El gobernador dio el banderazo al primer tramo de la autopista Palenque–San Cristóbal, asegurando que fue consultada en lenguas originarias y avalada por más del 97 % de la población.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
Las voces de los enemigos de la paz y el desarrollo de Chiapas que se quisieron levantar en contra de la construcción del primer tramo de la autopista Palenque-San Cristóbal quedaron totalmente apagadas una vez que el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar dio el banderazo de arranque de esta magna obra que reúne muchas características. En su discurso, además, el mandatario envió varios mensajes. El Jaguar dejó totalmente claro que la Carretera Grande se hizo con el consentimiento de todos los pueblos, ya que fue la propia gente la que formuló la pregunta y ellos decidieron cómo querían ser consultados, por lo tanto, se hizo en lenguas originarias, con sus palabras. “Aquí no se conoce el término autopista, sino se preguntó ¿quieren que se construya la Carretera Grande? Y la respuesta fue abrumadoramente afirmativa, con más del 97 por ciento de ciudadanos y ciudadanas que participaron”, aseveró. También debe haberse oído fuerte, lejos y claro cuando dijo que, durante décadas, las grandes obras se levantaron como monumentos al despojo, sin consulta y sin consenso, pero no así la ruta de las culturas mayas, la cual se tejió con la palabra y la participación de todas y todos. “La entablamos desde la raíz más profunda de nuestros pueblos, desde la buena fe comunitaria”, aseguró. Antes de llegar a este banderazo de arranque de una de las obras más importantes de las últimas décadas del estado, hubo mucho diálogo, caminatas, encuentros y, sobre todo, la libertad de decisión, la cual Eduardo Ramírez ha resuelto honrar como un principio sagrado de su gobierno.
Inicia una ruta, no una autopista
El Jaguar sostuvo categórico que en la construcción de este camino se busca privilegiar la paz, la unión y lo mejor para las comunidades de Chiapas. Aquí no hay lugar para la división y el pleito porque “el desarrollo no se impone, se construye con los de abajo, con los históricamente olvidados. Esa es la ruta que estamos tomando en Chiapas, no la del desarrollo neoliberal que explota y excluye, sino la de un desarrollo con rostro humano, con dignidad, con justicia, con la voz de los pueblos indígenas al frente”. El desarrollo de la zona estará garantizado porque en la Carretera Grande, como le han llamado los indígenas de la zona, los ingresos del peaje, gasolineras, comedores o restaurantes, paradores turísticos y mercados, así como las utilidades de todos los beneficios que se van a presentar, se quedarán en manos de quienes sostienen el proyecto con trabajo y memoria. Cabe destacar que el gobernador Eduardo Ramírez elogió la labor de la secretaria de Gobierno y Mediación, Paty Conde, así como el trabajo de la titular de la Secretaría de Infraestructura, Anakaren Gómez Zuart y subrayó que en esta obra no hay favoritos ni nada por el estilo, porque todos son chiapanecos y a todos se les trata por igual. Además, a la encargada de la política interna del estado, le dio la tarea de estar pendiente de la obra y se comprometió a ir permanentemente a Palenque. “Yo creo que ya me voy a hacer acá de un espacio en renta, mi querido presidente, o aquí en Salto de Agua, porque esta es una obra emblemática que sentará un precedente”. El modelo de la construcción es único y no tiene precedente que exista en otro lugar de la república mexicana, ya que se le ha devuelto a la comunidad el derecho a definir su destino, sin intermediarios y sin despojo, porque nadie llegó a imponer nada. Eduardo Ramírez reveló que desde el 11 de noviembre de 2023, fecha en que fue designado como coordinador de la defensa de la 4T en Chiapas, construyó a través de la palabra, con consciencia y con el corazón, el diálogo con las comunidades de manera sigilosa y discreta, “para que no vinieran los intereses externos a arrebatarles esa obra que le corresponde a los pueblos y a las comunidades de Chiapas”. De suma importancia fue lo que dijo en su alocución, por cierto, interrumpida en varias ocasiones por el aplauso jubiloso del pueblo, y explicó: “comienza la construcción de una ruta, no de una autopista, porque las autopistas se construyen bajo la lógica de las concesiones para beneficiar a unos cuantos, con el modelo La Carretera es Nuestra nos aseguramos de que nadie se llevará lo que por derecho ancestral corresponde a estas tierras sagradas. La Ruta de las Culturas Mayas, no es un camino para lucir, sino es un camino para unir”. Cabe mencionar que, como pocas veces lo hace, el gobernador leyó su discurso porque lo escribió desde lo más profundo del alma. En este sentido, expresó que “en este camino no solo viajarán vehículos, viajará la justicia, los enfermos que van por la salud, la consciencia de los pueblos originarios, el turismo responsable, el comercio justo y el reencuentro entre regiones. “Es un camino de paz que une la memoria con el porvenir de nuestro pasado. La Ruta de las Culturas Mayas será una nueva forma de concebir la construcción de caminos y su administración. Sus beneficios no obedecen a las llamadas reglas o intereses del mercado, responde y siempre será así, al bienestar del pueblo”.
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