Para proyectar una imagen pública positiva y efectiva, es fundamental trabajar en los siguientes aspectos que te compartimos.
El Juego de la Imagen/Helen Barrios
En un mundo donde la percepción es clave, la imagen pública juega un papel determinante en el éxito de personas e instituciones. Desde la forma en que nos vestimos y comunicamos hasta la reputación que construimos, la imagen que proyectamos impacta directamente en nuestras relaciones personales y profesionales.
Pero, ¿qué significa realmente tener una buena imagen pública y cómo podemos aprovecharla para alcanzar el éxito. Nos dice uno de los axiomas de la imagen pública que a mejor imagen mayor poder de influencia.
¿Qué es la imagen pública?
La imagen pública es la percepción que los demás tiene sobre una persona o institución. No se trata únicamente de la apariencia física, sino de un conjunto de elementos como la comunicación, la actitud, la reputación, el comportamiento y la coherencia con los valores que se proyectan. En pocas palabras, es la huella que dejamos en la mente de los demás y cómo podemos influir en sus decisiones, recordemos que el calor de una emoción dura de 5 a 10 segundos.
El impacto de una imagen pública positiva
1.- Genera confianza y credibilidad
la confianza es uno de los activos más valiosos en cualquier ámbito. Las personas y las instituciones con una imagen bien cuidada logran transmitir seguridad, lo que facilita la creación de las relaciones sólidas y duraderas con clientes, socios o colegas.
2.- Aumenta las oportunidades profesionales y comerciales
En el mundo laboral y empresarial, una buena imagen pública abre demasiadas puertas. Un profesional con una marca personal fuerte puede atraer mejores ofertas de empleo, mientras que una empresa con una imagen positiva tendrá más facilidad para captar clientes e inversionistas.
3.- Facilita la fidelización y el crecimiento de ventas
La percepción de una marca o negocio influye en la decisión de compra. Los consumidores prefieren empresas que proyectan profesionalismo, confianza y compromiso con sus valores. De manera, una buena imagen pública se traduce en mayores ventas y fidelización de clientes.
4.- permite destacar frente a la competencia
En mercados saturados, la imagen pública se convierte en un factor diferenciador. No basta con tener un producto o servicio de calidad; si la percepción del público no es positiva, será difícil sobresalir entre la competencia.
5.- Brinda mayor resiliencia ante una crisis
En la ERA digital, una crisis de reputación puede propagarse en segundos. Sin embargo, quienes han construido una imagen pública sólida tienen más margen para gestionar críticas y minimizar daños, ya que cuentan con la confianza de sus diferentes audiencias.
Errores comunes que afectan la imagen pública
A pesar de su importancia, muchas personas e instituciones descuidan su imagen pública y cometen graves errores que pueden afectar su reputación, esto es más frecuente en la política. Algunos errores de los más comunes:
*falta de coherencia entre el mensaje y las acciones: Decir algo y hacer lo contrario genera desconfianza y resta credibilidad.
*Descuidar la presencia digital: En la actualidad, la imagen online es tan importante como la presencial. Una mala gestión de redes sociales o la falta de actualización en las plataformas digitales pueden afectar la percepción de las diferentes audiencias. Por eso no todo lo que sube a las redes comunica.
*Mala comunicación: No solo importa lo que se dice, sino cómo se dice. Fondo y forma un tono inadecuado o una comunicación deficiente pueden dar lugar a malentendidos y crisis de imagen.
*Ignorar la opinión pública: No escuchar a las audiencias o clientes puede generar descontentos y dañar la reputación.
Cómo construir una imagen pública sólida
Para proyectar una imagen pública positiva y efectiva, es fundamental trabajar en los siguientes aspectos:
*Definir la identidad y los valores: La autenticidad es clave. Una imagen pública fuerte se basa en valores sólidos y en un mensaje claro y consistente.
*Cuidar la comunicación verbal y no verbal: La forma en que nos expresamos, el tono de voz, el lenguaje corporal y la vestimenta influyen en la percepción de los demás.
*Gestionar la presencia digital: Mantener perfiles actualizados en redes sociales, responder de manera estratégica a comentario y compartir contenido relevante refuerzan la imagen pública.
*Crear una reputación positiva: Cumplir promesas, ofrecer un buen servicio y actuar con ética y transparencia ayudan a construir una imagen sólida y confiable.
*Ser coherente en todas las áreas: La imagen pública debe reflejarse en cada aspecto de la vida personal o institucional, desde la atención al cliente hasta la forma de interactuar en redes sociales
