La época digitalizada por la que estamos transitando y la economía global voraz, competitiva, agresiva e implacable, es un contexto a lo que, pocas organizaciones sindicales se han sabido adaptar.
✍🏽BALANZA LEGAL | Rodolfo L. Chanona
Las organizaciones sindicales de los trabajadores, nacidas en el México bárbaro y autoritario, con el objetivo de agremiar a los trabajadores para la reivindicación de sus derechos laborales, poco han sabido adaptarse a las nuevas realidades del país, tal es el caso que, a la entrada del siglo XXI, los sindicatos de trabajadores están llegando con menos afiliados, con una escasa influencia ante la patronal y las autoridades públicas, poca capacidad organizacional y de movilización, con una imagen de líderes anquilosados, permanentes y vitalicios, con pasados de impunidad y corrupción, convirtiendo a sus organizaciones en sindicatos blancos, a través de pactos ilegales, represión e intimidación laboral, alineamiento político y sometimiento.
La reforma laboral del año 2019, dotó a las organizaciones sindicales de mayores herramientas de transparencia y democracia sindical, para permitir que los trabajadores sindicalizados y la sociedad en general, tuvieran la posibilidad de exigir a sus directivas, datos de la gestión y actuación. Buscando en esencia dicha reforma, el cumplimiento de los objetivos de los sindicatos, el cual, consiste en defender, estudiar y mejorar los derechos de sus agremiados.
En la actualidad, la vida laboral se ha transformado, las necesidades laborales de hoy, no son las mismas que impulsaron a los trabajadores de Cananea y Rio Blanco a organizarse, para exigir sus derechos; los patrones ya sea de carácter público o privado han evolucionado y constantemente están preocupados para que la empresa se actualice, ante las nuevas realidades económicas.
También los trabajadores han cambiado, desarrollando un sentido más individualista y más independiente; cada vez, existe un mayor número de trabajadores que se consideran autónomos y más afines, leales y cercanos al patrón que a su sindicato, interesándose más en generar un desarrollo por méritos personales, bajo una competencia productiva e individual que colectiva, buscando constantemente prestaciones más atractivas y salarios que reflejen aumentos constantes y en efectivo, así como, soluciones prácticas, eficaces y breves a los problemas del trabajo.
Aunado a lo anterior, habría que agregar, la horizontalidad generada en las nuevas estructuras y jerarquías dentro de las organizaciones, buscando estas, cada vez más, la generación de condiciones más sanas y mejores ambientes internos para sus trabajadores, sin que tenga que haber una exigencia de por medio.
La época digitalizada por la que estamos transitando y la economía global voraz, competitiva, agresiva e implacable, es un contexto a lo que, pocas organizaciones sindicales se han sabido adaptar.
Por lo que, el sindicalismo moderno, deberá ser más visionario, creativo, eficiente e innovador, sabiendo conciliar, negociar y armonizar con los patrones, para hacer frente a las nuevas condiciones económicas; preservando la planta laboral, producir más y mejor, responder ante la tecnificación, actualizarse, capacitarse, crecer, desarrollarse y aportar al crecimiento económico de la empresa u organización.
Las acciones sindicales, deben ser protagonistas de las nuevas expresiones de la lucha laboral, debiendo generarse una nueva forma de liderazgos orgánicos, democráticos y transparentes, a través de elecciones abiertas, filiación libre y voluntaria.
Las tareas son muchas, la responsabilidad de conducir la fuerza de la unidad de los trabajadores es del mayor interés para todos los agentes productivos, empresas, empresarios, el gobierno y la sociedad entera.
En suma, se necesitan líderes, sindicatos y centrales de trabajadores que aporten a la creación de comunidades digitales, desarrollo y evolución del talento, que influyan en el ambiente y la cultura productiva, generen emprendedores competitivos, agentes de cambio social, articuladores, integradores y detonadores de la productividad, una mayor eficiencia de la mano de obra y la reconstrucción del tejido social.
Los sindicatos que han resultado más efectivos, son los que han formulado estrategias innovadoras para responder a los múltiples desafíos en los centros de trabajo y en contexto más amplio, son aquellos con mayor autonomía ante la patronal y el Estado, con una importante capacidad organizacional, de movilización e innovación.