“Existen más regímenes autoritarios, donde todo se disfraza de legalidad”, señaló el catedrático en su reciente visita a Chiapas
Alfredo Pacheco/Ultimátum
TGZ
En un contexto global marcado por tensiones políticas, retrocesos institucionales y desafíos tecnológicos, el doctor Fernando Vallespín, catedrático emérito de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, alertó que la democracia atraviesa una de sus etapas más delicadas desde su expansión en el siglo XX. Así lo expresó durante una entrevista con la periodista Marvin Arriaga en el programa Entre Ecos, transmitido por Ultimátum Mx, durante su visita a Chiapas.
El académico, reconocido por sus estudios sobre teoría política y transición democrática, afirmó que el fenómeno que hoy afecta a diversas naciones puede definirse como una “regresión democrática”, concepto que describe el retroceso de los sistemas democráticos consolidados o emergentes hacia modelos autoritarios o híbridos.
“Desde hace casi dos décadas se viene hablando de esta regresión. Lo que vimos tras la caída del bloque soviético fue una oleada democratizadora que hoy se está revirtiendo. Hay menos democracias, más regímenes autoritarios y muchas democracias de fachada, donde el autoritarismo se disfraza de legalidad”, señaló.
DE LA DEMOCRACIA LIBERAL AL AUTORITARISMO COMPETITIVO
Vallespín explicó que uno de los mayores peligros actuales no proviene de golpes militares, como en décadas pasadas, sino del propio proceso electoral. “Hoy los líderes autoritarios llegan por las urnas, con el respaldo de mayorías que muchas veces no comprenden los riesgos de debilitar las instituciones democráticas”, advirtió.
Puso como ejemplo los casos de Hungría con Viktor Orbán, Turquía bajo el liderazgo de Recep Tayyip Erdogan, y Estados Unidos con fenómenos como Donald Trump, donde se observa una tendencia a concentrar el poder ejecutivo, debilitar la división de poderes y limitar la autonomía judicial.
“La democracia tiene una doble naturaleza: el principio de la mayoría y el respeto al Estado de Derecho. Cuando se elimina este último, estamos frente a una democracia populista que no reconoce límites, ni siquiera los constitucionales”, explicó.
En ese sentido, sostuvo que la calidad democrática está en declive, incluso en naciones con larga tradición como Estados Unidos, donde la polarización, el debilitamiento de la independencia judicial y la presión sobre los medios han generado señales preocupantes.
EL RIESGO DEL “TECNOFEUDALISMO” Y EL PODER DE LAS GRANDES EMPRESAS
Durante la entrevista, el catedrático abordó también el papel de las grandes corporaciones tecnológicas en las democracias actuales. Planteó que en países como Estados Unidos se observa un fenómeno que denomina “tecnofeudalismo”, donde el control de los datos, los medios y la financiación política por parte de élites económicas se traduce en un poder político sin contrapesos.
“El problema no es solo la libertad, sino la igualdad. Cuando el voto del ciudadano común vale lo mismo que el de un millonario, pero ese millonario puede dictar políticas públicas con su poder económico, estamos rompiendo la esencia de la democracia”, afirmó.
Además, expresó su preocupación por la transformación de China en una “tecnodictadura”, con un sistema de vigilancia y control digital sin precedentes en la historia. “Lo que hace China con su control sobre los datos es 1984 versión 3.0”, dijo en alusión a la obra de Orwell.
MÉXICO: UN EXPERIMENTO POPULISTA CON RIESGOS Y RESISTENCIAS
Sobre el caso mexicano, Vallespín reconoció que el país atraviesa un experimento populista, particularmente por las propuestas de reformar el Poder Judicial para que sus integrantes sean electos por voto popular. Aunque advirtió los riesgos de politizar la justicia, se mostró confiado en que el país mantendrá elementos clave de su sistema democrático.
“Confío en que México no caerá en el iliberalismo. La tradición del mandato presidencial único es una garantía. Pero hay que estar alertas, porque reducir la autonomía judicial debilita la capacidad del sistema para contener los abusos del poder”, opinó.
También resaltó que en las democracias modernas se ha vuelto cada vez más difícil lograr un equilibrio entre la eficacia gubernamental y el respeto a los derechos ciudadanos. Puso como ejemplo la construcción de megaproyectos, que en regímenes autoritarios se concretan con rapidez, pero que en democracia requieren consulta y respeto a la legalidad.
“El dilema entre eficacia y legitimidad es central. Las autocracias construyen rápido, pero sacrifican derechos. En las democracias, cada ciudadano cuenta, y eso, aunque más lento, es valioso”, afirmó.
UN LLAMADO A LA
CONCIENCIA CIUDADANA
Vallespín concluyó con una reflexión sobre el papel de los ciudadanos en la defensa de la democracia. Recordó que incluso en los casos más extremos, como el ascenso del nazismo en la Alemania de Weimar, fueron las mayorías las que eligieron voluntariamente abandonar el modelo democrático.
“Trump no engañó a nadie. Lo preocupante es que millones votaron por él sabiendo lo que representaba. Si los ciudadanos dejan de creer en la democracia, entonces no hay sistema que sobreviva. La responsabilidad está en nuestras manos”, remarcó.
La entrevista generó amplia interacción entre el público, con saludos de académicos y políticos desde Chiapas, Colombia y Canadá. Para Vallespín, el momento actual no solo es complejo, sino histórico: “Yo comencé mi carrera estudiando cómo nacían las democracias. Ahora, estudio cómo mueren. Eso debería hacernos pensar”.
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