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El Castillo de la Pureza

15 de mayo de 2025
in Especial
Durante 15 años, una familia vivió encerrada por orden del padre. El caso inspiró una novela y una icónica película del cine mexicano.

Durante 15 años, una familia vivió encerrada por orden del padre. El caso inspiró una novela y una icónica película del cine mexicano.

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Durante 15 años, una familia vivió encerrada por orden del padre. El caso inspiró una novela y una icónica película del cine mexicano.

Julio Domínguez Balboa/Ultimátum 

Hasta 1959, la familia Pérez Noé, de la Ciudad de México, nada sabía del mundo, porque llevaba más de quince años encerrada por el padre, Rafael Pérez Hernández, en una vieja casona de la avenida Insurgentes Norte de la Ciudad de México. La opinión pública se conmocionó ante la noticia. 

Las fotografías de la prensa mostraban a la madre (Sonia Noé de Pérez), todavía joven, pero prematuramente avejentada, rodeada por sus cinco hijos de nombres desquiciados: Indómita, Soberano, Triunfador, todos ellos jovencitos menores de 16, además de Bienvivir, de 10 años, y de una nena de 45 días de nacida, llamada Libre Pensamiento. 

Aquella prole había estado encerrada: ninguno de los niños fue a la escuela, la madre les enseñó a leer y a escribir. Nunca los habían llevado a un parque, a una feria o al zoológico. En la casa de los Pérez Noé, ubicada en el número 1176 de la avenida Insurgentes Norte, no había radio ni televisión. 

Todos los hijos dormían en un sótano. El lúgubre palacete estaba descuidado y en él operaba una pequeña fábrica de insecticidas y raticidas que el padre vendía para dar de comer a su familia. Vestido de traje de calle, el hombre recorría tiendas, farmacias veterinarias y tlapalerías para vender sus productos y comprar la comida. 

Toda la familia se alimentaba de avena, frijoles y pan. Sin embargo, el padre aseguraba que en su casa jamás faltaron la carne, la fruta y las verduras. Las declaraciones contradictorias entre sí, de padre, hijos y esposa, hicieron las delicias de la nota roja. 

La polémica se centró en la personalidad del padre, al que se le tachó de enfermo mental. De joven, Rafael Pérez había sufrido un accidente que le paralizó un brazo y se dijo que aquella experiencia había perturbado su personalidad, que había sido el detonante de su exótica psicosis. Ante los medios de comunicación, el desquiciado sujeto aseguró ser “libre pensador” y por eso sus hijos ni estaban bautizados ni llevaban nombres del santoral católico. 

Pérez Hernández negó todas las acusaciones de su familia. Se trataba, afirmó, de un complot entre su esposa Sonia y sus hijos, que querían perjudicarlo. Todo era mentira, dijo. “Nadie los golpeaba, nadie los hacía pasar hambre. Era falso que en las noches de luna sacara a la familia al patio para mostrarle a su luminosa “amiga” nocturna. Tampoco era cierto que sufriera episodios de ira durante los cuales blandía una pistola y amenazara con matarlos a todos”, afirmaba el orate. 

Las declaraciones de Pérez Hernández ante la Agencia del Ministerio Público se volvieron un circo: decenas de curiosos se peleaban un lugar con los reporteros y hasta con los representantes de la radio y de la jovencísima televisión mexicana, que presenciaron ese momento y, días después, el tensísimo careo entre padre e hijos: “No mientas, Soberanito. Me estás perjudicando con eso que dices y sabes que es falso”, le dijo Pérez Hernández. Pero el muchachito de 15 años se mantuvo en su dicho. 

A Rafael Pérez Hernández se le dictó auto de formal prisión y se le trasladó a la Penitenciaría. Allí se suicidó años después. De su familia sólo se supo que pasó miserias, pues no sabía hacer nada para ganarse el sustento, hasta perderse en el anonimato de la clase media. 

En 1964, el periodista y escritor Luis Spota publicó su novela “La carcajada del gato”, basada en la historia de los Pérez Noé. En 1972, el cineasta Arturo Ripstein llevó al cine el suceso con la película “El Castillo de la Pureza”, con guión de José Emilio Pacheco y estelarizada por Rita Macedo y Claudio Brook. A dicha cinta pertenecen las ilustraciones de esta nota. 

Durante 15 años, una familia vivió encerrada por orden del padre. El caso inspiró una novela y una icónica película del cine mexicano.
Durante 15 años, una familia vivió encerrada por orden del padre. El caso inspiró una novela y una icónica película del cine mexicano.

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