Será el número dos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), creado por su padre, hace diez años.
✍?ACÁ ENTRE NOS | Alejandro Moguel
Y vendrá otro escándalo derivado de que Andrés Manuel López Beltrán, hijo del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, incursionará públicamente en la política de grandes ligas. Entrará por la puerta grande. Será el número dos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), creado por su padre, hace diez años.
Ahora, ¿cuál es el problema? ¿Qué sea hijo del actual presidente? Yo no le veo ningún inconveniente. El tabasqueño cuidó las formas. Él hubiera podido colocarlo en cualquier lugar visible de la política en México. No hubiera sido ilegal. Pudo haberlo hecho legislador federal o local, y en cualquier circunscripción que se le antojara. No lo hizo. Ok.
Más ahora cuando los tribunales ya sentaron precedentes: al nacer, los hijos no eligieron a sus padres y si éstos resultaron ser políticos, aquellos no tienen la culpa, dijo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en un criterio que me parece justo.
De eso hay ejemplos en otras partes del mundo. No vayamos lejos. El presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump (2017-2021), mantuvo a su yerno Jared Kushner como su asesor principal, durante todo su periodo de gobierno y éste recibió en 2018 la condecoración del Águila Azteca, entregado por el entonces presidente de México Enrique Peña Nieto, por su cooperación para la firma del Tratado de Libre Comercio (USMCA).
Otro: George Bush (papá) fue un político estadounidense y el 41 presidente de los Estados Unidos entre 1989 y 1993.
Dos periodos posteriores, su hijo George Walker Bush también político y empresario estadounidense ejerció como el 43 presidente de los Estados Unidos entre el 20 de enero de 2001 y el 20 de enero de 2009. Nadie criticó el parentesco de ellos dos.
Sobre el mexicano, hay varios matices por observar. El propio Andy va a cargar con los beneficios o con los agravios generados por su señor padre, porque para colmo suyo, se llama igual que el papá y estará cargando los odios que su progenitor haya sembrado como mandatario nacional, y esas antipatías seguramente van a trasladarse en automático al hijo. Ese sería un supuesto al que se enfrentaría Andy, si es que pudiera colarse a la candidatura de Morena a la presidencia de México en 2030.
Ahora, en sentido opuesto, todos aquellos mexicanos que aman o tienen empatía con el señor de Palacio Nacional, ellos mismos podrán cargar en brazos a su heredero. Ese sería el lado positivo del susodicho.
El problema será cuántos mexicanos van a seguir queriendo al tabasqueño seis años después que éste haya dejado la presidencia. Los escenarios cambian en seis años y, muchas veces, cambian en forma radical, para bien o para mal.
¿Quién es Andrés Manuel López Beltrán? López Beltrán es el hijo mediano del primer matrimonio del mandatario. Con 38 años de edad, se ha mantenido con un perfil bajo en términos personales y profesionales. Estudió Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además cuenta con una maestría en Administración Pública por Harvard.
En su desempeño laboral ha colaborado en diversas posiciones dentro del entorno político y social, aunque no ha ocupado cargos públicos de alto perfil, sin embargo, se ha mantenido en el ojo público debido a algunas situaciones trascendentes, tales como fungir como Coordinador de Morena en Ciudad de México o haber sido impulsor de manifestaciones en contra de la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
Otro punto: quienes conocen a Andy dicen que es un muchacho preparado y moderado, y eso tal vez lo haga ser muy diferente al padre. Eso todavía está por verse. Cada vez está más cerca la fecha en que Morena cambiará de dirigentes. Y ahí empezaremos a conocer su comportamiento público.
CONGRESO MORENISTA
Por lo pronto, ha convocado a su VII Congreso Nacional Extraordinario, que se realizará el 22 de septiembre y en el que se renovará la presidencia del partido y la secretaría general, así como las secretarías de la dirigencia morenista que están vacantes.
También, planean actualizar sus estatutos, y prorrogar la vigencia de los integrantes del Congreso y del Consejo Nacional encabezado por Alfonso Durazo, hasta el 1 de octubre de 2027, en lugar de concluir en 2025, con el objetivo de homologar su periodo con el de la próxima dirigencia nacional partidaria.
Luego de la sesión realizada el fin de semana pasado por el Consejo Nacional del partido guinda, que se hizo de manera virtual, sus integrantes aprobaron citar al Congreso Nacional que se realizará a las 9:00 horas del próximo 22 de presente mes en dos semanas, en el World Trade Center de la Ciudad de México.
Para las relativas a la actualización de principios, el plazo cerrará el 13 de septiembre y al día siguiente se realizará la mesa de trabajo. En el caso de las relativas al Programa de Lucha, serán recibidas máximo hasta el 16 de septiembre, y para las relacionadas con los ajustes estatutarios, el plazo será hasta el 17 de septiembre, para dar pie a su respectiva mesa de trabajo el siguiente día.
Por lo pronto, está cantado: la actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde será la próxima dirigente nacional de Morena y su secretario general será Andrés Manuel López Beltrán.
Y a partir de ahí vendrán los reacomodos en las entidades federativas. Los actuales dirigentes del partido guinda quedaron muy confrontados, en varios casos, con los nuevos gobernadores. Por tanto, esas dirigencias tendrán que ser renovadas también para que puedan trabajar de la mano y de manera genuina con quienes se convertirán, en automático, como líderes morales de ese partido en sus respectivas entidades.
En Chiapas, Morena tendrá que cambiar incluso a sus consejeros políticos estatales quienes rechazaron como aspirante del proceso interno rumbo a la gubernatura 2024, a quien hoy es gobernador electo. ¿Qué lealtad le pueden vender ahora al nuevo gobernador, esos que por motu proprio o por consigna, dejaron fuera al entonces senador de la República?
alexmoguels@hotmail.com