El 22 de noviembre de 2024, la COP29 se celebrará en Bakú, Azerbaiyán, en un evento crucial para definir el futuro de la acción climática.
✍🏽ECOLOGÍA HUMANA | Amado Ríos Valdez
Como ocurre cada año, desde 1992, la ONU convocará a los líderes mundiales a reunirse para discutir y acordar planes y acciones contra la crisis climática mundial. El 22 de noviembre de 2024, la COP29 se celebrará en Bakú, Azerbaiyán, en un evento crucial para definir el futuro de la acción climática. En un mundo que ya experimenta fenómenos extremos debido al cambio climático, la cumbre llega en un momento crítico. Los últimos informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierten que, de no intensificar los esfuerzos, el planeta podría calentarse entre 2,1 °C y 2,8 °C para finales de este siglo. La conferencia en Bakú será un espacio para que los países revisen y fortalezcan sus compromisos climáticos, con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C.
El cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente. Fenómenos como incendios forestales devastadores, tormentas intensas, inundaciones y sequías prolongadas afectan a regiones de todo el mundo. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero, a pesar de los acuerdos internacionales, siguen en niveles alarmantes, y el mundo se enfrenta a un calentamiento irreversible a menos que se tomen medidas drásticas. El Acuerdo de París trazó una hoja de ruta, pero los compromisos actuales no son suficientes para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 °C.
TEMAS CLAVE EN LA COP29: IMPLEMENTACIÓN DEL ARTÍCULO 6 DEL ACUERDO DE PARÍS
El Artículo 6, que establece las reglas para los mercados de carbono, sigue siendo un tema pendiente desde la COP21. La COP29 buscará definir un sistema de comercio multilateral de créditos de carbono, que permita a los países reducir sus emisiones de manera más eficiente. Esto podría ser un avance importante, pero también plantea desafíos relacionados con la transparencia y la equidad en la distribución de los beneficios.
FONDO PARA PÉRDIDAS Y DAÑOS
Los países más vulnerables al cambio climático, como los pequeños estados insulares y las naciones en desarrollo, han exigido durante años un mecanismo de compensación para cubrir las pérdidas causadas por desastres climáticos. Aunque el Fondo para Pérdidas y Daños fue una de las grandes victorias de la COP28, aún falta establecer una estructura de financiamiento sólida. Se espera que la COP29 avance en este aspecto, buscando la participación del sector privado y el aumento de las aportaciones de los países desarrollados.
FINANCIAMIENTO PARA LA ADAPTACIÓN
La financiación para la adaptación es otro tema central. Los países en desarrollo necesitan apoyo financiero y técnico para implementar sus Planes Nacionales de Adaptación (PNA), que les permitan prepararse para los impactos climáticos. Sin embargo, el financiamiento global destinado a la adaptación sigue siendo insuficiente.
CRÍTICAS A LA COP 29
Azerbaiyán, un importante productor de petróleo y gas, ha sido seleccionado como sede de la COP29, lo que ha generado críticas. La influencia de un estado dependiente de los combustibles fósiles en las negociaciones climáticas plantea preocupaciones sobre un posible conflicto de intereses. Diversas organizaciones ecologistas han señalado que permitir a países productores de petróleo, como Azerbaiyán, liderar las conversaciones sobre la reducción de emisiones podría limitar el progreso en áreas como la transición energética y la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles. Además, sigue existiendo una resistencia notable por parte de algunas naciones ricas para aumentar sus compromisos de financiación climática. Las discusiones sobre quién debería pagar por los daños causados por el cambio climático son especialmente tensas. Aunque países como Estados Unidos y la Unión Europea han prometido más fondos, las cifras están muy por debajo de lo necesario para cumplir con los objetivos climáticos globales.
EL PAPEL MÉXICO EN LAS ÚLTIMAS CUMBRES CLIMÁTICAS
México ha estado presente en las cumbres del clima desde hace años, y aunque ha mostrado avances importantes, también enfrenta retos considerables para cumplir con los compromisos adquiridos en conferencias anteriores como la COP25, COP26, COP27 y COP28.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y REDUCCIÓN DE EMISIONES
México se ha comprometido a reducir sus emisiones en un 22% para 2030, pero su dependencia del petróleo y del gas para la generación de energía sigue siendo un obstáculo significativo. La transición hacia energías renovables, aunque ha mostrado crecimiento, aún está lejos de alcanzar la escala necesaria para cumplir con estos objetivos. En la COP29, México podría presentar propuestas más agresivas para aumentar la proporción de energías limpias en su matriz energética, como el impulso a la energía solar y eólica, que tienen un enorme potencial en el país.
DEFORESTACIÓN Y CONSERVACIÓN DE BOSQUES
La deforestación es otro desafío crítico para México, ya que sus bosques absorben una cantidad significativa de carbono. A pesar de iniciativas como el Programa de Pago por Servicios Ambientales y el compromiso con REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal), la tala ilegal y la expansión agrícola continúan amenazando estos ecosistemas. En la COP29, México podría presentar una propuesta para fortalecer la protección de sus recursos forestales y aumentar la inversión en la conservación de la biodiversidad.
ADAPTACIÓN Y RESILIENCIA
México es altamente vulnerable a fenómenos climáticos extremos como huracanes, inundaciones y sequías, lo que subraya la necesidad de mejorar sus esfuerzos de adaptación. A nivel global, la adaptación ha sido una prioridad creciente, y México ha desarrollado Planes Nacionales de Adaptación, pero la falta de financiamiento adecuado sigue siendo un problema.
MÉXICO EN LA COP29
Para cumplir con los compromisos adquiridos en las COP anteriores, México puede presentar varias propuestas clave en la COP29: Aumento de la inversión en energías renovables: Proyectos ambiciosos de energía solar y eólica, aprovechando las condiciones favorables del norte y sur del país. Refuerzo de políticas de conservación: Proyectos para reducir la deforestación y aumentar la protección de áreas naturales, con un enfoque en la restauración de ecosistemas. Iniciativas para la movilidad sostenible: Propuestas para expandir el uso de vehículos eléctricos y mejorar el transporte público en las ciudades mexicanas. Fortalecimiento de la resiliencia climática: Programas para mejorar la infraestructura ante desastres naturales y aumentar la financiación de proyectos de adaptación en comunidades vulnerables.
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