Miguel Prado y Alfredo Ramírez exhibieron conductas reprobables ante su jefe y el gabinete.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
“Eso no se hace”, conminó en términos puntuales el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar al presidente municipal de Huixtla, Régulo Palomeque, quien en un evento oficial ignoró al secretario de Educación, Roger Mandujano, quien ocupaba un lugar en la mesa del presidium. Esta frase aplica a doc al director general de COBACH, Miguel Prado de los Santos alias El Sirenito, quien no conoce el respeto a sus superiores, ni mucho menos los protocolos rigurosos, toda vez que no acata normas, reglas y conductas delante del propio jefe del Ejecutivo estatal. El pasado 15 de mayo se llevó a cabo una reunión de gabinete en el rubro de educación en la palapa del gobierno. Ahí acudieron funcionarios de primer nivel, los de menos categoría y El Sirenito. Sí, porque este funcionario no tiene ni clase para comportarse en un evento de esta envergadura.
MIRADA DE JAGUAR AL SIRENITO
Ahí, El Sirenito de Mario Delgado Carrillo exhibió total irreverencia y falta de respeto a la investidura del jefe del Poder Ejecutivo, pues en la reunión de trabajo se dedicó a tutearlo una y otra vez llamándolo Eduardo, no señor gobernador. Tal vez quiso apantallar a todos los presentes como si el mandatario fuera su íntimo amigo, su bro. Solo le faltó decir que jugó canicas con él desde niño. Ante el asombro de las y los funcionarios, que algunos sí son amigos del Jaguar, se pudo percibir la mirada al parecer a disgusto del gobernador hacia el igualado Sirenito. Con la educación que a los demás sí les caracteriza, el gabinete en pleno vio respetuosamente cómo durante dos ocasiones el director del Cobach habló y habló, exhibiendo videos del “gran trabajo del Colegio de Bachilleres de Chiapas” relacionado con el programa de alfabetización”. Durante todo el evento se pasó haciendo alarde de sus “alcances” y, ya en confianza, empezó a hablarle de tú al gobernador Eduardo Ramírez. Todos los presentes se quedaron boquiabiertos y absortos por el exceso que exhibió este funcionario que presume estar “bien parado” con Mario Delgado Carrillo, titular de la Secretaría de Educación Pública. Alguien debe orientar al tonalteco que: “eso no se hace”. Mucho menos en público, mucho menos reunión de gabinete. Aunque así conociera al gobernador desde su infancia, debe saber “señor tritón” que igualarse con el mandatario estatal es una total falta de respeto, ya que dice una regla no escrita que los gobernantes no tienen amigos, tienen compromisos. Una recomendación que le haríamos a este funcionario de tercera, es que debe inscribirse al programa de alfabetización para que se aplique los primeros pasos de la educación y, de esa manera, conozca los principios del protocolo oficial o institucional. Miguel Prado se percibe ligero, grotesco y con grandes ínfulas por tener detrás, o adelante, al titular de la Secretaría de Educación federal, quien por cierto se dice que está en la lista negra del gobierno de los EE. UU. por su presunto vínculo con el crimen organizado en México.
ALFREDO RAMÍREZ,
OTRO FUNCIONARIO INDOLENTE
De igual manera, otro funcionario que evidentemente no entiende de los cánones del respeto a las jerarquías es el subsecretario de Educación Federalizada de la Secretaría de Educación, Alfredo Ramírez; el mismo 15 de mayo, Día del Maestro, en una reunión en conocido hotel del lado Sur Poniente de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, la cual estaría encabezada por el gobernador Eduardo Ramírez, cometió imperdonable gazapo. Cuentan algunos testigos presenciales que estaba en el presídium, pero debido a la saturación de su agenda el mandatario chiapaneco no pudo asistir a la reunión, de tal manera que en su representación, el Secretario de Educación, Roger Mandujano Ayala presidió el evento. ¡Oooh, sorpresa. Apenas se conoció el cambio, el subsecretario de marras tomó su celular y realizando una llamada salió del salón, como alma que lleva el diablo directo a su camioneta. Le importó un comino su jefe, el secretario Roger Mandujano, y lo ofendió de tal manera que le valió un comino dejarlo tirado literalmente. No se descarte que, como muchos, se excuse en que “lo llamó de urgencia el gobernador”. Es importante subrayar la intriga que quedó en el evento, porque se percibió como si Alfredo Ramírez intentase mandar un mensaje. ¿De qué está seguro? Se intuye que este fue un desplante irracional que hizo adrede, porque puede señalársele de ambicioso y de traidor, pero no de tonto. Esta expresión de soberbia, que no cabe en el gobierno humanista y sensible de la Nueva ERA, quedará registrada para la historia. De hecho, no se duda que El Jaguar empezará a poner los puntos sobre las íes, antes que estos irrespetuosos servidores del pueblo se le suban a las barbas, si no al rato las consecuencias serán de pronósticos reservados.
DE TAROT Y ADIVINANZA
A propósito del tema, ¿podrá librarse de la lista de EE. UU. el secretario de Educación, Mario Delgado? El tema, no tarda en reventar … Servidos.
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