Su arribo a la presidencia del Senado representa un hecho trascendental y bien recibido por la ciudadanía.
✍?DESDE ABAJO | EmilianoVillatoroAlcázar
José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña es sociólogo de profesión y un político de carrera. Es conocido por su tono contestatario y su cercana relación con la gente común, su habilidad para el debate parlamentario es implacable y siempre roba la atención cuando sube a tribuna o pronuncia un discurso en algún mitin, ya sea ante docenas de personas o en un acto político que concentra a miles.
Su larga trayectoria política comenzó probablemente en el Partido Mexicano Socialista, del cual fue candidato externo a Diputado Federal en 1988. Casi 30 años después, en 2018, fue la propuesta del Partido del Trabajo para la presidencia de la República, pero el liderazgo del Lic. Andrés Manuel López Obrador era muy claro. Sus intenciones no desistieron. En 2023, solicitó licencia en la Cámara de Diputados para participar en la contienda interna de Morena para elegir al candidato a la presidencia. Esta decisión marcó un parteaguas importante en su trayectoria política.
Fernández Noroña enfrentó una competencia feroz y era considerado un outsider en esta última contienda. Aun así, logró un sorprendente tercer lugar en el proceso interno, a contrapelo de todo, ya que fue el aspirante con menos recursos económicos y el de menor estructura política. A pesar de estas circunstancias adversas, su carisma y apoyo social han crecido significativamente. Hoy, ocupa la presidencia de la Mesa Directiva del Senado de la República, un logro que pocos hubieran anticipado.
Su arribo a la presidencia del Senado representa un hecho trascendental y bien recibido por la ciudadanía. Generalmente, ese encargo es ocupado por los consensos que se forman en los grupos de poder en turno, y Noroña no pertenece a ellos; su respaldo popular y cercanía con la gente lo llevaron a él. De no haber sido por su protesta para ser considerado en un espacio relevante en el recinto legislativo, y el respaldo popular que despertó, su designación no hubiera sido posible. Esta circunstancia resalta la importancia de la participación ciudadana y el poder de la voz popular en la política.
No obstante, el Senador Gerardo Fernández Noroña, tiene algunos puntos débiles a considerarse; como la falta de una estructura política sólida, o que en ocasiones llega a tener una narrativa desbordada que puede jugarle en contra. Y si eso fuera poco, no cuenta con el apoyo de los grandes grupos de poder dentro del partido más grande de México. A pesar de estas limitaciones, su entrada a la presidencia del Senado es un logro significativo que refleja su determinación y liderazgo. Esta posición le brinda una oportunidad única para estar presente en los diferentes medios nacionales y consolidar su legado político.
Su liderazgo en el Senado puede marcar un nuevo rumbo en la política mexicana. Su capacidad para conectar con la sociedad y su habilidad para el debate pueden generar un cambio positivo en el país, por lo que deberá ser más prudente en el diálogo y en el debate que genere con todas las fuerzas políticas al interior del Senado, incluyendo a los opositores del gobierno federal, con quienes se ha confrontado abiertamente.
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