2012- 2018), el tricolor se ha ido apagando en forma paulatina hasta llegar hoy (04 de marzo) a sus 95 años de edad.
Fue el partido gobernante en el país durante setenta años consecutivos, de 1930 al 2000. Este 4 de marzo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegó a su 95 aniversario y busca regresar al poder a través de una alianza que tuvo que conformar con partidos políticos que históricamente fueron sus adversarios.
Alejandro Moreno, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de este instituto político, aseguró que el PRI llega a su aniversario “en pie de lucha para defender no sólo su legado, sino sobre todo el presente y futuro” de México a través de políticas públicas eficaces y modernas.
¿CUÁL ES LA HISTORIA DEL PRI?
El PRI fue fundado el 4 de marzo de 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) por el ex presidente Plutarco Elías Calles y hasta 1946, tras una reconstitución, adoptó su nombre actual.
En aras de evitar su extinción, modificó sus estatutos y por primera vez en su historia, hoy 2024, se presentó a las elecciones sin candidato propio y apoyando a una “ciudadana” vinculada a la derecha.
Los malos resultados del que fue el partido gobernante lo orillaron a que en estas elecciones del 2024 reviviera a viejos liderazgos para ocupar posiciones clave en el Congreso de la Unión, como el ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, y a quien se cataloga como uno de los brazos derechos del gobierno de Enrique Peña Nieto: Aurelio Nuño.
MAYOR NÚMERO DE RENUNCIAS
Hace nueve meses se dio el mayor número de renuncias dentro del PRI, alrededor de 320, debido a las diferencias de ex peñistas como el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; la ex presidenta del partido y secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, entre otros; con su dirigente, Alejandro Moreno, quien modificó los estatutos para perpetuarse en la presidencia.
ABANDONAN EL BARCO
Otros liderazgos aprovecharon la coyuntura y por supervivencia política se incorporaron al actual partido gobernante, Morena, a través del Partido Verde, como los ex gobernadores del Estado de México, Eruviel Ávila; de Oaxaca, Alejandro Murat; el senador Jorge Carlos Ramírez Marín y el actual alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcaba; así como los ex gobernadores Quirino Ordaz, Omar Fayad, Carlos Miguel Aysa, así como Claudia Pavlovich.
Sin embargo, Alejandro Moreno dijo que a medida que el país avanza, “el PRI aprende de su historia y se adapta a los desafíos del siglo XXI para responder a los nuevos retos y desterrar las trasnochadas intentonas dictatoriales”.
No hay que regatearle. El PRI ha desempeñado “un papel crucial en la transformación y desarrollo nacional, generando un impacto positivo que se extiende a través de diversos sectores locales y regionales”.
Recalcó que una de las principales contribuciones del priismo ha sido “generar las condiciones necesarias para favorecer la estabilidad política, gobernabilidad y paz social en el país, permitiendo implementar políticas de mediano y largo plazo y mantener la cohesión social que evitó la fragmentación política y los conflictos violentos que han afectado a otros países de la región”.
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