Ciudadanía organizada pide ante el Congreso su reapertura como patrimonio vivo de Tuxtla Gutiérrez.
Eric Ordóñez/Ultimátum
La diputada local Jovannie Maricela Ibarra Gallardo presentó ante el Congreso del Estado un punto de acuerdo para exhortar a las autoridades estatales y municipales a devolver el Museo de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez a la ciudadanía, específicamente a la Fundación Fernando Castañón Gamboa, organización que ha impulsado desde hace años su conservación y reapertura.
Durante su intervención, la legisladora reconoció el trabajo sostenido de esta Fundación, que durante años gestionó el recinto —ubicado en el antiguo Palacio Municipal— con actividades culturales, exposiciones, ejercicios de memoria histórica y procesos de participación ciudadana. La propuesta legislativa destaca que la organización cuenta con legitimidad social, experiencia comprobada y un compromiso comunitario que ha sostenido con transparencia y apertura al diálogo.
Integrantes de la Fundación acudieron a la sesión legislativa para respaldar la iniciativa y reiterar su voluntad de reactivar el espacio como bien público y punto de encuentro para la vida cultural y social de la capital chiapaneca. Desde su cierre, han dirigido múltiples solicitudes formales a las autoridades sin recibir respuesta satisfactoria. Mientras tanto, el edificio continúa cerrado y sin uso definido, situación que preocupa a promotores culturales y defensores del patrimonio histórico.
La falta de voluntad del presidente Ángel Carlos Torres Culebro, quedó evidenciada el pasado 20 de mayo, durante una sesión del Cabildo capitalino, cuando el regidor Francisco Rojas Toledo cuestionó públicamente la inacción del Ayuntamiento respecto al inmueble.
En tribuna, pidió aclarar por qué se le niega a la Fundación el permiso para administrar el espacio, considerado símbolo del desarrollo urbano de Tuxtla. El presidente municipal Ángel Torres Culebro evadió el tema y clausuró la sesión sin ofrecer explicación alguna.
El Museo de la Ciudad permanece cerrado desde hace años, pese a su valor histórico como depositario de la memoria social y urbana de Tuxtla Gutiérrez. Su reapertura, han señalado diversos actores culturales, representaría un paso decisivo para la revitalización del centro histórico, hoy marcado por el abandono institucional, la falta de espacios culturales y la escasa movilidad peatonal.
