Obviamente, este mal tiene su origen en diferentes factores que influyen en la conducta de la gente.
✍🏽DEMOCRACIA VIRTUAL | Eugenio Hernández Sasso
La corrupción en las instancias de gobierno es quizá uno de los problemas más graves, después del terror que han sembrado los grupos criminales en el país y en sus 32 entidades.
Obviamente, este mal tiene su origen en diferentes factores que influyen en la conducta de la gente. Por ejemplo, si no hay órganos autónomos, difícilmente habrá transparencia y rendición de cuentas.
De qué forma puede el pueblo enterarse del manejo de su dinero, convertido en presupuesto, si no existen instancias a través de las cuales se pueda tener acceso a la información.
Es lógico que los gobernantes solo darán a conocer lo que les conviene, aunque sean mentiras, si existen instituciones débiles para combatir la corrupción y además influenciadas por intereses políticos de gran calado.
México ha vivido ya una transformación en esto, pues en otros tiempos las obras tenían un gran espectacular donde se daba a conocer el monto de inversión, el tiempo de inicio y conclusión, y la cantidad de beneficiarios. Ahora ni eso siquiera existe.
Otro factor que influye en la proliferación de la corrupción es la pobreza. Así como lo leyó usted, respetable lector(a). Dice el refrán “el que no ha tenido y llega a tener, loco de gusto se quiere volver”.
Muchos funcionarios públicos que llegan con una mano atrás y otra adelante, ven la oportunidad, también por la falta de principios y valores, de hacerse ricos y saquean las finanzas públicas de municipios, estados y el país.
Por eso es que cada tres o seis años se gradúan nuevas camadas de ricos que no pueden explicar el origen de su fortuna. Además, son conocidos en sus comunidades, pero por haber servido a los poderosos del gobierno gozan de total impunidad.
A todos estos factores hay que sumarle la existencia de un Poder Judicial corrompido totalmente por la política, y, en el futuro inmediato, pinta para peor con jueces, juezas, magistrados, magistradas, ministros y ministras electos por tómbola y propuestos por el partido en el poder.
La corrupción en México seguirá obesa si se sigue alimentando de la impunidad. Esta es la principal proteína para nutrir su crecimiento y, como van las cosas, es seguro que pronto tendrá la fuerza de un búfalo al que nadie podrá detener ni mucho menos domar.
Este deterioro de valores, usos y costumbres, afecta el desarrollo del país y también compromete el bienestar político y social, genera ciclos de inestabilidad y desconfianza.
Nadie puede confiar en instituciones que son dirigidas por personas con antecedentes de inmoralidad, pero, además, la inversión en vez de incentivarse se disuade, cosa que puede ser inquietante para un país con tanta pobreza y miseria.
SASSÓN
Ejemplos de corrupción hay muchos. En Chiapas sobran. Ahí está el ex auditor Superior del Estado Uriel Estrada; así como un médico convertido en senador que, a plena luz del día, se presume que despilfarró dinero de la Secretaría de Salud; Ángel Torres Culebro, alcalde de Tuxtla, con señalamientos de esa índole desde su desempeño en Tabasco como funcionario de Pemex. En fin, tan larga es la lista como la cola de estos roedores.
Sasso89@hotmail.com