Tras dejar Ciudad de México, regresa a Tuxtla para consolidar su marca con más de 76 mil seguidores.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Carlos Sánchez encontró en las cejas un camino profesional que comenzó entre trazos escolares y hoy lo posiciona como uno de los micropigmentadores más reconocidos de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. De formación en diseño gráfico, incursionó en el mundo de la belleza a través de la depilación con hilo y, más adelante, se convirtió en un referente del microblading y la micropigmentación, técnicas que hoy conjuga con la creación de contenido digital para redes sociales, donde suma más de 76 mil seguidores.
Sánchez compartió su historia en el programa “¡Hey, hey, hey! ¡Paren todo!”, conducido por Daniel Aceituno y transmitido por las plataformas de Diario Ultimátum. Ahí recordó sus inicios como joven apasionado por el dibujo, particularmente de ojos y pestañas, lo que más tarde revelaría una inclinación natural por la simetría y la estética facial. Ese gusto lo llevó a explorar técnicas como la depilación hindú con hilo, considerada una disciplina artística por la precisión que requiere.
Su primer acercamiento a la micropigmentación no fue sencillo. Reconoció que le tenía fobia a la sangre, pero venció ese temor gracias a la demanda de sus clientas y la necesidad de actualizarse profesionalmente. Tomó un primer curso básico para perder el miedo y luego continuó su formación hasta dominar la técnica. “Mi primer procedimiento lo hice temblando”, confesó, al relatar que el rostro humano representa para él una responsabilidad mayor, pues cualquier intervención impacta directamente en la autoestima y la identidad de sus clientes.
Carlos trabajó durante casi una década en la reconocida marca de belleza Bollywood, donde perfeccionó su técnica y descubrió su vocación. Desde ahí comenzó a formar a otras personas y a crear un ambiente laboral armónico, pero la pandemia alteró el rumbo de muchos negocios y le sirvió a él como punto de inflexión. Decidió emprender por su cuenta y mudarse a la Ciudad de México, un mercado competitivo que —como dijo en la entrevista— “o lo devoras o te devora”.
Durante dos años vivió en la capital del país, enfrentando altibajos profesionales. Al principio, las redes sociales lo distrajeron de su objetivo, pero también le brindaron nuevas herramientas para potenciar su marca personal. Su convivencia con la también creadora de contenido Luz Carreiro lo llevó a encontrar un equilibrio entre su actividad en redes y su práctica profesional. Aun así, la clientela de Chiapas lo seguía buscando, por lo que sus constantes viajes al estado lo hicieron reconsiderar su residencia.
De vuelta en Tuxtla Gutiérrez, Carlos Sánchez consolidó su estudio frente al parque Vista Hermosa y formó un equipo de seis personas que hoy colaboran en su marca. Afirma sentirse en el mejor momento de su vida profesional, con metas claras para los próximos cinco años: expandir su empresa, seguir preparándose y posicionarse como uno de los mejores en su ramo.
La entrevista también permitió conocer al Carlos más íntimo: un hombre familiar, orgulloso de sus raíces en Tonalá, Chiapas, y agradecido con sus padres, a quienes dedica cada logro. “Nunca les he preguntado si están orgullosos de mí, pero lo demuestran recomendándome”, dijo con emoción al compartir cómo su madre canaliza clientas interesadas en sus servicios.
El camino hacia su independencia no estuvo exento de dudas y desafíos. Cambiar de ciudad, adaptarse a nuevos mercados y equilibrar la vida personal con la profesional han sido parte del proceso. Sin embargo, hoy asegura que se siente completo. “Ya no me castigo tanto. Antes me cuestionaba si podía haber hecho algo mejor, pero ahora doy lo mejor de mí”, expresó.
Para quienes se preguntan por su paradero o cómo contactarlo, Carlos Sánchez está establecido en Tuxtla Gutiérrez, aunque anuncia giras en sus redes sociales. Su perfil como micropigmentador se encuentra en Instagram como carlossanchez_brows y como creador de contenido en @carlosanchex. Ofrece sus servicios con cita previa, acompañado de un equipo comprometido.
Su historia representa la de muchos jóvenes que transforman una vocación artística en un emprendimiento rentable, sin dejar de lado la sensibilidad humana, el arraigo y la búsqueda constante de crecimiento personal. En tiempos donde la estética y las redes sociales convergen, la trayectoria de Carlos Sánchez es testimonio de que la perseverancia, el talento y la reinvención pueden abrir puertas incluso en los caminos menos convencionales.
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