Eco Ch’ulel impulsa redes de productoras frente a la crisis ambiental.
Eric Ordóñez/Ultimátum
En la más reciente emisión del programa Zona Millennials, transmitido por Diario Ultimátum, se presentó la experiencia de la Red de Mujeres Productoras ante la Crisis Climática, una iniciativa de la Colectiva EcoChulel desarrollada en la comunidad de Amendú, municipio de Berriozábal, Chiapas. Su objetivo es visibilizar y fortalecer el trabajo de mujeres que, desde lo local, construyen alternativas sostenibles frente a los efectos del cambio climático.
Conducido por Alondra Aguilar, el espacio contó con la participación de Alma e Ingrid Azucena Narváez Barrios, integrantes de EcoChulel y responsables del proyecto, respaldado por el Fondo de Conservación El Triunfo (FONSET). Durante la charla, las invitadas destacaron el papel crucial que desempeñan las mujeres en la defensa del territorio, la producción agroecológica y la transmisión de saberes ancestrales, todo desde una perspectiva de género y justicia climática.
“El proyecto surge al identificar un grupo de mujeres productoras que pocas personas conocen, pero que sostienen la biodiversidad del territorio. Creamos un catálogo para que sus productos lleguen directamente a los consumidores, sin intermediarios”, explicó Ingrid Narváez.
Desde mayo se han realizado talleres comunitarios enfocados en cuerpo-territorio, cartografía participativa y dinámicas de autodiagnóstico. Uno de los hallazgos más alarmantes fue la contaminación del agua en la zona, revelado cuando varias mujeres señalaron padecimientos estomacales recurrentes. Esto reforzó la necesidad de vincular producción sustentable con acceso a servicios básicos como el agua potable.
Además de la producción de plantas ornamentales y medicinales, el proyecto busca crear redes entre mujeres de distintas regiones de Chiapas. Participaron figuras como Carla de Vainilla la Luna, quien trabaja con especies en riesgo como la vainilla, y Carla Tondopó, bióloga y lideresa de la UMA Santa Cecilia. Ambas compartieron experiencias sobre conservación, autonomía y producción con enfoque ecológico.
Alma Narváez resaltó la importancia de visibilizar estos esfuerzos: “Estas mujeres no sólo cultivan plantas, cultivan vida. Lo mínimo que podemos hacer es conocerlas y comprar directamente de ellas”.
Eco Ch´ulel, con experiencia en educación ambiental con perspectiva de género, forma parte del programa estatal Climatón, que impulsa proyectos liderados por juventudes para enfrentar la emergencia ambiental desde sus comunidades. Su enfoque ha sido respetuoso y horizontal, pidiendo permiso a las autoridades comunitarias y trabajando desde el diálogo.
“La primera defensa es del cuerpo. Ahí empieza la conexión con la tierra, el agua y la vida”, dijeron las representantes de EcoChulel, convencidas de que la organización comunitaria debe ir de la mano con la justicia climática.
Actualmente, el equipo trabaja en la edición del catálogo de productos, la creación de canales de venta directa y la articulación con otras organizaciones. También preparan un programa de voluntariado juvenil basado en compromiso, humildad y colaboración.
“El mensaje es claro: no basta con preocuparse por el cambio climático, hay que organizarse y actuar desde el corazón”, concluyó Alma. Ingrid, por su parte, hizo un llamado a su generación: “Tenemos voz y tenemos que usarla. Es momento de involucrarnos y construir otro mundo posible”.


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