La próxima jornada electoral del domingo 02 de junio, estará en manos de la participación ciudadana.
✍🏽Rodolfo L. Chanona
Nos encontramos a unos días de la jornada electoral, cuya elección presidencial sentará precedente en la historia contemporánea de México, y no solo por el número de cargos a elegir; sino también, porque está en juego, cuál de los dos modelos o tipos de Estado que se proponen por las dos candidatas punteras, se terminará por instalar en el país.
El modelo que propone Claudia Sheinbaum Pardo a través de la continuidad del régimen que viene pretendiendo instalar el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador, y que esta apunto de lograrlo; si llegare a ganar su candidata; consistente en convertir a México en un “Estado totalitarista”, gobernado por un partido político hegemónico, con poder absoluto, sin ningún tipo de limitaciones ni contrapesos, concentrando el poder absoluto en el Estado, sin respetar divisiones, ni autonomías, ni derechos individuales. Instaurando un régimen de control gubernamental en la vida colectiva, en donde si es necesario se sacrifican los derechos individuales en aras de un supuesto bienestar común.
Tal y como ha sido testigo la ciudadanía en los últimos cinco años con el actual gobierno obradorista, en donde se han desmantelado instituciones, generado embates encontra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y órganismos constitucionales autónomos del gobierno, militarización, acciones contra la libertad de expresión, discursos de división ciudadana y desacreditación de la oposición política; buscando en todo momento la concentración del poder en un solo hombre y en un solo grupo político, tal y como, se ha presenciado en las actuales campañas políticas morenistas, en los cuales se pone en los discursos políticos al actual Presidente Andrés Manuel, como líder supremo del movimiento, al puro estilo de los gobiernos progresistas cubanos y venezolanos.
O el modelo institucional y democrático que propone Xóchitl Gálvez, el cual plantea conservar la institucionalización del país, el cual, actualmente está pendiendo de un hilo hablando metafóricamente, que si bien podría considerarse imperfecto, pero que sin duda, ha dado resultados para el desarrollo y el progreso de su ciudadanía en general.
Un modelo de país que consiste en hacer prevalecer las libertades individuales, los contrapesos gubernamentales, el pluralismo político, el respeto y cumplimiento de las leyes; limitándose la acción gubernamental por medio de leyes y la reivindicación de una serie de derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, como es la seguridad, la salud y la educación.
Por esta razón, la próxima jornada electoral del domingo 02 de junio, estará en manos de la participación ciudadana, en donde la ciudadanía mexicana, debe estar consciente que no solamente significa votar por un cambio de gobierno, sino por primera vez en la historia contemporánea del país, se jugará a través del voto, entre permitir que México se mantenga como un país en donde prevalezcan las libertades individuales y los contrapesos gubernamentales, o permitir la instauración de un país totalitario, sin contrapesos, gobernado por un único partido político, con poder absoluto, sin ningún tipo de limitaciones.
Por lo que, si atendemos a las estadísticas respecto a la participación ciudadana, estas marcan que el promedio de participación en las elecciones intermedias de 1991 a 2021 ha sido de 51.52%, mientras que en las contiendas presidenciales ha sido de 65.44%, lo que marca una diferencia de 13.92% entre las intermedias y las presidenciales; esto derivado a que está demostrado que, las elecciones presidenciales generan mayor interés y afluencia de la ciudadanía a las urnas, que las elecciones de diputaciones federales o también llamadas elecciones intermedias.
El porcentaje más alto en elecciones presidenciales se registró en 1994 con 77.16%, mientras que el más bajo se dio en 2006 con 58.55%; sin embargo, en las elecciones presidenciales del 2012 y 2018, el nivel de participación se ha mantenido en un nivel de poco más del 62%.
Ante la importancia de la presente elección presidencial, se espera un alto grado de participación ciudadana el día de la jornada electoral; lo que es de vital importancia, en atención a que, entre más salga la ciudadanía a votar, es más difícil que los grupos de poder puedan manipular la elección, sobretodo ante una elección que esta concentrada en dos proyectos antagónicos y que se esta jugando el futuro de México. Por lo que, en unos días tendremos la oportunidad de medir la fortaleza de la democracia participativa que postula nuesta Constitución mexicana.