Encuentran a través de estudios una muy alta contaminación en la cuenca; en esta región se ubica el ingenio azucarero Pujiltic, en Venustiano Carranza, en el que, los desechos domésticos, agrícolas e industriales han convertido a este sitio en un punto de alto riesgo.
✍🏽Sarah Valenzuela
Un reciente estudio realizado por la bióloga Edna Ríos Valdovinos, profesora e investigadora de Energías Renovables de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) reveló la presencia de metales pesados en las microcuencas que conforman el río Grijalva, cuya importancia es vital, pues abastece de agua a comunidades en la frontera entre México y Guatemala y en la región de los Llanos.
Además, en esta región se ubica el ingenio azucarero Pujiltic, en Venustiano Carranza, en el que, los desechos domésticos, agrícolas e industriales han convertido a este sitio en un punto de alta contaminación.
En sus resultados, el informe advierte sobre los riesgos potenciales para la salud humana y el ecosistema, alertando sobre posibles efectos nocivos en la flora, fauna y en la cadena alimentaria de la región.
“Tanto el agua como los sedimentos en las cuencas media y baja del Grijalva contienen metales peligrosos, y estudios en especies marinas muestran que estos contaminantes se acumulan en los organismos y pueden transferirse a través de la cadena trófica, afectando a quienes consumen productos acuáticos”.
El estudio destaca el incremento de mercurio en las cuencas de los ríos que convergen y abastecen a diferentes poblados como Nuevo Paraíso, América Libre, 20 de Noviembre, Laja Tendida, Puy, Venustiano Carranza, Ingenio Pujiltic, Nuevo Tamaulipas, entre otros.
Los metales más tóxicos, como el arsénico, cadmio, cromo, mercurio y plomo, representan un riesgo significativo, mientras que otros como el cobre y el zinc pueden también volverse peligrosos si alcanzan concentraciones elevadas.
La especialista explicó que algunos metales pesados actúan como agentes genotóxicos, alterando el material genético de los organismos y generando daños que pueden afectar incluso a generaciones futuras. Aunque metales como el zinc y el cobre son esenciales en pequeñas cantidades, el contacto prolongado con estos y otros, como el arsénico, cadmio, cromo, mercurio y plomo, puede resultar altamente tóxico.