Por extorsión, abuelita chiapaneca cierra panadería
Ramiro Trejo / Ultimátum
“Me rompe el corazón decirle a todos mis nietecitos que nos vemos en la necesidad de cerrar porque hay personas malas en Cancún”, fueron las palabras de María Pérez, propietaria de la Panadería Chiapas, quien había decidido cerrar su local tras recibir amenazas.
En el corazón de Cancún, esta abuelita chiapaneca dedicada a la venta de pan regional había puesto fin a su sueño. Con la voz entrecortada, a través de redes sociales anunció el cierre de su panadería, a la que cada día llegaban clientes a comprar pan chiapaneco en pleno Caribe mexicano.
“Creen que este es un gran negocio, pero ustedes saben que somos pequeños y no nos alcanza para mantener una cuota”, dijo al referirse al cobro de derecho de piso que presuntamente le exigían.
Años de esfuerzo, sacrificio y madrugadas de trabajo parecían desmoronarse ante una extorsión que, según denunció, alcanzó a su pequeño establecimiento con sabor chiapaneco.
“Gracias por todo y por llevarte un pedacito de mi corazón, un pedacito de mi historia”, expresó entre lágrimas en su video, lo que provocó una oleada de reacciones.
Las redes sociales hicieron lo suyo. Miles de usuarios lamentaron el cierre, indignados por ver cómo se apagaba la luz de una mujer que con amor horneaba cada pieza, asegurando que cada pan era una tradición familiar.
“Cada pieza está pensada para traer un pedacito de Chiapas a tu corazón”, había dicho.
Pero cuando todo parecía ser el fin, llegó la claridad. La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo informó que María fue víctima de una extorsión virtual, originada desde un penal de la Ciudad de México. Se trató de una llamada aleatoria, como muchas que buscan engañar a la gente para obtener dinero mediante amenazas.


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