Panelistas destacaron aciertos y fallas del proceso para elegir ministros, jueces y magistrados en México.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Durante la segunda edición del programa Frente a Frente, transmitido por Diario Ultimátum, jóvenes especialistas en derecho y política se reunieron en una mesa de análisis para evaluar la jornada electoral del pasado 1 de junio, cuando por primera vez en la historia del país se eligió por voto popular a ministras, ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación.
El foro, conducido por Andrés Castellanos, contó con la participación de Gonzalo Solís, fundador de Morena en Chiapas y coordinador de Transparencia en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez; Jorge Adrián Espinoza Jiménez, representante de la organización Jóvenes Resilientes; y Maximiliano Narváez, dirigente del colectivo juvenil Movimiento Joven y simpatizante de Movimiento Ciudadano.
En sus primeras intervenciones, los panelistas coincidieron en calificar el proceso como un hecho sin precedentes en la historia democrática del país, aunque también señalaron diversos retos, entre ellos la escasa participación ciudadana, que se estimó en apenas el 13% del padrón, y la falta de información sobre los perfiles postulados.
Gonzalo Solís afirmó que el ejercicio abre una oportunidad para repensar el papel de la ciudadanía en el sistema judicial, aunque reconoció que faltó mayor conexión entre los candidatos y la sociedad. «No terminaron de explicar para qué servía su cargo ni en qué podía beneficiarse la gente. Eso, sumado a la campaña de abstencionismo promovida por la oposición, afectó la participación», dijo.
Jorge Espinoza celebró el cambio como una muestra de que “México quiere evolucionar” y defendió que con esta elección se busca mayor apego a la legalidad, sin afectar a la ciudadanía. También manifestó su esperanza en que los nuevos encargados de impartir justicia cumplan con su deber sin dilaciones ni privilegios.
Por su parte, Maximiliano Narváez fue más crítico. Afirmó que la elección no resuelve el verdadero problema de justicia que arrastra México desde hace casi dos décadas, especialmente tras la implementación de políticas de seguridad basadas en el punitivismo y la militarización. “Cambiar el método de elección no es suficiente. El 90% de los delitos no se denuncian y menos del 2% alcanza sentencia definitiva”, señaló. En su opinión, urge una reforma profunda a ministerios públicos, fiscalías y cuerpos policiales.
Al abordar el futuro de la justicia en el país, los tres jóvenes coincidieron en la necesidad de que los nuevos integrantes del Poder Judicial rindan cuentas a la ciudadanía. Gonzalo Solís propuso que el debate público sirva para visibilizar problemáticas como el rezago en pueblos indígenas, la necesidad de digitalizar los procesos judiciales y promover una agenda de paridad. Añadió que este nuevo esquema obliga a los jueces y magistrados a actuar con mayor responsabilidad, ya que su reelección —en caso de buscarla— dependerá de su desempeño visible ante la ciudadanía.
Espinoza insistió en que la esperanza de la población está puesta en que los nuevos funcionarios judiciales trabajen con ética, celeridad y apego a la ley, mientras que Narváez pidió hacer una valoración técnica del proceso electoral y considerar si este modelo debe repetirse o modificarse para garantizar mejores resultados.
En sus conclusiones, Gonzalo Solís expuso que el gran reto ahora es fomentar la comprensión ciudadana sobre el funcionamiento del Poder Judicial. «La elección abre el camino para que el pueblo entienda por qué son importantes los jueces y cómo sus decisiones afectan la vida cotidiana», aseguró. También criticó la falta de promoción institucional por parte del INE, que, a su juicio, “encapsuló” la información y desincentivó la participación ciudadana.
Jorge Espinoza apuntó que, aunque la jornada electoral estuvo marcada por desorganización y desinformación, puede sentar las bases para procesos futuros más eficientes y participativos. Propuso que el Instituto Nacional Electoral utilice redes sociales y herramientas digitales para informar a la población y garantizar que los votantes estén preparados y conscientes de la relevancia de su voto.
Finalmente, Maximiliano Narváez contextualizó el modelo mexicano con ejemplos internacionales y puso en duda su legitimidad al compararlo con los casos de Bolivia, Japón, Suiza y Estados Unidos. Recordó que en Bolivia —uno de los referentes más citados por el actual gobierno federal— las elecciones judiciales han tenido resultados desfavorables, con altos porcentajes de votos nulos. Reiteró su postura a favor de concursos públicos de oposición como método más eficaz para garantizar una justicia técnica, imparcial y profesional.
Aunque las opiniones fueron diversas, el espacio se convirtió en una muestra del interés y la participación activa de la juventud chiapaneca en temas de alta relevancia nacional. Los tres panelistas coincidieron en que la justicia no puede seguir siendo un tema exclusivo de élites jurídicas, sino que debe abrirse a la vigilancia, exigencia y reflexión de toda la sociedad.

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