Se perfila como el epicentro de la política social en Chiapas, el brazo operativo que pondrá a prueba si la filosofía del Humanismo que Transforma
REALIDAD A SORBOS/Eric Ordóñez
Cuando Eduardo Ramírez Aguilar presentó su gabinete, lo hizo con la promesa de un gobierno cercano a la gente, con una visión humanista que transformaría Chiapas. Y si hay una secretaría que encarna esa visión, es sin duda la Secretaría del Humanismo, la nueva súper secretaría que ha absorbido áreas clave del gobierno estatal y que pone en manos de Francisco Chacón Sánchez la tarea de materializar en hechos concretos lo que hasta ahora ha sido un concepto político.
Desde su creación, esta dependencia ha concentrado funciones que antes estaban dispersas en distintas instituciones: Bienestar, Provich, parte del DIF (desayunos escolares), el Instituto de la Juventud y áreas de infraestructura social. No es un área menor, ni una ocurrencia burocrática sin impacto real. Al contrario, la Secretaría del Humanismo se perfila como el epicentro de la política social en Chiapas, el brazo operativo que pondrá a prueba si la filosofía del Humanismo que Transforma es más que un lema.
El gobernador Eduardo Ramírez no dejó espacio a la improvisación al elegir a Francisco Chacón para encabezarla. En la lógica política, dar semejante responsabilidad a un funcionario equivale a darle poder, visibilidad y peso en el proyecto de gobierno. Chacón Sánchez no es un improvisado ni un perfil decorativo; es un hombre de confianza, alguien que, al menos hasta ahora, luce impoluto en el panorama político.
¿QUÉ SIGNIFICA ESTA SÚPER SECRETARÍA?
La centralización de tantas áreas dentro de la Secretaría del Humanismo revela que el gobierno de Ramírez Aguilar quiere tener un control más eficiente —y político— de los programas de desarrollo social. Esta dependencia no solo manejará programas asistenciales, sino que tendrá injerencia en temas de infraestructura social, lo que significa que también tendrá peso en la distribución de obras en comunidades marginadas.
El Bienestar, que tradicionalmente ha sido la bandera del obradorismo, ahora está fusionado con esta nueva visión humanista. La pregunta es: ¿será una mejora en la forma de gobernar o una simple reestructuración de nombres y organigramas? Porque, si todo sigue igual, el cambio solo será cosmético. Pero si la Secretaría del Humanismo logra articular una política social con verdadera profundidad y resultados tangibles, entonces sí estaremos ante una transformación real.
En el ámbito político, también es una jugada clave. Francisco Chacón Sánchez se coloca en el epicentro de la política chiapaneca con una responsabilidad que lo proyecta más allá de una simple gestión administrativa. Su desempeño no solo marcará el éxito o el fracaso de la secretaría, sino que podría convertirlo en una de las figuras más relevantes del sexenio.
EL HUMANISMO, DE LA TEORÍA A LA REALIDAD
El reto de esta súper secretaría no es menor. Si en verdad el Humanismo que Transforma busca ser algo más que un discurso, deberá reflejarse en acciones concretas que la ciudadanía pueda palpar. La administración estatal deberá demostrar que la centralización de estas áreas no significa más burocracia, sino más eficiencia.
De momento, la Secretaría del Humanismo se ha presentado como el eje rector del nuevo gobierno y su titular, Francisco Chacón Sánchez, como el encargado de convertir esa visión en resultados. Hasta ahora, su historial no arrastra escándalos ni manchas, lo que lo hace un funcionario que entra en la arena política con un perfil limpio. Pero en la política, la pureza es un estado temporal. El tiempo dirá si este nuevo modelo de gobierno está realmente diseñado para transformar Chiapas o si, al final, solo será una nueva forma de administrar lo de siempre.
Cordial saludo.
