La única mujer veracruzana en la contienda busca representar una opción diferente en la SCJN.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Con un perfil singular que combina medicina y derecho, la doctora Lutgarda Madrigal Valdés se presenta como candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en un proceso histórico que busca transformar la forma en que se eligen a los juzgadores en México. Su presencia en la contienda destaca no solo por su formación profesional y trayectoria política, sino por representar a Veracruz como la única mujer de esa entidad en la boleta.
“Desde que me registré, he vivido este proceso con alegría y compromiso”, expresó en entrevista para Diario Ultimátum. Para ella, participar en esta elección ha sido una experiencia única y de vida. Su candidatura, subrayó, no solo responde al cumplimiento de requisitos legales, sino también a una profunda convicción por ofrecer una opción distinta, alejada de los esquemas tradicionales del Poder Judicial.
La campaña de Lutgarda Madrigal ha sido, como la de otros aspirantes, una de contacto virtual más que presencial, debido a las restricciones de tiempo y logística. No obstante, ha logrado conectar con la ciudadanía mediante redes sociales, llamadas y grupos de mensajería. “No podemos recorrer todo el país en 60 días, pero la tecnología nos permite estar presentes”, explicó.
Originaria de Pánuco, un municipio del norte veracruzano, Lutgarda Madrigal recuerda con orgullo el apoyo de sus paisanos, quienes la acompañaron desde el inicio de su campaña el 30 de marzo. “Me escriben todos los días. Me animan. Y para mí eso representa una gran responsabilidad”, compartió con emoción. En esa misma localidad, recuerda, nació un expresidente de la SCJN, lo que le otorga un simbolismo especial a su aspiración.
La candidata sostiene que su propuesta está basada en la diferencia. No ha sido parte del Poder Judicial, ni en el ámbito federal ni estatal. Ha trabajado en la administración pública de Veracruz y anteriormente fue diputada local. Su trayectoria académica incluye dos licenciaturas —en medicina y derecho— y varias maestrías, entre ellas en derecho penal, derecho constitucional, juicio de amparo y servicios forenses. Esa formación, asegura, le permite tener una visión más humanista de la justicia.
Esa doble vocación, médica y jurídica, ha influido en su visión sobre el papel de una ministra en la Corte. “Ambas profesiones me han enseñado a servir con humanismo. Si llego a la Suprema Corte, quiero trabajar por los grupos más vulnerables: niñas, niños, adolescentes, mujeres en situación de vulnerabilidad, personas privadas de su libertad”, afirmó.
Su número en la boleta es el 18 y se encuentra en la boleta morada. “Le pido a la ciudadanía que me identifique así, como una opción diferente. No soy una figura reciclada ni parte de estructuras judiciales establecidas. Soy una ciudadana que ha trabajado desde otros frentes y quiere aportar desde ahí”, reiteró.
Sobre el proceso mismo, Lutgarda reconoce que ha habido ajustes y críticas, pero llama a la ciudadanía a participar y confiar. “Así como ya votamos por el Poder Ejecutivo y el Legislativo, esta es nuestra oportunidad para reformar el Poder Judicial”, argumentó. Para ella, el voto del pueblo no solo legitima el proceso, sino que puede marcar un parteaguas en la forma de impartir justicia en México.
La doctora insistió en que su propuesta busca también romper con el paradigma de los ministros lejanos, inalcanzables. “Voy a seguir siendo la misma persona. Voy a caminar sola, como camino hoy, por las calles, hablando con la gente. Mi compromiso es trabajar al servicio de las personas”, dijo.
Ante la pregunta de qué desea para México después del 1 de junio, su respuesta fue contundente: participación ciudadana e integración de un poder judicial con personas que tengan una trayectoria limpia y acreditada. “Deseo que al día siguiente nos sintamos satisfechos de haber votado. Que sepamos que dejamos un precedente histórico para el país”, concluyó.
En medio de un contexto nacional donde se cuestiona la transparencia y legitimidad de las instituciones, candidaturas como la de Lutgarda Madrigal buscan reivindicar la justicia desde una perspectiva ciudadana, con vocación de servicio y con la convicción de que el cambio también puede venir desde las urnas. A través de su participación, el mensaje es claro: la Corte puede y debe parecerse más al pueblo que representa.
