Ángel Torres no tiene ninguna experiencia política ni administrativa. Los tuxtlecos tienen “jurisprudencia” en darle su merecido a quienes han sido equivocadamente impuestos.
✍🏽Eugenio Hernández Sasso
La candidatura de Ángel Torres Culebro a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez no es, a todas luces, un fortín. Claro que no. A pesar de estar apuntalado por Morena, una de las marcas más robustas en la contienda electoral del 2 de junio en Chiapas, sobre su persona pesa una imagen de corrupción, mentiras y desarraigo a la capital chiapaneca.
Uno de los casos bastante cuestionados en contra el ex secretario de Obras Públicas del gobierno estatal fue el derrumbe, el año pasado, de un domo en la unidad deportiva del municipio de Motozintla, en el que según los primeros reportes de Protección Civil resultaron lesionados 10 menores de edad.
La primera reacción de quien ahora pretende gobernar el municipio de Tuxtla fue culpar a cualquiera y deslindarse de toda responsabilidad, en vez de enfrentar con valor el asunto y buscar la forma de corregir el problema.
Como dice el refrán, “desde lejos se conoce el pájaro que es calandria”. Si los tuxtlecos deciden votar por él ya saben a lo que se exponen. Las obras que pudiera hacer, en el hipotético caso de que ganara la alcaldía, le caerían encima a la gente.
Pero eso no es todo, también pesa sobre su existencia una losa de corrupción que difícilmente aguante.
Por ejemplo, el año pasado circuló la especie de que Ángel Torres había entregado cuatro contratos a dos empresas fantasma, por el orden de los 58 millones 730 mil pesos.
Ambas compañías eran de reciente creación y de dudosa procedencia, pues el domicilio fiscal que dieron no coincidía prácticamente con el de una empresa bien establecida, además de que la representante legal era Rosalba Tovilla Durán, servidora pública adscrita al área de Comunicación Social de la Secretaría de Salud.
Se cree, entonces, que la victoria de Morena en Tuxtla Gutiérrez está en riesgo, porque los habitantes de la ciudad coneja han considerado que el “Ángel Caído” representa un peligro para su desarrollo, ya que la obra pública del ayuntamiento sería otorgada a sus padrinos políticos y amigos tabasqueños y no a las empresas locales.
Tampoco le perdonan que haya dejado inconclusa la obra del puente de la Torre Chiapas para irse a la aventura de la presidencia municipal. Esta edificación ya se ha convertido en un fastidio para la gente por todas las molestias que causa y el tiempo que se ha tardado en concluir.
De igual manera, se tiene que tomar en cuenta que no supo hacer acuerdos y consensos, que en política son fundamentales, para fortalecer su ambición de ser alcalde.
Todos saben que Aquiles Espinosa, su contrincante en la contienda interna de Morena para seleccionar al candidato, no ha unido sus esfuerzos a esa encomienda porque se sintió traicionado y ofendido.
A diferencia de Ángel Torres, Aquiles Espinosa sí ha vivido siempre en Tuxtla y tiene el respaldo de mucha gente de los diferentes sectores, porque, inclusive, ya fue secretario del ayuntamiento en el primer trienio de Carlos Morales Vázquez, considerado uno de los mejores alcaldes de la historia en la capital chiapaneca.
Entonces, aunque Eduardo Ramírez haya nombrado coordinador de su campaña al ex secretario de Movilidad y Transporte del gobierno estatal, éste difícilmente moverá un dedo para “arrimarle” un solo voto a Ángel Torres en esta batalla electoral.
Por otra parte, es muy probable que las encuestas, una vez iniciadas las campañas, empiecen a favorecer a Francisco (Paco) Rojas Toledo, candidato del PRI, PAN y PRD a la alcaldía de Tuxtla, ya que cuenta con la simpatía del electorado que lo considera en realidad su paisano.
El representante de la coalición Fuerza y Corazón ya gobernó en el periodo 1999-2001, y, como hizo bien su trabajo, camina con toda confianza por las calles, va de compras al mercado, y saluda a quienes se le cruzan enfrente sin recibir insultos.
Además, tiene su consultorio de ginecología en la ciudad y la gente lo conoce muy bien.
Paco Rojas es bastante popular en la capital del estado de Chiapas, pero también contará con el respaldo de todos aquellos seguidores de Aquiles Espinosa, entre otros actores políticos importantes que seguramente se sumarán a su campaña y cruzarán la boleta a su favor el próximo 2 de junio, porque los tuxtlecos no quieren que les hagan de chivo tabasqueño los tamales.
SASSÓN
Ángel Torres no tiene ninguna experiencia política ni administrativa. Los tuxtlecos tienen “jurisprudencia” en darle su merecido a quienes han sido equivocadamente impuestos. Tonto es aquel que cree que el pueblo es tonto.
Sasso89@hotmail.com