Después de la advertencia, muchos políticos que presumiblemente están metidos con el crimen organizado, deben estar pensando en desaparecer de la “faz de la tierra”
✍🏽TAROT POLÍTICO | Amet Samayoa Arce
Una de las ventajas que tiene el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar para aplicar la ley sin excepción de nadie, es que llegó al poder con el único compromiso del pueblo y de restaurar la paz y la tranquilidad que le fue robada a Chiapas desde años anteriores, debido a la inacción de quienes pasaron por el Ejecutivo, además de que eran sumisos a los intereses de los grupos criminales. El rugido del Jaguar se escuchó fuerte y muy lejos, quizá hasta el último rincón del territorio chiapaneco cuando ratificó que no hay derecho al miedo y todas las acciones que se lleven a cabo por parte de la FGE y la SSP, a cargo de Jorge Luis Llaven Abarca y Óscar Aparicio Avendaño, respectivamente, tendrán el respaldo de la Guardia Nacional, Ejército y Marina, lo cual quiere decir que, de manera conjunta, el estado atacará los delitos del fuero común, y la Federación los del fuero federal. Ni un cachito de impunidad ni contentillos para nadie fue el título de la nueva página que se escribió este lunes, luego de que el domingo en Comitán de Domínguez, su pueblo, se llevó a cabo un operativo que barrió con todo y no dejó lugar a ninguna duda de que el combate a la delincuencia va en serio y de forma contundente. La advertencia fue para aquellos que actúan al margen de la ley, no importa que sean actores políticos que apoyaron su campaña, si están metidos en actividades ilícitas se van a enfrentar a la ley. Con ello, seguramente muchos estarán poniendo sus barbas a remojar, pues en Comitán 92 policías que tenían el control del C5 y pasaban información a los criminales hoy se encuentran tras las rejas con todo y el secretario de seguridad pública municipal, cuyo jefe es nada menos que el “Sr. Fox”, junto con otro tanto que se dedicaban a bloquear carreteras. Entre todos hacen un total de 135 personas dedicadas a las actividades ilícitas.
AUNQUE SEAN ACTORES POLÍTICOS Y HAYAN APOYADO EN CAMPAÑA
Tan solo en ocho días de esta Nueva ERA para Chiapas, la gente ha empezado a recuperar la confianza. Ya se respira tranquilidad. Con todas las acciones que ha implementado el gobernador Eduardo Ramírez, los resultados están a la vista. El grupo Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP)) ha confirmado que es exactamente eso, un equipo policial de primer nivel que actúa como lo ha instruido el mandatario, “a toda acción, una reacción” ya no habrá más omisión para que los delincuentes operen en la impunidad total. También en las carreteras el FRIP ha empezado a desarticular bandas dedicadas al robo de vehículos. Las y los chiapanecos pueden circular por todos los caminos de su territorio en paz, sin el terror de que puedan ser asaltados, despojados de sus automóviles y demás pertenencias o, en el peor de los casos, hasta de la vida. El pueblo chiapaneco no se equivocó al salir a votar arrolladoramente por Eduardo Ramírez el pasado 2 de junio. Desde el primer minuto de su gobierno ha empezado a trabajar en lo que todos anhelaban: la recuperación de la seguridad, la paz y la tranquilidad. En tan solo una semana ha dado los resultados que por lo menos en 12 años no habían dado, ni por asomo, los mandatarios anteriores.
La reacción de la población ha sido positiva, pero también tendrá que colaborar para que la estrategia de seguridad planeada, desde antes de que El Jaguar asumiera el poder, pueda llevarse a cabo al cien por ciento y, en los primeros 100 días, se tenga una evaluación positiva que permita circular por las calles y avenidas de la capital y de los 124 municipios que integran la geografía chiapaneca con total certeza, sin miedo a ser víctima de las balas esparcidas por las armas de los criminales.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Después de la advertencia contundente del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, muchos políticos que presumiblemente están metidos con el crimen organizado, deben estar pensando en desaparecer de la “faz de la tierra” y con razón toda vez que está claro que se acabó la impunidad. Nombres, nombres, nombres … ¡Pronto!