La candidata propone sentencias con perspectiva de vida y contextos regionales, no dictadas desde el escritorio
Eric Ordóñez/Ultimátum
En una elección sin precedentes, donde la ciudadanía elegirá por primera vez mediante voto popular a representantes del Poder Judicial, la maestra Erika García Pérez, candidata a magistrada de la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sostiene una propuesta clara: acercar la justicia a la gente, comprender su contexto y emitir sentencias que realmente transformen vidas.
García Pérez ha recorrido los siete estados que conforman la tercera circunscripción —Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo—, en una campaña que califica como “titánica y enriquecedora”, marcada por el desconocimiento general de esta elección inédita y la necesidad de explicarle a la población que ahora tiene el poder de decidir quién imparte justicia electoral.
“La gente no conoce a sus jueces ni magistrados; nunca han tenido audiencia con ellos”, lamenta. La distancia entre el Poder Judicial y la ciudadanía ha mermado la confianza, y por eso destaca la relevancia de este proceso: ha obligado a los aspirantes a salir a las calles, escuchar y enfrentar la desconfianza social. “Las primeras veces que salí, nadie sabía de qué hablaba. Me preguntaban a qué partido pertenecía o si yo ya estaba en el cargo”, relata.
Su mensaje ha sido claro: no basta con hablar un lenguaje jurídico que excluye. Es necesario traducir el derecho a lo cotidiano, explicar los criterios de las resoluciones y salir del escritorio para entender la realidad del país. “De nada sirve una sentencia pronta si es imposible de ejecutar. Eso no es justicia”, subraya.
La candidata insiste en que una justicia efectiva debe considerar las diferencias sociales, económicas y culturales de cada entidad. En estados como Chiapas —añade— la estabilidad social muchas veces depende de decisiones judiciales que deben dictarse con conocimiento del entorno. Por ello, propone fortalecer el trabajo de campo, romper con la lógica de resoluciones aisladas y emitir fallos que realmente sirvan a la sociedad.
Con más de 19 años de experiencia en materia electoral, García ha trabajado tanto en la organización de procesos como en la resolución de conflictos. Ha sido parte de los órganos públicos locales electorales (OPLEs) y desde 2016 se desempeña como secretaria de estudio y cuenta del Tribunal Electoral de Veracruz, donde analiza expedientes y elabora proyectos de sentencia.
Esa dualidad de experiencia —administrativa y jurisdiccional— le permite, afirma, tener una visión integral. “Un expediente no es un número; es una historia de vida. Puede ser una mujer violentada por ser mujer, una candidatura en riesgo o una comunidad indígena buscando representación”, explica.
Su propuesta incluye juzgar con perspectiva de género, atender con urgencia la violencia política contra las mujeres y garantizar justicia efectiva para personas históricamente discriminadas: pueblos indígenas, personas mayores, comunidad LGBTIQ+. “Resolver con perspectiva intercultural y humana es una necesidad, no un lujo”, sostiene.
En un contexto donde la credibilidad de las instituciones está en juego, García Pérez insiste en que explicar el porqué de cada resolución es esencial para recuperar la confianza ciudadana. “El derecho puede evolucionar, pero no debe cambiar caprichosamente sin explicaciones. Lo que la gente necesita es certeza y claridad, no decisiones mágicas que cambian de criterio sin justificación”.
Por ello, convoca a la ciudadanía a informarse, leer los perfiles y ejercer el voto de forma razonada. “Mi candidatura representa experiencia, vocación de servicio y una apuesta por una justicia cercana y entendible para todos”, concluye.
Este 1 de junio, el reto es doble: vencer el abstencionismo y elegir perfiles capaces de transformar el sistema judicial desde dentro. La propuesta de Erika García apunta hacia una judicatura que escuche, entienda y actúe con justicia contextual y sentencias ejecutables. Una judicatura que, como ella plantea, vea cada caso no como un expediente más, sino como una historia que merece atención real.
