Debería ser investigado y llamado a cuentas por los domos que se le han derrumbado en algunos municipios, sin embargo, goza de total impunidad.
✍?TAROT POLÍTICO | Amet Samayoa Arce
Con el equipo que el Ángel “Caído” Torres pretende gobernar el municipio de Tuxtla Gutiérrez, es casi seguro que en menos de lo que canta un gallo muestre el cobre y trace el trienio caótico que está por iniciar el uno de octubre. En este mismo espacio hemos denunciado muchas veces la soberbia y tozudez del presidente municipal electo, así como también su proclividad a la corrupción, ineficiencia e ineptitud. Prueba de ello son los escándalos en los que se ha visto involucrado como secretario de Obras Públicas (SOP) de la administración estatal que está a punto de concluir. El Ángel “Caído” debería ser investigado y llamado a cuentas por los domos que se le han derrumbado en algunos municipios, sin embargo, goza de total impunidad. Recordemos que en esas obras se instalaron láminas de menor calibre y espesor. Si es responsabilidad de las empresas que ganaron los contratos, también era obligación de él supervisar y anotar en la bitácora las anomalías correspondientes.
LA INHABILITACIÓN “LE VALE”
Pero vamos a enfocarnos en su próximo director de Obras Públicas Municipales. Es tan grande la terquedad del ex funcionario estatal, que ha persistido en nominar a Julio César Farrera Esponda en esta importante dependencia, sin interesarle los antecedentes de corrupción que tiene en su expediente. Este ex funcionario estatal fue inhabilitado por la Secretaría de la Honestidad y la Función Pública, como producto de una investigación en su contra por adjudicar de manera directa varios contratos a una misma empresa, lo que originó que se le aplicara la Ley de Responsabilidades Administrativas. De hecho, en poder de este columnista están los documentos que amparan nuestros dichos. Farrera Esponda, ex subsecretario de Obras Públicas y Comunicaciones en el sexenio de Manuel Velasco Coello, y subsecretario de Desarrollo Urbano y Proyectos durante la gestión de Torres Culebro (quien hace honor a su apellido) como titular de la SOP, fue impedido para desempeñar cargos públicos por su conducta inmoral al otorgar contratos a empresas de dudosa procedencia. Aquí debe haber gato encerrado. O los negocios turbios que en el pasado hizo su próximo director de Obras Públicas fueron con su total anuencia, o definitivamente Ángel Torres y Julio César Farrera son socios en el arte de saquear el presupuesto público. No se puede entender de otra manera el por qué lo mantiene a su lado. Cualquier persona que se precie de tantita honestidad ya lo hubiera desechado, pero tal parece que son gusanos de la misma guayaba.
SU REDITUABLE OPERADOR FINANCIERO
También se ha ventilado entre la clase política capitalina que el “hombre” de confianza del alcalde electo, fue quien pasó la charola a medio mundo para financiar su campaña. Es decir, si en el estado se invirtieron más de 5 mil millones de pesos en obras tan solo en 2024, pues los constructores tenían que entrarle a “Belén cantando”, porque para eso les habían adjudicado los contratos. Además, les prometían grandes beneficios para el siguiente trienio. Por eso advertimos desde este momento que a Tuxtla no le espera nada bueno con el Ángel “Caído” como presidente municipal, pues tendrá que pagar todos los favores que le hicieron antes de llegar al cargo, además de sustraer algunos devaluados pesos para incrementar su riqueza personal; para ello se hace acompañar de su operador financiero, convertido ahora en el próximo encargado de asignar obras en el ayuntamiento. Si ambos no tuvieran el antecedente de corrupción que pesa sobre sus lomos, tal vez podríamos darles el beneficio de la duda, pero con todo ese pestilente currículum estamos seguros que, una vez arrancada la nueva administración, los tuxtlecos querrán colgar de salva sea la parte a su próximo alcalde.
DE TAROT ADIVINANZA
La dupla Torres-Farrera no se ha quedado sin fondos, porque se dice que también la obra de la SOP 2024 fue repartida al mejor postor por el tabasqueño que ahora va por el botín del ayuntamiento tuxtleco. Ya lo verán… Servidos.

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