La llegada de inversiones y el aumento del costo de vida suelen desplazar a los vecinos originales, quienes ya no pueden permitirse vivir en los barrios donde crecieron.
✍🏽PUNTO DE FUGA | Alfredo Pacheco
La gentrificación es un fenómeno urbano que surge cuando ciertos barrios tradicionales o populares experimentan un proceso de transformación económica y social. Este cambio suele ser impulsado por la llegada de nuevos residentes con mayor poder adquisitivo y el desarrollo de negocios dirigidos a un público más exclusivo, lo que a menudo desplaza a las personas locales que ya no pueden pagar las rentas en esos barrios.
Generalmente, se asocia la gentrificación con ciudades que reciben una alta afluencia de turistas, principalmente norteamericanos o europeos. Estos visitantes, al enamorarse de ciertos lugares, se convierten en residentes permanentes, dispuestos a pagar rentas más altas o a adquirir viviendas ofreciendo precios más atractivos, lo que provoca el desplazamiento de los habitantes originales.
En un principio, la gentrificación puede parecer un signo de progreso: se renuevan calles, se restauran edificios y el comercio local parece florecer. No obstante, este proceso tiene un lado oscuro. La llegada de inversiones y el aumento del costo de vida suelen desplazar a los vecinos originales, quienes ya no pueden permitirse vivir en los barrios donde crecieron. Así, comunidades enteras pierden su identidad cultural y su tejido social.
Muchas personas asocian este fenómeno con zonas como el Centro Histórico, la Condesa y la Roma, en la Ciudad de México, donde la transformación es evidente. En Chiapas, San Cristóbal de las Casas ha experimentado algo similar: desde hace años, muchos sancristobalenses se quejan de que cada día es más caro adquirir un patrimonio en su propia ciudad.
MIGRACIÓN
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en el pasado sexenio se admitió en Chiapas a casi 400 mil personas de otros países que solicitaron el reconocimiento de su condición como refugiados. Sin embargo, el número de personas con una situación migratoria irregular es considerablemente mayor debido a la porosidad de la frontera sur.
Tuxtla Gutiérrez y Tapachula de Córdova y Ordóñez son las ciudades más importantes de Chiapas por ser la primera y segunda más pobladas del estado. Desde el arribo de las caravanas migrantes, estas ciudades han recibido a cientos de miles de extranjeros que buscan alcanzar el “sueño americano”.
A muchos migrantes les toma varios meses obtener un permiso de tránsito en las oficinas del Instituto Nacional de Migración, tiempo en el cual impactan la economía de Tuxtla y Tapachula. Diversas organizaciones, como Cáritas de Tuxtla, han señalado un incremento del 100 % en el número de migrantes que buscan ayuda en la capital chiapaneca.
Estos cientos de miles de extranjeros que cruzan el territorio estatal, durante su estadía, rentan viviendas, compran alimentos y utilizan diversos servicios. Para ello, reciben remesas en dólares y suelen pagar con esta moneda a los locales.
Una amiga que vivía en Tapachula y recientemente se mudó a Tuxtla me comentó lo caras que están las rentas y lo difícil que es encontrar departamentos para los chiapanecos que llegan a trabajar a la Perla del Soconusco. Esto se debe a que muchos arrendatarios prefieren rentar a migrantes que pagan más y en dólares, en lugar de a connacionales.
Mientras tanto, en Tuxtla ya se observa este fenómeno: en el primer cuadro de la ciudad, algunas viviendas son ofertadas en dólares. Según un conocido, para quienes ganan entre $200 y $300 pesos diarios, estas rentas ya son inalcanzables, por lo que están optando por buscar casas o departamentos en fraccionamientos en las orillas de la ciudad, donde los costos son más accesibles.
Con esto, estimado lector, quiero decirle que la gentrificación para los tuxtlecos y tapachultecos ya es una realidad. Este fenómeno podría recrudecerse ante las amenazas del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha exigido a México detener el flujo migratorio hacia su país.
PERSPECTIVA
Tras solicitar licencia indefinida como diputado local, Jorge Luis Llaven Abarca ha tomado protesta como el nuevo Fiscal General del Estado. Sin duda, es un funcionario con la experiencia necesaria para desempeñar el cargo y cuenta con toda la confianza del gobernador electo, Eduardo Ramírez Aguilar. Se avizoran tiempos prometedores para Chiapas con la nueva ERA.
¡Hasta la próxima!