El partido que fundó Andrés Manuel López Obrador no puede permitirse titubeos ni liderazgos débiles. Chiapas merece un dirigente que no solo abrace los ideales de la Cuarta Transformación, sino que los encarne en cada una de sus acciones.
✍🏽REALIDAD A SORBOS | Eric Ordóñez
El 2025 ha comenzado, y con él, un llamado a la renovación. Para un partido como Morena, nacido de la voluntad popular y con la misión de transformar las estructuras de poder en México, el reto de esta nueva era es claro: estar a la altura de sus principios. Sin embargo, en Chiapas, los tiempos exigen más que lemas y discursos; exigen un liderazgo que refleje la grandeza de nuestro estado y que esté dispuesto a caminar con la gente, escuchar sus necesidades y actuar con transparencia.
MORENA DEBE ESTAR A LA ALTURA
El partido que fundó Andrés Manuel López Obrador no puede permitirse titubeos ni liderazgos débiles. Chiapas merece un dirigente que no solo abrace los ideales de la Cuarta Transformación, sino que los encarne en cada una de sus acciones. Si Morena quiere seguir siendo el vehículo del cambio, su dirigencia debe demostrar que está a la altura del momento histórico.
ÉL NO CONFIÓ EN EL PROYECTO ACTUAL
El liderazgo de Morena en Chiapas ha estado marcado por contradicciones. Hace no mucho, su dirigente estatal titubeó sobre el rumbo del actual proyecto de gobierno. Sus acciones que resonaron entre los círculos políticos, no solo revelaron una distancia con la visión de quienes hoy encabezan la transformación en el estado, sino también una desconexión con las necesidades del pueblo chiapaneco.
Es inconcebible que quien debería ser el principal promotor de la unidad y del cambio, haya optado por sembrar incertidumbre. En momentos críticos, la falta de confianza en los propios liderazgos debilita no solo al partido, sino también a la esperanza de quienes han depositado su fe en Morena como el vehículo para un futuro mejor.
MOLINA Y SUS EXCENTRICIDADES
Mientras el pueblo exige soluciones y respuestas, el actual dirigente estatal de Morena parece haber encontrado más interés en la comodidad de su posición que en el cumplimiento de sus responsabilidades. En las calles y pasillos del poder, resuenan rumores sobre su gusto por privilegios y un estilo de vida que contrasta con los principios de austeridad promovidos por la Cuarta Transformación.
Además, le persiguen los señalamientos por la asignación de personal proveniente de dependencias públicas bajo el esquema de “comisión”. Estas prácticas son contrarias a la ética que Morena pregona.
UNA DIRIGENCIA QUE NO RESPALDA LA UNIDAD
El compromiso con la Cuarta Transformación implica construir puentes y sumar voluntades. Sin embargo, el dirigente estatal de Morena en Chiapas falló en respaldar, desde el principio, a quien hoy lidera los comités de defensa de este movimiento en el estado. Esta negativa inicial no solo fue vista como una falta de visión política, sino también como un acto que fracturó la unidad interna del partido.
El tiempo ha demostrado que quienes ocupan estos cargos deben ser figuras conciliadoras, capaces de trabajar en equipo y de reconocer el talento y liderazgo en otros. La dirigencia actual, en cambio, se ha distinguido por decisiones que generan más divisiones que acuerdos.
UN LLAMADO A LA CONGRUENCIA
Chiapas no necesita líderes políticos que actúen por conveniencia ni que privilegien intereses personales por encima del bienestar colectivo. Morena, en su esencia, representa la lucha contra las prácticas del pasado y la construcción de un México más justo. Es hora de que ese espíritu se refleje también en su dirigencia estatal.
El 2025 debe marcar también el inicio de una nueva era para Morena en Chiapas. Una era donde el liderazgo sea sinónimo de congruencia, honestidad y trabajo incansable por las comunidades. Porque, como decía aquella morenista de cepa: sin seguridad, sin liderazgo, sin unidad, no hay futuro para Morena.
Es momento de que el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador demuestre que su compromiso con la transformación no es solo un discurso, sino una realidad que empieza desde dentro. Porque Chiapas merece un liderazgo a su altura.
Cordial saludo.