Luis Fernando Maza vive enamorado de la docencia desde hace más de 20 años.
Ramiro Trejo/Ultimátum
—¿En otra vida elegirías ser maestro?
—Sin dudarlo, sería yo, el maestro más feliz, porque ya viví esa experiencia. Ahora, sin dudarlo, sería yo: un feliz maestro.
Así define su vocación el maestro Luis Fernando Maza, quien celebra cada 15 de mayo con profunda emoción la profesión que lo ha acompañado por más de dos décadas. Para él, ser docente implica una gran responsabilidad: la educación de la niñez.
“Es una profesión muy bella. Trabajar con niños es algo reconfortante. El vínculo con las familias, con los compañeros (…) es algo que verdaderamente te llena”, recalca con una sonrisa.
Por su aula han pasado decenas de generaciones. El maestro Fer, como lo conocen en la Escuela Primaria Enrique Rodríguez Cano, ubicada en la colonia Terán, lleva más de 25 años frente a grupo. A pesar del tiempo, sigue amando su profesión como aquel primer día en que impartió clases.
“Trabajar con niños es algo muy bonito, pero también complicado, porque estás formando a una persona. Sin embargo, cuando haces tu trabajo con gusto y lo das todo, los niños y los padres de familia son muy agradecidos”, afirma.
Actualmente, es maestro de quinto grado y asume con esmero la tarea de brindar seguridad y confianza a sus estudiantes. Día a día, trabaja para formar a quienes serán los profesionistas del mañana.
“Creo que no necesitan que sea 15 de mayo para demostrarme lo que significo para ellos y lo que ellos significan para mí. Me lo dicen todos los días, me abrazan, me apapachan cuando me ven triste. Y yo hago lo mismo cuando veo sus caritas apagadas, cuando no llegan con muchas ganas de estar en la escuela. Ahí está la labor del maestro”, expresa con emoción.
Luis Fernando asegura que su trabajo lo mantiene vivo. Convivir con los niños, dice, es una experiencia distinta cada día, una que lo hace seguir enamorado de la docencia.
“Los festejos de cumpleaños, el Día del Maestro, las flores, los detalles… pero lo más significativo son esas cartas que te escriben, donde te muestran su cariño, donde te hacen ver lo que significas para ellos”, comparte con orgullo.
Recientemente, el Gobierno del Estado le entregó una medalla por sus 25 años de trayectoria. Aunque reconoce la importancia del reconocimiento oficial, sostiene que no hay mayor satisfacción que ver a sus alumnos cumplir sus sueños

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