Transparencia y equidad en la UNACH

A 100 días de emitida la convocatoria, aspirantes a Médico Cirujano presentaron su examen en un proceso vigilado por el rector Oswaldo Chacón y el Sistema Anticorrupción.

MÁS ALLÁ DEL DISCURSO/Carlos Serrano

Después de 100 días desde que se publicó la convocatoria para ingresar a la Licenciatura en Médico Cirujano de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), este miércoles se aplicó el examen de admisión en dos sedes: Tuxtla Gutiérrez y Tapachula. Pero esta vez, el proceso tuvo un ingrediente que lo distingue del pasado inmediato: la presencia de un rector decidido a garantizar que todo se lleve a cabo con transparencia, sin trampas, sin privilegios y sin “palancas”. 

Desde el inicio de su gestión, Oswaldo Chacón Rojas dejó claro que una de sus prioridades sería acabar con las malas prácticas que tanto daño le hicieron a la universidad. Y lo cumplió. No solo supervisó personalmente la aplicación del examen, sino que lo hizo acompañado de la presidenta del Consejo de Participación Ciudadana y del Sistema Anticorrupción del Estado de Chiapas, Margarita del Carmen Pintado Ortega. Un acto que, más que simbólico, fue contundente: no habrá espacio para la corrupción. 

La UNACH de hoy no es la misma de antes. Atrás quedaron los años en que conseguir un lugar en la Facultad de Medicina parecía depender más del tamaño de la billetera o de los contactos influyentes, que del conocimiento y la preparación. Las denuncias ahí están, muchas de ellas documentadas en medios de comunicación. Casos en los que jóvenes con excelentes promedios quedaban fuera porque no podían pagar, mientras otros, sin el mérito suficiente, entraban por la puerta trasera. 

Imposible olvidar lo que ocurrió en agosto de 2020, cuando la UNACH tuvo que invalidar dos fechas del examen de admisión en Tuxtla Gutiérrez por graves irregularidades. En aquel entonces se dijo que habría consecuencias legales, pero al final no pasó nada. 

Esa historia de impunidad y simulación parece estar llegando a su fin. Con Oswaldo Chacón al frente, la universidad no solo se mueve: se transforma. Hoy, más que nunca, hay esperanza de que cada proceso sea limpio, que cada espacio se otorgue con justicia y que quienes ingresen lo hagan por mérito, no por influencias. 

Porque la universidad no solo debe ser una institución educativa, debe ser un faro de ética, de equidad, de oportunidades reales. Y ese es el rumbo que está tomando la UNACH. Una universidad que se acredita, que se vincula, que se abre al conocimiento, pero sobre todo, que recupera la confianza de su comunidad. 

Habrá que estar atentos al 13 de junio, cuando se publiquen los resultados. Pero pase lo que pase, algo ya cambió: la certeza de que esta vez el proceso fue distinto. Y eso, para muchas y muchos jóvenes chiapanecos, ya es un triunfo.