Jesús Jasso compartió con Daniel Aceituno en “¡HEY HEY HEY, PAREN TODO!”, su historia y pasión por el espectáculo.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Con un carisma inigualable y una trayectoria construida a base de esfuerzo, disciplina y pasión, Jesús Jasso —mejor conocido como Jasso Travesty Show— fue el invitado especial de la semana en el programa ¡HEY HEY HEY, PAREN TODO! conducido por Daniel Aceituno y transmitido por Diario Ultimátum. La conversación celebró no solo sus 15 años en el escenario, sino también la consolidación de su carrera como uno de los transformistas más queridos del sureste mexicano.
Jasso llegó a Chiapas por azares del destino. Originario de Chihuahua, inició en el mundo del espectáculo a los 13 años y fue forjando su camino entre escenarios improvisados, ensayos autodidactas y un amor incondicional por el arte del transformismo. Antes de entregarse de lleno al show, trabajó como promotor de tarjetas de crédito, actividad que lo llevó a recorrer el país y, eventualmente, a establecerse en Comitán de Domínguez, donde comenzó a construir su historia con el público chiapaneco.
Durante la entrevista, compartió cómo la llegada a Chiapas marcó un parteaguas en su vida. Fue en Tuxtla Gutiérrez, en espacios como La Libélula y posteriormente Cerveza Rosa, donde Jasso encontró el escenario que le permitió crecer como artista, productor y director de espectáculos. “Chiapas significa mi carrera”, expresó con firmeza, “aquí me abracé del público, aquí me reinventé y aquí he vivido mis mayores logros”.
Jasso recordó que su primer show en Chiapas fue personificando a Jenny Rivera, papel que, al igual que sus interpretaciones de Amanda Miguel, Juan Gabriel y Yuridia, le valieron el reconocimiento y cariño de la audiencia. El talento escénico fue solo el inicio: con el tiempo, asumió la dirección artística de los shows en Cerveza Rosa, donde ha producido espectáculos con altos estándares de calidad, fusionando teatro, música y humor en puestas en escena que conquistan cada noche.
Uno de sus más recientes logros es la creación de una adaptación de Mentiras, espectáculo que reconfiguró para ajustarse al formato de cabaret sin perder la narrativa ni la emoción. “No es lo mismo llevar una obra de teatro de dos horas al escenario de un bar, pero lo hicimos funcionar. Mezclamos formatos, reinventamos personajes y el resultado es una bomba de emociones y risas”, relató con entusiasmo.
La conversación también permitió conocer al Jasso fuera del escenario. Confesó que si no se hubiera dedicado al show, probablemente habría sido diseñador de modas o enfermero. Hoy diseña su propio vestuario y el de sus compañeros, actividad que realiza de la mano del diseñador Fabián Vargas. Ambos planean lanzar proyectos de moda y un restaurante de cocina veracruzana junto a Kennya Castelan, otra figura destacada del espectáculo nocturno tuxtleco.
Sobre su vida personal, Jasso habló con honestidad de la dificultad de mantener relaciones sentimentales estables debido a las exigencias del espectáculo. “El show es celoso y absorbente”, dijo, “pero si llega el amor, bienvenido sea. Si no, me tengo a mí y me dedico cada éxito porque solo yo sé lo que he vivido para llegar hasta aquí”.
También reflexionó sobre los desafíos de ser director de un elenco diverso y sobre cómo ha aprendido a lidiar con el hate en redes sociales. “Hay que ponerse mantequilla en lugar de crema para que todo resbale”, comentó entre risas, dejando claro que su fortaleza emocional es parte clave de su permanencia y liderazgo en el medio.
El programa concluyó con una invitación a disfrutar de los shows en Cerveza Rosa y a no perderse los próximos proyectos que Jesús Jasso prepara, incluido un homenaje a Francis, ícono del transformismo en México, que planea montar en un teatro como parte de sus festejos por sus 15 años en el escenario. “Francis me inspiró, y ahora yo quiero inspirar a nuevas generaciones”, concluyó.
Con una trayectoria que combina talento, disciplina y sensibilidad, Jesús Jasso ha logrado construir un nombre que ya es sinónimo de espectáculo en Chiapas. Su historia demuestra que cuando el arte se abraza con honestidad y entrega, no hay escenario que quede indiferente.


Discussion about this post