El Templo de San Sebastián ubicado en el cerro de San Gregorio, testigo de la batalla del 21 de octubre de 1863.
✍🏽COLABORACIÓN INVITADA | Enriqueta Burelo
El Templo de San Sebastián ubicado en el cerro de San Gregorio, testigo de la batalla del 21 de octubre de 1863, entre imperialistas y republicanos, esta batalla no fue un hecho de armas aislado, sino la defensa de la soberanía nacional ante la intromisión extranjera, en esa época era gobernador y comandante militar del estado el coronel José Gabriel Esquinca, quien había sustituido a don Ángel Albino Corzo, el 12 de septiembre de 1863 el coronel Salvador Urbina fue designado como comandante en jefe del cuerpo de operaciones de la Plaza de Chiapa y del Departamento de Tuxtla pero el 19 de octubre de 1863, Juan Ortega decide tomar a la ciudad de Chiapa, cuna de liberales, para así poder extender su gobierno por todo el estado, ya que Tuxtla y Chiapa eran las únicas poblaciones que abiertamente no reconocían al gobierno imperial.
En este espacio que en la Fiesta Grande De Chiapa de Corzo se engalana con el colorido de los zarapes, pañoletas y el chin chin de los parachicos, se celebró el sábado 10 del presente la conferencia y libro Chiapanequidad: trayectoria de un concepto, dictada por el Doctor Andrés Fábregas Puig. En el prólogo del libro se hace énfasis en la popularidad que alcanzó este concepto cuando fue retomado por el Gobernador Electo Eduardo Ramírez Aguilar, durante su campaña.
La Chiapanequidad para Fábregas Puig, es al mismo tiempo revelación de identificación cultural y anhelo de igualdad social. La Chiapanequidad es un exhorto a la fraternidad, y esta no será realidad en Chiapas mientras permanezcan los prejuicios, y situaciones provocadas por la desigualdad social.
El Doctor Belisario Domínguez, Rosario Castellanos y Jaime Sabines son personajes que por su actuación política o su obra literaria están en proceso de convertirse en parte del conjunto de símbolos e iconos culturales que apuntalan una identidad chiapaneca, señaló el conferencista en su exposición.
Al fin gran aficionado al futbol, creo que por ahí hay una biografía del arbitro Arturo Brizio, escrita por el doctor Andrés Fábregas Puig, por ello no deja de referirse a los seguidores de equipos de futbol como “el rebaño sagrado” o sea las chivas de Guadalajara, como una comunidad, como lo fue en su momento los Jaguares de Chiapas, en su mejor época con el jugador paraguayo Salvador Cabañas. Ello nos trae a la mente el libro de John Carlin, Invictus que narra el factor humano que hizo posible un milagro: la capacidad innata de Nelson Mandela para seducir al oponente y su tenaz deliberación de utilizar el mundial de rugby de 1995 para sellar la paz y cambiar el curso de la historia en Sudáfrica.
Dejando a un lado los goles, los tiros de esquina, line out o foul play, me encantó como las nanas del investigador, zoques por supuestos, definieron el mestizaje, de manera muy simple y compleja a la vez, ¿qué sucedió al llegar los españoles a Chiapas? “se quedó mestiza la palabra”. Lo cual describe no solo el mestizaje biológico, sería muy pobre reducirlo a ello, sino el mestizaje cultural, la confluencia de muchos mundos, del ethos chiapaneco.
Los grupos humanos en Chiapas, no son culturas estacionadas en el tiempo, los trajes emblemáticos de Chiapas, tienen un origen centro europeo, los gorros utilizados en el carnaval Chamula, nos recuerdan a los gorros usados por los soldados franceses, si observamos la indumentaria de los bailarines de diversos pueblos españoles, nos encontramos con trajes similares a los del carnaval de Coita o el traje de hacendera tzeltal de Ocosingo, nos remiten a las haciendas alemanas o francesas, el punto de cruz, las flores de los trajes de las zinacantecas, es un sincretismo de culturas, como el sincretismo religioso la iglesia de San Juan Chamula.
El propio Himno local, implica un sentido de búsqueda de la paz, de poner fin a las amargas disputas internas entre chiapanecos, Palafox lanzó la convocatoria de un concurso para la creación de un himno del estado. Los ganadores fueron el poeta José Emilio Grajales Moguel (1872-1915) y el compositor Miguel Lara Vasallo (1878-1964), entonces director de la Banda de Música del estado. El Himno a Chiapas fue estrenado el 8 de diciembre de 1913, misma fecha que Bernardo Palafox instituyó como el Día de la Unión de Chiapas.
La estrofa primera de nuestro himno, representa ese clamor de paz y unidad, de Chiapanequidad:
Cesen ya de la angustia y las penas
Los momentos de triste sufrir;
Que retornen las horas serenas
Que prometen feliz porvenir.
Que se olvide la odiosa venganza;
Que termine por siempre el rencor;
Que una sea nuestra hermosa esperanza
Y uno sólo también nuestro amor.
enriquetaburelomelgar@gmail.com