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Home Opiniones A ESTRIBOR

A ESTRIBOR

2 de julio de 2025
in A ESTRIBOR, Opiniones
A ESTRIBOR
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El centauro herido

Juan Carlos Cal y Mayor/Ultimátum

Tuve la gran oportunidad de acudir ayer al inicio del diplomado que im­parte la Universidad de Salamanca en coordinación con la Universidad Autónoma de Chiapas, que bien dirige el Doctor Oswaldo Chacón Rojas. Fue una ocasión excep­cional poder escuchar al destacado politólogo y profesor universitario español Fernando Vallespín, figura reconocida del pensamiento político contemporáneo, quien expuso ante un concurrido escenario en la sala de rectores de la librería José Emilio Pacheco la primera conferencia titu­lada “La democracia ante los grandes desafíos de América Latina”. Su re­flexión cobra especial relevancia para el momento que vive México.

LA METÁFORA DEL CENTAURO

En su más reciente ensayo, El cen­tauro democrático, Vallespín plantea una metáfora poderosa: la democra­cia no es un cuerpo armónico, sino un ser mitológico de dos mitades, como un centauro. Una parte representa la voluntad popular —el principio de mayoría— y la otra el Estado de derecho, ese conjunto de reglas, insti­tuciones y contrapesos que limitan el poder. Su convivencia es tensa, frágil, y solo una cultura democrática sólida impide que una devore a la otra.

LA DISLOCACIÓN DEL

EQUILIBRIO DEMOCRÁTICO

México vive hoy una dolorosa dislocación de ese centauro. La mi­tad mayoritaria se ha impuesto con brutalidad, sometiendo a las institu­ciones, debilitando los equilibrios y desfigurando las formas republica­nas. Con el pretexto de una supues­ta voluntad popular —reducida al 30% de los votos obtenidos del total de electores durante la última elec­ción—, el poder se ha convertido en un monólogo, donde no hay adversa­rios, solo enemigos; no hay diálogo, hay imposición.

EL REGRESO DEL

PRESIDENCIALISMO AUTORITARIO

Desde 2018, el presidencialis­mo mexicano ha retomado su rostro más autoritario. Bajo el aura de su legitimidad electoral, se cancelaron obras multimillonarias por consul­ta popular sin sustento jurídico; se reformaron leyes al vapor; se atacó sistemáticamente al INE, al INAI, a la Suprema Corte, al Poder Judicial, a las universidades, a los medios de co­municación, a los científicos. Todo lo que no se somete se convierte en “con­servador”, en obstáculo a remover.

DEMOCRACIA SIN FRENO: LA ILIBERALIDAD EN MARCHA

Vallespín advierte que cuando la democracia se reduce al poder de la mayoría, sin límites ni autoconten­ción, se transforma en una versión degradada de sí misma. No es una dictadura al estilo clásico, sino una “democracia iliberal”, donde el voto es el arma para legitimar decisiones au­toritarias. En México, eso ha signifi­cado una ofensiva contra los órganos constitucionales autónomos y una peligrosa concentración del poder.

INSTITUCIONES HERIDAS Y

PODER CONCENTRADO

El otro lado del centauro —el ins­titucional— yace herido de muerte. Las reformas para extender la mili­tarización, el debilitamiento presu­puestal de organismos independien­tes, la captura del Congreso mediante operadores sin voz propia, la designa­ción de incondicionales en la Corte y otros espacios clave, son parte de una estrategia para dejar al centauro sin riendas. La ley, la razón y el equilibrio ya no detienen al jinete.

EL COLAPSO DE LAS

VIRTUDES DEMOCRÁTICAS

Pero lo más grave, como señala Vallespín, es la pérdida de las virtu­des informales que sostienen una democracia sana: la tolerancia mu­tua y la autocontención. Aquí no hay indulgencia, ni freno, ni respeto. La política mexicana se ha convertido en una arena de exterminio simbólico. Se gobierna como si el tiempo fue­ra a acabarse, sin dejar cimientos ni puentes. Todo se arrasa y se reinventa cada sexenio.

RECONSTRUIR AL CENTAURO

El próximo gobierno, si llegara a cambiar de manos y de partido, enfren­tará un desafío mayúsculo: recompo­ner al centauro. Reconstruir institucio­nes, devolverles autonomía, restaurar la legitimidad de los contrapesos, y sobre todo, recuperar una cultura de legalidad y pluralismo. De lo contrario, seguiremos cabalgando sobre una cria­tura desmembrada, con fuerza bruta pero sin equilibrio. Y el abismo, más que una amenaza, se volverá destino.

UN LLAMADO A LA REFLEXIÓN Y

LA RECONSTRUCCIÓN

Enhorabuena por el inicio del cur­so “La Democracia ante los Grandes Desafíos de América Latina”, coor­dinado valiosamente por mi amiga Marvín Arriaga e impulsado por la UNACH en colaboración con la Universidad de Salamanca, y con la participación del maestro Fernan­do Vallespín, en tanto que abre una valiosa oportunidad para repensar críticamente nuestras instituciones. En tiempos en que el centauro demo­crático parece desgarrado por la fuer­za bruta de mayorías sin contrapesos, escuchar a quienes, como Vallespín, han dedicado su vida al estudio del equilibrio entre libertad y legali­dad, puede ayudarnos a reconstruir la musculatura moral y política de nuestra democracia herida.

jccymf@yahoo.com

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