"Llos soldados guatemaltecos se abstuvieron de intervenir debido a la alta afluencia de civiles": ministro de la Defensa Nacional de Guatemala
Eric Ordoñez/Ultimátum
Un enfrentamiento armado registrado el pasado 8 de junio en la frontera entre Guatemala y Chiapas derivó en un cruce de declaraciones entre autoridades de ambos países, luego de que elementos de la Fuerza de Reacción Inmediata PAKAL, de México, ingresaran accidentalmente a territorio guatemalteco durante una persecución contra presuntos integrantes de la delincuencia organizada.
Durante una conferencia de prensa, el ministro de la Defensa Nacional de Guatemala, Henry David Saenz Ramos, confirmó que una unidad del ejército se encontraba en patrullaje de rutina cuando se desató la balacera. Afirmó que los soldados guatemaltecos se abstuvieron de intervenir debido a la alta afluencia de civiles en la zona comercial, priorizando su seguridad.
Saenz Ramos informó que un especialista del ejército resultó herido en el muslo derecho por una bala, aunque su estado fue reportado como estable y se reincorporó a sus funciones poco después. El ministro agradeció la prudencia del personal militar y aseguró que se reforzarán los patrullajes por aire y tierra en esa región limítrofe.
En respuesta a los acontecimientos, el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, lanzó un pronunciamiento enérgico en el que cuestionó posibles vínculos de autoridades guatemaltecas con el crimen organizado. “No es cosa menor estar coludidos, pero lo que es peor es estar al servicio de la delincuencia”, declaró.
El mandatario chiapaneco llamó al gobierno de Guatemala a conducirse con legalidad y responsabilidad ante la situación, y reiteró que en Chiapas se continuará aplicando la ley “con firmeza y sin distinciones”, para garantizar que “el pueblo de Chiapas vivirá en paz”.

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