Promueve justicia cercana, técnica y sensible a la ciudadanía.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Con una trayectoria de más de diez años en el Poder Judicial y una sólida formación académica, la doctora Diana Isabel Ivens Cruz participa como candidata a jueza de distrito en materia penal en el proceso histórico de elección de juzgadores federales. Con el número 10 en la boleta amarilla, dentro del recuadro azul correspondiente a la materia penal, Ivens propone una justicia técnica, imparcial, pero también cercana, con rostro humano.
En entrevista con Diario Ultimátum, explicó que pidió licencia a su cargo como secretaria de juzgado para enfocarse de lleno en la campaña, recorrer municipios y dialogar con la ciudadanía. “No somos políticos, hemos estado siempre detrás de un escritorio. Esta ha sido la oportunidad de conocer lo que realmente espera la gente del sistema de justicia”, compartió.
Uno de los principales retos ha sido la desinformación. “Muchas personas no saben cómo votar ni qué materias están en juego. Por eso he dedicado tiempo a explicar que se puede votar por cinco mujeres y cinco hombres en distintas áreas: penal, amparo, mixta y laboral. En mi caso, es el número 10 en el cuadro azul”, detalló.
Más allá de números y colores, Ivens Cruz plantea una reforma profunda en la percepción y el acceso a la justicia penal. Reconoce la desconfianza hacia el Poder Judicial, alimentada por años de corrupción e indiferencia, y ve en este proceso electoral una oportunidad inédita para cambiar ese paradigma. “Ahora podemos conocer a quienes juzgarán nuestros casos y tener la certeza de que fueron electos por el pueblo”, señaló.
Su propuesta parte de tres principios: imparcialidad, cercanía y transparencia. Asegura que será una jueza de puertas abiertas, pero también exigente con su equipo. “¿De qué sirve que la jueza trate bien si su personal no lo hace? La calidad humana debe estar en todos los niveles”, recalcó. Por ello, plantea capacitaciones constantes, no sólo jurídicas, sino también en sensibilidad social.
La doctora Ivens también subrayó la necesidad de comunicar sentencias de forma clara. Aunque la ley exige que sean públicas, muchas veces resultan ininteligibles para el ciudadano común. “Una de mis metas es explicar las resoluciones en términos comprensibles, con base en pruebas, legalidad y conciencia del impacto social”, expresó.
Recalcó que impartir justicia no es solo aplicar la ley: “A veces la ley no es justa. Por eso debemos interpretarla con sustento jurídico, pero también con sentido social. No se trata de justificar delitos, sino de entender contextos”. Ejemplificó con un caso hipotético: “Si alguien roba una lata de leche para alimentar a su hijo, hay que sancionar, sí, pero también entender lo que hay detrás”.
En un país con altos índices de violencia e impunidad, propone sentencias bien fundamentadas, que atiendan a la legalidad sin perder la humanidad. “Tenemos en nuestras manos la libertad de las personas. Una sentencia puede significar 25 años de prisión. Eso es, prácticamente, el resto de la vida de alguien”, reflexionó.
Su preparación respalda su candidatura: ha sido oficial judicial, actuaria, secretaria de acuerdos y secretaria de ponencia en un tribunal colegiado. Posee maestrías en amparo y administración de empresas, así como un doctorado con mención honorífica. “Estoy preparada. No improviso”, afirmó.
Además de su carrera judicial, ha trabajado desde la sociedad civil en la Colectiva 50+1, impulsando los derechos de las mujeres. En espacios con adolescentes ha abordado temas como el acoso callejero y la violencia digital, evidenciando la necesidad de un sistema penal actualizado y con enfoque social.
Finalmente, hizo un llamado al voto consciente este 1 de junio. “La reforma ya está aquí. Dejemos de cuestionarla desde la comodidad. Vayamos a votar. No permitamos que solo unos cuantos decidan. Los jueces que elijamos hoy estarán ocho años en funciones”, advirtió.
En una época donde la ciudadanía exige justicia clara, efectiva y empática, perfiles como el de Diana Ivens Cruz ofrecen una alternativa que conjuga conocimiento técnico, experiencia judicial y verdadera vocación de servicio.
